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análisis

Segunda reunión en Bruselas mientras el Supremo se apaga

Reynders supervisa el encuentro entre Bolaños y Pons, el pasado 31 de enero
Nati Villanueva

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La situación del Tribunal Supremo es dramática por el goteo constante de bajas que se están produciendo sin que puedan ser cubiertas a raíz de la reforma del PSOE que impide al Consejo General del Poder Judicial hacer nombramientos. Esta misma semana se ha jubilado ... la magistrada de la Sala Tercera Celsa Pico, lo que eleva a 25 las vacantes en el Alto Tribunal (una de cada tres plazas) y deja precisamente esa Sala de lo Contencioso-Administrativo, la que revisa los actos del Gobierno, con sólo 20 de los 33 magistrados que debería tener. Claro, que la Sala de lo Social tampoco se encuentra en una situación mejor, pues en este caso directamente está funcionando a medio gas (con 6 de los 13 magistrados que fija la ley). También la de lo Militar, con sólo cinco de sus ocho miembros. El Gabinete Técnico del Supremo ya lo advirtió en 2023: esto va a suponer dictar mil sentencias menos al año con el consiguiente perjuicio al justiciable, para el que su caso es algo más que un número. En el Tribunal Supremo hay preocupación, al igual que en el CGPJ, al que los mismos que recortaron sus funciones en 2021, intentan deslegitimar y culpar de una situación de la que sólo son responsables los partidos, cuya incapacidad para ponerse de acuerdo ha provocado que el órgano de gobierno de los jueces lleve en funciones más de cinco años.

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