Olona no descarta concurrir a las generales y se lanza a combatir «la ideología de género»
La exdiputada de Vox presenta su fundación en Madrid y anuncia una iniciativa legislativa popular para hacer frente a los «573 millones de euros» del Ministerio de Igualdad
La expectación era máxima en la sala Inca Garcilaso de la madrileña Casa de América, en el Palacio de Linares. Macarena Olona presentaba su nuevo proyecto en la capital de España, tras semanas coqueteando con la idea de encabezar un partido político tras su ... sonado divorcio con Vox. Por ahora, la abogada del Estado —en excedencia hasta diciembre— y exdiputada nacional se ha limitado a presentar una fundación contra «la ideología de género», pero hay matices. Es clara y contundente al descartar su concurrencia a las elecciones autonómicas y municipales de mayo, pero se enreda en las palabras sobre una hipotética candidatura a los próximos comicios generales.
Por lo pronto, la primera diferencia con su antiguo partido, sintomática, es la transparencia y total apertura a los medios de comunicación, con periodistas acreditados de cabeceras de todas las ideologías. Ella misma, en el primero de los muchos dardos que ha dirigido este viernes a la cúpula de Vox, ha presumido de hablar «sin ningún tipo de censura» ni veto en el inicio de su intervención: «La gran aceptación de la convocatoria ha desbordado todas las expectativas». Durante más de una hora ha atendido a la prensa para explicar su proyecto, por ahora alejado de la arena política.
Olona no encabezará a corto plazo un partido político, pero sí será la presidenta de la Fundación Igualdad Iberoamericana, nacida en Panamá con 10.000 dólares que ella misma puso de su bolsillo. Ahora buscará vías de financiación para extenderse por Iberoamérica, con la próxima apertura de sedes en República Dominicana, Colombia y Argentina. No obstante, en este proyecto que rechaza «la ideología de género», la exdiputada quiere dedicar un mimo especial a España, donde promoverá una iniciativa legislativa popular para «hacer frente a la criminal ideología de género» que según ella convierte a la mitad de la población en presunta culpable por el hecho de ser hombres.
La alicantina, que fue candidata a las elecciones andaluzas y pinchó en su objetivo de entrar en el Gobierno autonómico, ha citado al Papa Francisco como voz autorizada frente a una «colonización ideológica» y ha señalado a dos asociaciones latinoamericanas cuyos postulados quiere combatir, como son el Grupo de Puebla y el Foro de Sao Paulo. Aquí, en España, quiere contraponer los «47 millones de españoles» con los «573 millones de euros del Ministerio de Igualdad» con esa iniciativa legislativa popular, que primero debe registrar en el Congreso para después lanzarse a recabar en máximo nueve meses 500.000 firmas que la den recorrido parlamentario. De conseguirlas, la Mesa de la Cámara Baja tendría después seis meses para introducir su debate en sesión plenaria.
Nervios iniciales
Bregada en mil batallas primero como abogada del Estado y luego como diputada nacional, han sorprendido los nervios iniciales de Olona, quizá sorprendida por el éxito de la convocatoria, serenados a medida que transcurría el tiempo. En la sala de la Casa América los periodistas se amontonaban alrededor de una hilera de cámaras de televisión que no querían perder detalle. No cabía un alfiler, con la atención centrada en el futuro de quien fue hace no tanto uno de los referentes de Vox. De momento, quiere volver al Congreso, pero para defender la iniciativa legislativa popular «como representante de la voz del pueblo». «Permítanme que camine con los zapatos del pueblo, a su lado, al margen de corsés políticos», ha añadido.
En un claro mensaje hacia sus excompañeros de Vox, cuyas diferencias terminaron con el partido cerrándole la puerta a un posible regreso tras sus denuncias de «falta de democracia interna» en una entrevista en ABC, Olona ha dicho que pueden estar «muy tranquilos» quienes temían que por «interés personal» fuese a dar un paso que pudiese complicar «el tablero político». «Lo que necesita España en estos momentos no es una fragmentación», ha aseverado, y ha añadido: «He sido muy clara; no voy a concurrir a las próximas elecciones autonómicas y municipales con una candidatura propia».
Esa precisión se difuminaba después cuando el horizonte se situaba sobre las elecciones generales, previstas para finales del 2023. Olona ha reconocido que para ella siempre fue «un privilegio» dar voz a los españoles en el Congreso y ha prometido que cualquier paso que dé será «con sentido de Estado» y siempre que su «irrupción» no ponga «en peligro» el «equilibrio necesario para formar el próximo Gobierno». Es decir, siempre que un proyecto propio no reduzca las opciones de suma de la derecha frente a Pedro Sánchez, la izquierda y los nacionalismos periféricos.
«Hay que esperar a la celebración de las elecciones autonómicas y municipales para conocer cuál es la voluntad del pueblo español», ha apuntado, en línea con lo que adelantó este diario: que no tomará una decisión hasta comprobar la fuerza de Vox en los comicios locales y regionales de mayo. Lo que sí ha querido dejar claro es que la fundación que preside no es «un subterfugio» para cristalizar después en una formación política, así como que no ha utilizado la estructura de Vox «de manera encubierta para erigir un nuevo partido». Si da el paso en un futuro, cosa que ni confirma ni desmiente, será desde cero.
Sin hablar con Abascal
Olona ha admitido que no ha vuelto a hablar con Santiago Abascal ni el resto de dirigentes de Vox desde la ruptura del pasado septiembre, pero ha agregado que en su antiguo partido conserva «amigos, compañeros y simpatizantes». «Lo que ven es un ataque injusto porque yo sigo siendo la misma», ha dicho sobre ellos, y ha criticado la propagación de «bulos» sobre ella desde su exformación, aunque sin citar personas concretas. Preguntada por las voces que critican la falta de democracia interna en Vox, ha contestado: «Los españoles tienen muy claro el nombre y apellido de lo que he expresado, pero me niego a quedarme anclada al pasado».
«La intranquilidad es para quienes han deseado que me marche con la cabeza gacha a casa», ha seguido, y ha reivindicado que esa misma «inquietud» quiere generársela a quienes defienden un «'hembrismo'» que, dice, no representa a las mujeres. Olona, como secretaria general del Grupo Parlamentario Vox en el Congreso, ya lideró una proposición de ley que pedía sustituir la ley contra la violencia de género por una contra la «violencia intrafamiliar», pero el Pleno rechazó su mera toma en consideración.
Para ella, y en esto coincide con su expartido, no existe una violencia específica de algunos hombres contra las mujeres por el hecho de serlo y se engloba todo dentro de la misma violencia que pueden sufrir los niños o ancianos en el ámbito doméstico. Las leyes contra la violencia machista son para ella y para Vox discriminatorias, a pesar de las más de mil mujeres que han sido asesinadas por sus parejas o exparejas desde que se empezaron a recoger estadísticas a comienzos de siglo. «El hombre no viola, lo hace un violador; el hombre no mata, mata un asesino; el hombre no maltrata, lo hace un maltratador; el hombre no humilla, humilla un cobarde», clamó Olona en la defensa de una ley que ahora quiere devolver al Congreso, pero con la voz y el respaldo del pueblo.
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