Oleada de ataques a sedes de partidos en el País Vasco: pintadas de «asesino y carcelero» contra el PNV

«Como si la formación jeltzale tuviera algo que ver con esta situación», lamentan en un comunicado los nacionalistas, que advierten de que este tipo de conductas «ha experimentado en estos últimos días un preocupante rebrote » ante el que «ni la sociedad civil ni los partidos políticos» pueden permanecer «impasibles».

Hace tan solo dos días, de hecho, el PSE denunció un ataque similar en la Casa del Pueblo de Portugalete , en cuyas paredes se escribió la palabra «asesinos». También se defendió la amnistía total de Patxi Ruiz, autor del atentado que acabó con la vida para el concejal de UPN en el Ayuntamiento de Pamplona Tomás Caballero . Asociaciones vinculadas al nacionalismo radical vasco denunciaron recientemente que el recluso ha iniciado una huelga de hambre y sed en Murcia II.

Paralelamente, en los últimos días se han producido otros ataques en otros puntos del País Vasco. En Ea (Vizcaya), radicales han incendiado hoy un cajero automático , lo que ha obligado a desalojar de sus domicilios a siete personas. También fue objeto de sabotaje la semana pasada el mobiliario público del concejo alavés de Izarra, donde también se escribieron mensajes insultantes y amenazadores. Todo ello, denuncia el PNV, « sin la más mínima reacción por parte del alcalde del municipio , de EH Bildu, ni de su equipo de Gobierno».

El Partido Nacionalista Vasco añade en su comunicado que todos estos sabotajes tienen además el agravante de que se han realizado de madrugada, lo que constituye un «flagrante incumplimiento de las medidas de confinamiento» decretadas en la situación actual de Estado de Alarma.

El PNV vincula esta oleada de ataques al rechazo de los soberanistas a celebrar elecciones en el mes de julio: «Es paradójico que algunos y algunas se crean legitimados para salir a la calle de madrugada a pintar sedes de partidos políticos o a quemar cajeros pero consideren que dentro de mes y medio no se den las condiciones necesarias para ejercitar el derecho fundamental al voto», advierten los jeltzales, que concluye que a los batasunos «les preocupa la democracia».