Militares y diplomáticos alertan del efecto Trump en Ceuta y Melilla
Advierten que la buena relación de EE.UU. con Rabat y la mala con Sánchez pueden afectar a las dos ciudades
Avisan sobre el rearme de Marruecos y de que las dos plazas norteafricanas no están bajo el paraguas de la OTAN
Cincuenta días sin contacto: España queda relegada por la Administración Trump

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha provocado un terremoto geopolítico de alcance global. Este golpe en el tablero político y diplomático, sumado al declarado antitrumpismo del presidente español, Pedro Sánchez, ha encendido las alarmas sobre la posibilidad de que ... nuestro país se vea afectado y, en concreto, su relación con Marruecos y sus aspiraciones sobre Ceuta y Melilla.
Militares y diplomáticos advierten de que la siempre tensa relación de España con Rabat, pese a sus declaraciones públicas de amistad, podría protagonizar algún choque a corto o medio plazo debido a la cercanía de Trump a Marruecos, ya visibilizada en su primer mandato, y su distancia con el Ejecutivo de Sánchez. El choque con Estados Unidos lo agrava la mala posición de España en la lista de países de la OTAN en gasto en defensa, en último lugar con una inversión del 1,28% del PIB. El malestar fue evidente en las primeras palabras de Trump en el Despacho Oval tras su toma de posesión, cuando criticó la posición española en gasto militar, aunque lo hiciera incluyendo erróneamente al país en el grupo de los BRICS de economías emergentes.
Las primeras afectadas por este movimiento podrían ser Ceuta y Melilla, que ya han sufrido antes los embates de Marruecos mediante un aumento de la presión migratoria o retomando sus aspiraciones soberanistas sobre las dos ciudades autónomas. En esta situación, los expertos recuperan el debate sobre si ambas plazas del norte de África se encuentran bajo el paraguas de defensa colectiva la OTAN. El Tratado de la Alianza Atlántica incluye bajo su protección los territorios que forman parte de Europa, Norteamérica o las islas «bajo la jurisdicción de cualquiera de las partes en la zona del Atlántico Norte por encima del Trópico de Cáncer». Esto excluye a Ceuta y Melilla, que se encuentran geográficamente en África.
Sin embargo, otros expertos consideran que sí están incluidas porque en el Concepto Estratégico aprobado en Madrid se incluyó el respaldo a la «soberanía e integridad territorial» de los aliados, lo que consideran que abarca todo su territorio, incluidas las dos ciudades autónomas. En cualquier caso, unos y otros asumen que la última decisión sería siempre política. Y en ello podría pesar la relación que España tenga con la Administración estadounidense.
El general retirado Enrique Ayala, analista de la Fundación Alternativas, sostiene que Ceuta y Melilla «no están cubiertas por la OTAN», pero sí lo estaría cualquier ataque a un buque o aeronave españoles en aguas del Mediterráneo o el Atlántico norte. El tratado que sí recoge explícitamente las ciudades autónomas es el de la Unión Europea.
Con el apoyo de Trump, Ayala cree que Marruecos puede sentirse respaldado y aumentar la intensidad de sus tradicionales reivindicaciones. «¿Hasta qué punto en detrimento de España? Eso está por ver», explica recordando los intereses políticos y militares de EE.UU. en nuestro país, plasmados en el uso de las bases de Morón (Sevilla) y Rota (Cádiz). «Son dos enclaves estratégicamente muy importantes para Estados Unidos y mientras estén ahí no creo que haga nada en contra de España», detalla.
Fuentes del Partido Popular señalan que este asunto se verá afectado por la relación de Trump no solo con España, sino con toda la Unión Europea, y exigen a Sánchez un plan decidido de acción en las dos ciudades autónomas para reactivar su fortaleza económica y comercial.
