Una de las claves de los resultados en Navarra ha sido la división en la derecha. Por primera vez en 25 años el Partido Popular y Unión del Pueblo Navarro han concurrido por separado, lo que ha dividido el voto de los navarros. El resultado ha sido que se han repartido los votos que tuvieron hace cuatro años prácticamente a partes iguales. El PP se ha hecho con el 16% de los apoyos y UPN con el 15%. Esto ha hecho que cada una de las formaciones se haya repartido un escaño.
Resulta especialmente llamativo que el sur de la Comunidad Foral, donde habitualmente se impone la derecha, amanece tras el 23J teñido de rojo. El PSN ha ganado incluso en ciudades como Tudela, donde UPN gobierna con mayoría absoluta tras un resultado histórico el 28M. El norte de la comunidad aparece, sin embargo, teñido del verde de EH Bildu.
Sin embargo, ni esa victoria en gran parte de la comunidad, ni las buenas expectativas que había generado durante la campaña, EH Bildu se ha quedado lejos de hacerles sombra a los socialistas navarros. Se sitúan como segunda fuerza política y a diez puntos de distancia de los de María Chivite. Suficiente, sin embargo, para que los independentistas revaliden el escaño que tuvieron por la Comunidad Foral hace cuatro años. El gran perdedor de la noche electoral en Navarra ha sido Sumar. Cae hasta cuatro puntos respecto a hace cuatro años, y la coalición de Yolanda Díaz no tendrá representación navarra en el Congreso de los Diputados.
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