El último jefe de ETA saldrá en libertad el jueves

El pamplonés David Pla fue el encargado de leer el comunicado en el que la organización terrorista anunciaba el abandono de las armas el pasado 20 de octubre de 2011 . Entonces ya lideraba los últimos residuos de la banda asesina de la que ya es considerado como el último histórico.

Después de iniciarse en las juventudes de Jarrai , cuna de los cachorros de ETA, de la que llegó a ser portavoz, en los 90 huyó a Francia para integrarse en la estructura de la banda asesina. Volvió a España para organizar el comando Aragón . Fue detenido en el año 2000. Cumplió 6 años de prisión por pertenencia a banda armada ya que no se pudo demostrar que recopilara la información que llevó al asesinato del presidente del Partido Popular en Aragón , Manuel Giménez Abad.

Esquivo con la justicia

Una vez que salió de la cárcel, volvió a integrarse en la estructura asesina y pasó a dirigir el frente de los abogados de ETA, por lo que fue detenido en 2010. Sin embargo, otra vez se escabulló ya que Francia no encontró elementos suficientes para imputarle.

Ahí fue cuando ya se hizo con las riendas de la organización terrorista y preparó el fin de su actividad asesina . El 20 de octubre de 2011, junto con su pareja, Iratxe Sorzábal , leyó el comunicado en el que anunciaba el abandono de la actividad armada. Pero continuó dirigiendo la banda.

En septiembre de 2015 fue detenido junto con Sorzábal en Saint Etienne de Baigorri y entonces, ya sí, fue imputado y condenado en Francia por pertenencia a organización armada.

Aunque este jueves quedará en libertad, de momento no podrá pasar a España ya que la Justicia francesa todavía tiene pendiente de dirimir sobre una euroorden de entrega por dirigir la banda terrorista y que tiene pocos visos de prosperar.

Mientras tanto, estará bajo control policial, lo que no impedirá que ya se la haya organizado una fiesta de bienvenida , los famosos ‘ongi etorris’ que se organizan con absoluta impunidad para celebrar que los terroristas salen a la calle. Tendrá lugar en la localidad de Ciboure , en pleno corazón del refugio francés de los etarras huidos y a pocos kilómetros de la frontera con España, a las 20 horas para que le dé tiempo a llegar desde la cárcel de Osny, situada en las afueras de París.