El pasado mes de diciembre, el titular de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, llevó al Consejo de Ministros el informe que recogía la ejecución de la Estrategia de Acción Exterior 2021-2024. En el contexto geopolítico en el que nos encontramos, con un nuevo orden mundial en las zonas de influencia de las grandes potencias (como son EE.UU, Rusia y China), urge que el jefe de la diplomacia española presente cuanto antes el plan de acción para los próximos años, donde se analice el panorama geopolítico actual y el papel que España deberá tener frente a posibles escenarios que ya se pueden prever. En principio, parece que se presentará antes de verano. En este sentido, quien fuera entre 2011 y 2016 ministro de Asuntos Exteriores con el PP, José Manuel García-Margallo, afirma que este diagnóstico urge hacerlo cuanto antes y que España «debe jugar las cartas que tiene en la UE y reclamar un mayor protagonismo» para «reivindicar» el eje Baleares-Canarias-Ceuta-Melilla «para garantizar la seguridad frente a África».
El gasto en defensa, clave
Sobre el posible peligro de las ciudades autónomas frente a Marruecos, recuerda Margallo que el hecho de que Sánchez se haya «distanciado de la política de la OTAN» y no haya aumentado el gasto en defensa «no es la mejor carta de presentación» frente a la administración Trump. «Si España no se pone al día con el gasto en defensa, en lugar de invitarnos a las reuniones, nos van a enviar al cobrador del frac», apunta Margallo. A esta cuestión, se sumó además que a Estados Unidos no le sentó nada bien que Sánchez reconociera el Estado de Palestina, lo que no ha ayudado a que exista un acercamiento desde el principio.
Eduard Soler, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Barcelona, explica a este diario que «lo que no cambiará nunca por parte de Marruecos será la reclamación de la soberanía de Ceuta y Melilla», pero eso no quiere decir que desde Rabat se vaya a iniciar una crisis con España por eso, ni mucho menos que la buena sintonía de EE.UU. con Marruecos sea una causa para ello. «De reivindicar Ceuta y Melilla, a hacer gestos y acciones para cuestionar el 'statu quo'... eso son palabras mayores», advierte Soler, quien no lo ve como una posibilidad. «Es distinto», admite, al tiempo que advierte que «ahora el objetivo de Marruecos es el Sahara». Ahí van todos los esfuerzos de Rabat.
Explica Soler que «Marruecos no tiene en este momento intención de provocar una crisis con España». Eso sí, si las cosas cambiasen y estuviéramos en una crisis como la de 2021, «no ayudaría la mala sintonía de España con Trump y EE.UU. favorecería a Marruecos».
Rearme de Marruecos
A todas estas cuestiones hay que añadir el rearme de Marruecos, que según los expertos consultados «es una preocupación a medio plazo». De este asunto se habló en 'Marruecos, el Estrecho de Gibraltar y la Amenaza Militar sobre España', un informe publicado en mayo de 2021 por el Instituto de Seguridad y Cultura. Elaborado por el Doctor en seguridad internacional, Guillem Colom, junto a sus alumnos Guillermo Pulido y Mario Guillamó, este trabajo incide en el proceso de rearme marroquí y las mejoras militares del país como producto de su competencia con Argelia y una posible redirección de su atención a Ceuta y Melilla.
Como punto de partida de este informe, los Acuerdos de Abraham (que se llamaron entonces 'el acuerdo del siglo') firmados entre Bahrein, Estados Unidos, Israel y Emiratos Árabes Unidos y que terminaron con la creación de una alianza regional que tiene como propósito la unión de los países del golfo Pérsico contra Irán y el inicio de un marco común de cooperación entre Israel y Arabia Saudí. Una de las consecuencias de estos acuerdos fue que, un mes antes de salir de la Casa Blanca tras su primer mandato como presidente de EE.UU., Trump declarase la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental. Lejos de quedarse en una declaración presidencial, la Administración Biden afirmó nada más llegar que no revertiría ese anuncio. Tras este gesto por parte de EE.UU. a Marruecos, desde Rabat se vieron obligados a normalizar sus relaciones con Israel. Mientras, los países árabes aliados de Israel comenzaron a abrir consulados en el Sahara Occidental.
Esta serie de éxitos diplomáticos, políticos y económicos de Rabat demostraron entonces -y se ve ahora- que el creciente poder político y militar marroquí puede ser un claro desafío para los intereses económicos europeos. También para la integridad española, con una reivindicación sobre Ceuta y Melilla que Marruecos nunca dejará de hacer.
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