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Todas las «marionetas» de Villarejo

Familiares y afines se refugian ante el tribunal en la alargada sombra del comisario para buscar la absolución. El juicio se acerca a su fin. Solo queda él por poner las cartas sobre la mesa

El comisario jubilado José Manuel Villarejo EP
Isabel Vega

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«Cualquiera que conozca a mi marido sabe que yo no decidía». Son palabras de Gemma Alcalá, la mujer de José Manuel Villarejo, pero bien podrían ser de su hijo José Manuel, del abogado de sus empresas, Rafael Redondo; o del también letrado en el grupo David Macías. Ellos son la parte del núcleo duro del comisario que ha acabado en el banquillo en el primer test de estrés al que se somete la macrocausa contra Villarejo en la Audiencia Nacional. Casi un año después de empezar el juicio, sus dos familiares, como los trabajadores, buscan la absolución en lo alargado de su sombra. Villarejo como «jefe todopoderoso» y su gente, simples «marionetas».

No es que le hayan abandonado. El propio Villarejo abrió el paraguas cuando hace ya varios meses, fue su turno de dejarse interrogar y se atribuyó «toda la responsabilidad» en todas y cada una de las decisiones adoptadas en sus empresas. Si algo ... quedó claro esta última semana de conclusiones es que los acusados de su entorno, entonces, como ahora, se han cobijado bajo él.

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