El Congreso desmiente la versión de Montero para plantar a la comisión del Senado

Tras apenas media hora, con la única intervención de la senadora de UPN, la ministra María Jesús Montero sorprendió a todos los presentes pidiendo la suspensión de su comparecencia porque debía acudir a votar al Congreso. Las caras de estupor de los senadores afloraban una estrategia bien diseñada por Montero y su equipo, que optaron por dejar colgada a la comisión para acudir a una votación -la elección del presidente de RTVE- intrascendente, pues resultaba imposible para el Gobierno alcanzar los dos tercios necesarios para sacarla adelante este martes. Un desplante que la propia Montero intentó maquillar por la tarde, cuando se reanudó la comisión, pero lo hizo faltando a la verdad, pues aseguró que había pedido el voto telemático y no se le había concedido. Una versión que diferentes fuentes de la Mesa de la Cámara Baja niegan a ABC.

«He intentado el voto telemático, pero no me ha sido concedido. Se lo digo para que se sepa, porque para mí hubiera sido mucho más cómodo el haber procedido al voto telemático y haber continuado durante la mañana con la comisión que teníamos prevista y ahora he tenido que suspender la agenda de esta tarde», explicaba la ministra justo antes de comenzar a responder a las preguntas del Partido Popular.

Preguntados por las razones que le había dado el Congreso para denegar el voto telemático, fuentes cercanas a la vicepresidenta señalaron a ABC que «simplemente» les habían «dicho que no». «Entendemos que es porque no cumplía ninguno de los requisitos que están recogidos en el artículo 82 del Reglamento», ahondaron, dando pábulo así a la versión de la titular de Hacienda.

Al mismo tiempo, desde el Congreso, diferentes personas consultadas aseguraban a ABC todo lo contrario. Que no había habido ningún tipo de solicitud por parte de Montero para votar telemáticamente, sin entrar en ningún momento en si le hubiera podido ser concedido o no. «No consta. No está en los índices de la Mesa», respondían esas fuentes de la Mesa de manera categórica, informa Juan Casillas. En esa misma línea se expresaban otros miembros del órgano de control del Congreso consultados por ABC, quienes aseguraban «por la Mesa no pasó ninguna petición de voto telemático de Montero».

«Es una tomadura de pelo», decía a viva voz uno de los senadores del Partido Popular presentes en la sala nada más anunciarse la suspensión. «Si no iba a cumplir, que no hubiera venido hoy», protestaba otro.

La Presidencia de la comisión asumía la petición de Montero, explicando que «desconocía esta circunstancia antes de empezar» y que no quería «apreciar mala fe». Un enfado que era mayúsculo entre los populares, pues habían accedido al cambio solicitado por Montero, que estaba en un principio citada para el viernes, y el anuncio de la ministra fue un mazazo.

«Tenía que haber venido el viernes y pidió el cambio por un asunto familiar que debía atender el jueves. Nuestra buena fe se ha visto recompensada con esta falta de respeto», explicaba a ABC uno de los senadores del PP.

Vox, por su parte, también protestó. «Tan importante es esta comisión como cualquier otra responsabilidad que tenga. Es un insulto a las Cortes Generales y al Senado en particular», dijo el senador Gordillo Moreno.

Antes de la suspensión, Montero había respondido a las preguntas de la senadora Caballero Martínez (UPN) a la que explicó que «nunca jamás» se había «reunido con el señor Aldama ni presencialmente, ni telemáticamente, ni telefónicamente». «No le conozco», insistió.

Sobre su jefe de Gabinete, Carlos Moreno, al que Víctor de Aldama aseguró haber pagado 25.000 por un supuesto aplazamiento del embargo a una empresa de su cuerda, Montero hizo una defensa a ultranza. «Quiero dejar constancia que Carlos Moreno es un magnífico servidor público, sobre el que pongo la mano en el fuego y tengo absoluta confianza». Además, la ministra de Hacienda afirmó que recordaba haber firmado un aplazamiento de la empresa Pilot Real Estate. «No recuerdo haber firmado ningún documento relacionado con esta empresa. No sé si se ha producido un aplazamiento, ¿usted lo sabe?», inquirió Montero, como dejando entrever que sabía algo más, pero dejando claro que si lo supiera tampoco podría decirlo.

Sobre los diferentes miembros del Gobierno señalados por Aldama, Montero cree que «no hay caso, ni pruebas que aportar en relación de las personas que él señaló y que lo hizo sin documentos» y repitió la misma frase que con su jefe de Gabinete para referirse a Santos Cerdán. «Tengo una magnífica relación con Cerdán y más allá de compartir puesto en la dirección de mi partido, tengo una gran amistad y por él también pongo la mano en el fuego», señaló.

No lo hizo igual al referirse a José Luis Ábalos, al que ya pidió abandonar el partido en su momento, al conocerse las primeras actuaciones de la investigación, y del que dijo que ya «se ha culminado» el expediente de expulsión, extremo que no ha confirmado aún el PSOE.

Sobre la visita de Delcy, dijo desconocer que iba a producirse y que tuviera en agenda una cena con ella y con otros ministros para la noche de su llegada. «Es radicalmente mentira. La práctica totalidad de la declaración del señor Aldama que se refiere a altos cargos son falsas y mentira», apuntó.

Reanudada la sesión, a preguntas de Gerardo Camps (PP), Montero reconoció que el fraude fiscal desvelado por el Partido Popular la semana pasada durante la comparecencia del Secretario de Estado de Hacienda, parecía real y que su departamento estaba «estudiándolo». Un presunto fraude de 163 millones de euros por el IVA que debía haber sido devuelto por las empresas que hicieron las compras de material sanitario durante la pandemia y que Haciendo nunca reclamó, según confirmó la propia Montero.