Nueva sesión de control: del fanatismo de Montero al miedo de Rufián a un «pollo increíble»
Los gritos de la vicepresidenta primera jaleando al líder del PSOE durante su intervención se han colado en los micrófonos de la Cámara Baja
Puigdemont quiere quemar a Illa en una investidura para presionar a Sánchez
Madrid
Hay cosas que no cambian, ni parece que vayan a hacerlo. El muro que ha ido construyendo Pedro Sánchez desde su investidura en el mes de noviembre, con el que ha partido por la mitad al Congreso de los Diputados y al electorado español, ... sigue sumando ladrillos. Pese a reclamar recurrentemente respeto y rebajar el tono del debate público, el presidente del Gobierno ha tachado hoy al Partido Popular de «ultraderecha» en la sesión de control que está celebrando el hemiciclo.
Una intervención cargada de intención tras los resultados de las elecciones europeas celebradas este domingo, en las que el PP se hizo con la victoria en escaños y porcentaje de voto. La sorpresa, sin embargo, la irrupción de Alvise Pérez con tres escaños en el Parlamento Europeo. Un fenómeno instrumentalizado por los socialistas, igualando a este nuevo personaje de la política española con Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal.
Ahora hay tres partidos en la ultraderecha, por culpa del Partido Popular. Esa es la tesis esgrimida por Sánchez y, por ende, el resto del PSOE, fiel al argumentario distribuido por la Moncloa, empeñado en desviar la atención de la supuesta corrupción que salpica a Begoña Gómez o al propio partido con causas como los casos Koldo o Tito Berni. La herramienta, «la máquina del fango» que Sánchez hoy ha situado directamente en la Comunidad de Madrid. «Esa es su sede social», ha dicho durante una entrevista en RTVE, cuyos estudios se encuentran en la capital de España.
Pedro Sánchez insufla aire a Alvise Pérez para dañar a PP y Vox y descarta elecciones hasta 2027
Juan Casillas BayoAlberto Núñez Feijóo pregunta al presidente, sin obtener respuesta, si está dispuesto a investir a Carles Puigdemont para mantener su Gobierno
Antes, durante la sesión de control al Gobierno, el líder socialista ha encontrado el apoyo de sus compañeros de bancada. Sin ambajes, pues los comentarios y las risotadas de alguno de ellos se han podido escuchar a través de los altavoces al captarlos el micrófono del propio presidente, de pie en el espacio dispuesto para los ministros del Gobierno.
La más efusiva, oral y gestualmente, ha sido María Jesús Montero, sentada junto a Sánchez. Mientras este intervenía, la vicepresidenta primera realizaba aspavientos mirando desafiante a la bancada del Partido Popular. «¡Muy bien, presidente!, exclamaba sobre cada una de las líneas retóricas del discurso de Sánchez.
Un «pollo increíble»
Una claridad que contrasta con la llegada de Gabriel Rufián, portavoz de ERC en la Cámara Baja, al hemiciclo, donde no ha querido hablar de su propio partido, de capa caída desde las elecciones catalanas del 12M. Los republicanos alcanzaron el martes a última hora de la tarde un preacuerdo con el Ejecutivo de Jaume Collboni en el Ayuntamiento de Barcelona para un «programa de Gobierno conjunto y progresista» que puede convertirse en la antesala de una investidura de Salvador Illa en la Generalitat.
Preguntado por el pacto a punto de entrar a la sesión de control, en la que ha apremiado al secretario general del PSOE a dejarse de cartas y trasladar al BOE su lucha contra la derecha y la ultraderecha, Rufián no ha querido entrar al trapo: «No me meto. Si me meto, me montan un pollo en Cataluña«, ha contestado a los medios. Tampoco habla del posible acercamiento de Esquerra con Junts: «Me montan un pollo increíble», insiste Rufián.
La realidad es que los republicanos están en conversaciones a dos bandas con ERC y Junts. Ayer hicieron, con los votos de la CUP; a Josep Rull (Junts) como nuevo presidente del Parlament, arrebatando el cargo de segunda máxima autoridad de la Generalitat a un PSC que fue incapaz de conseguir acuerdos con los comunes, y mucho menos con PP y Vox. Ahora, tienen en su mano conceder la Presidencia de la Generalitat a Salvador Illa o al fugado Carles Puigdemont. Pedro Sánchez lo tiene claro: «Todos los caminos pasan y llegan a Illa», ha dicho este miércoles. Rufián prefiere no adelantar nada: «Eso se lo dejo al comité negociador de mi partido», no sin antes abrir la puerta a una posible repetición electoral en Cataluña: «Todo es posible».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete