La moción de Tamames: primer acto de campaña de todos los partidos
El PSOE centrará buena parte de sus ataques en el PP, tratando de equipararles con Vox
Los populares se abstendrán y darán un bajo perfil al debate, al que Feijóo no asistirá
Las claves de la moción: de las intervenciones a la votación
Así será la moción de censura: dos días de duelo cruzado entre rivales y socios
Tamames zanja las diferencias con Vox y subraya que coinciden en «lo fundamental»
La sexta moción de censura de la democracia se celebrará este martes y miércoles en el Congreso de los Diputados y tendrá diferencias y similitudes con todas las anteriores, desde la ya lejana que presentó Felipe González en 1980 contra Adolfo Suárez. La impulsada ... ahora por Vox, con el catedrático de economía Ramón Tamames de candidato, cumplirá una tradición solo rota por Pedro Sánchez (el ahora censurado) cuando en 2018 presentó una moción contra Mariano Rajoy y logró que se aprobase, sucediéndole como inquilino de La Moncloa. Y es que ninguna otra, como sucede con la de esta semana, tenía la más remota posibilidad de salir adelante.
Todas esas mociones de censura, registradas por formaciones tan distintas como el PSOE, el Partido Popular (PP), Podemos o ahora Vox, han terminado por convertirse, con la citada excepción de hace cinco años, en una suerte de herramienta política con la que tratar de erosionar al Gobierno de turno, intentar reivindicarse como fuerza de la oposición o potenciar a un candidato, como hizo González frente a Súarez y siete años más tarde pretendió el efímero líder de Alianza Popular (AP), Antonio Hernández Mancha, precisamente frente al González ya presidente en 1987. La misma motivación llevó en 2017 a Pablo Iglesias a rescatar esta herramienta justo tres décadas después para hacer frente a Rajoy, arrancando entonces una notable abstención del PSOE.
Más recientemente, en el otoño de 2020, el propio Abascallideró una moción contra Sánchez y el entonces jefe de filas del PP, Pablo Casado, lo interpretó como un intento de arrebatarle el liderazgo de la oposición, contra lo que se revolvió en un sonoro discurso en el que anunció el No de su grupo, que ahora, con Alberto Núñez Feijóo al mando, virará a una abstención en la segunda moción presentada por Vox en la misma legislatura.
De lo recurrente que ha sido utilizar la moción como instrumento en los últimos años, los que han coincidido con la emergencia de las formaciones de la llamada 'nueva política', da elocuente cuenta un dato: en las dos últimas legislaturas largas (excluida la del bloqueo político de 2019, que como tres años antes terminó en una repetición electoral) ha habido dos mociones de censura. Cuatro en total, dos tercios de las que se han celebrado desde La Transición, y el doble, en el mismo periodo de tiempo, de las sesiones de investidura de las que ha salido elegido por la Cámara Baja un nuevo presidente del Gobierno. Apenas dos: la de Mariano Rajoy en 2016 y la de Pedro Sánchez en enero de 2020.
Por ello, lo que se desarrollará este martes y miércoles en la sede de la soberanía nacional conviene tomarlo más como una gran escenificación del momento político que vive España, a dos meses de las elecciones municipales y autonómicas del próximo 28 de mayo, y los distintos partidos políticos no desaprovecharán la ocasión.
Todos replican a Tamames
Aunque al principio hubo amagos de devaluar la sesión, incluso con alguna incomparecencia, según se ha ido acercando la fecha nadie parece querer renunciar a su minuto de gloria, en el que será uno de los últimos grandes debates de la legislatura. Particularmente significativa, en ese sentido, fue la actitud de ERC, pués tras anunciar su portavoz en Madrid, Gabriel Rufián, su voluntad incluso de no subirse a la tribuna, finalmente la cúpula de su partido concluyó que sí replicarán a Tamames, a Vox e incluso al Gobierno, ya que, según explicó finalmente el mismo Rufián tras la decisión de la cúpula de su partido, el Ejecutivo tampoco «se puede ir de rositas» en un debate así.
Igual que para ERC, que es el quinto grupo por número de diputados de la Cámara Baja, el resto de formaciones minoritarias, la mayoría otros aliados del Gobierno como el PNV o EH Bildu, tendrán en el debate un amplificador de lujo para su acción política e incluso para las cuitas que puedan tener entre ambos, a pocas semanas de unas elecciones municipales donde los independentistas catalanes se juegan mucho (también intervendrán los portavoces de Junts y del PDeCAT) y donde las dos formaciones del nacionalismo vasco,, los peneuvistas y la izquierda abertzale, tendrán una importante disputa en las ciudades y diputaciones forales de Euskadi. Aunque el foco principal estara en los grandes partidos nacionales.
Una ocasión para asociar al PP con Vox
Para La Moncloa esta moción de censura se ha interpretado siempre como un regalo. Pedro Sánchez va a confrontar directamente con Santiago Abascal. Aunque no se descarta que pueda intervenir una vez lo haga Ramón Tamames. El PSOE ha dicho desde el principio que se quería tomar «en serio» el debate. La estrategia opuesta al PP. Y se lo toman así en Moncloa y Ferraz porque ven que la estructura misma del duelo configura el debate nacional entre el Gobierno y Vox. El objetivo es atrapar al PP en ese fuego cruzado. Aunque habrá muchas criticas a Vox, lo que más va a destacar Sánchez y luego su portavoz, Patxi López, es presentar la decisión del PP de no votar en contra como connivencia con Vox. Esa será la línea estratégica de un discurso en el que el presidente del Gobierno va a insistir en las principales medidas económicas del mandato. Ayer, Félix Bolaños insistió en esta idea: «Quiero aprovechar para pedir de nuevo al señor Feijóo que vote en contra. ¿Por qué ha retrocedido respecto al señor Casado? ¿No quiere molestar al señor Abascal porque es su socio indispensable?».
Abstención a la espera de las elecciones
La instrucción de Alberto Núñez Feijóo a los barones y demás dirigentes del PP fue tajante: la moción de censura debe quedar en un segundo plano, hay que hablar de los problemas «reales» de la gente y mirar a las elecciones. Todos tomaron nota en el último Comité Ejecutivo Nacional, pero la actualidad se impone. En el PP no ha existido debate interno sobre esta cuestión. Los diputados, incluso, no han sido convocados para hablar sobre la moción de censura hasta este martes, media hora antes de que empiece el Pleno. No hay fisuras ni dudas sobre el voto, pero algunos diputados han echado de menos, una vez más, que se tenga más en cuenta su voz a la hora de tomar las decisiones.
Tampoco hay dudas sobre quién tiene que subir a la tribuna de oradores para defender la posición del PP. Será Cuca Gamarra, quien no tiene previsto tomar la palabra hasta la segunda jornada, por lo que esperará a escuchar las intervenciones principales para acabar de perfilar su discurso. Sí tiene decidido no repetir el 'modelo Casado', que llevó al expresidente del PP a un choque frontal y personal contra Santiago Abascal en la moción de censura de octubre de 2020, muy criticado en algunos sectores de su partido y en buena parte del electorado de la derecha. Feijóo no es diputado y no tienen ningún interés en seguir in situ el debate, cosa que como senador podría hacer incluso en un escaño.
«Es una gran oportunidad para comparar modelos. Hace tres años, el PP votó en contra y ahora se abstiene»
Félix Bolaños
Ministro de Presidencia
Sin entrar en un debate ideológico con el candidato, Ramón Tamames, ni sobre sus propuestas, el PP se centrará en los puntos débiles del presidente del Gobierno: las 'chapuzas' legales, en concreto la ley del 'solo sí es sí' y la ley 'trans', las divisiones internas del Consejo de Ministros, el precio de la cesta de la compra en contraste con el triunfalismo del Gobierno, los errores en política internacional y en Interior, con el caso de Tito Berni en primer término, que los populares quieren mantener bien vivo a pesar del intento del PSOE de darle carpetazo. «Que pase cuanto antes y volvamos a centrarnos en la política real», piden los diputados del PP ante este trámite que acabará, previsiblemente, con un Sánchez aplaudido por los suyos.
Foco para Díaz en mitad de la tensión
Como sucedió en 2020 con la intervención de Pablo Iglesias, está previsto que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, complemente a Pedro Sánchez en su réplica. El Gobierno ha descartado, por contra, la propuesta de Podemos de que solo tomasen la palabra mujeres durante el debate. Algo que restaría foco a Díaz, dejaría sin intervenir a Sánchez y daría protagonismo a Ione Belarra e Irene Montero. No será así finalmente. Pero en Podemos recuerdan que las dos ministras son también diputadas. Podrían tomar la palabra si así lo considerasen en el turno de su grupo. El cruce de propuestas ha puesto de manifiesto la tensión existente en ese bloque. Díaz coincide con la estrategia del PSOE. En Sevilla pidió tomárselo en serio y utilizarlo para contraponer modelos y defender la acción del Gobierno que «desplegará todos los avances que en este país se están propiciando.»
El foco perfecto para presentar su proyecto
Ciudadanos llega a la moción de censura de Vox en una situación muy delicada. Después de la crisis interna y la fractura sufrida durante las primarias del mes de enero, el partido ha perdido foco mediático y la nueva dirección se esfuerza para que calen sus medidas. La formación liberal ve una oportunidad caída del cielo para exponer su «proyecto de país».
«El Gobierno desplegará todos los avances que en este país se están propiciando»
Yolanda Díaz
Vicepresidenta segunda
Concluida ya su refundación, se está centrando en la clase media, en los jóvenes y en las familias para intentar captar a un votante descontento con la clase política, pero que priorice políticas pragmáticas que garanticen tanto el presente como el futuro de generaciones que se han visto directamente perjudicadas por dos crisis económicas en lo que va de siglo. Inés Arrimadas será la responsable de centrar el tiro en la reforma del sistema de pensiones -ya la política central de CS-, pero también en la falta de oportunidades de los jóvenes, los problemas de acceso a la vivienda, la sanidad y la educación, la jornada laboral flexible, una rebaja impositiva en el IRPF, una reestructuración de la administración pública y el apoyo a emprendedores y empresarios, entre otras muchas cuestiones. Arrimadas fue la primera en proponer esta iniciativa contra Pedro Sánchez, pero en su entorno creen que el objetivo ha quedado desvirtuado con las declaraciones del candidato, la filtración de su discurso... «Le han quitado cualquier atisbo de seriedad», lamentan en CS.
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