El Congreso ha aplazado las preguntas que debía responder este miércoles en la sesión de control la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Fuentes de su equipo, consultadas por ABC, alegan que tiene fiebre.
Su ausencia se produce ... después de que, este martes, su decisión de que paguen el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) también quienes cobran el salario mínimo interprofesional levantó ampollas en el Ejecutivo, con un enfrentamiento abierto entre su partido, el PSOE, y el socio minoritario de la coalición, Sumar.
Dicho giro de la cartera de Montero propició que lo que el Gobierno quería vender como una gran noticia, la subida del salario mínimo, fuera, sí, un enorme evento informativo, pero distinto, el de la bronca entre los dos socios de la coalición, como relatan Mariano Alonso y Patricia Romero en este diario.
La escenificación de ese conflicto la pudo ver todo el país durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros escenificada por la ministra portavoz, Pilar Alegría, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. En un momento, especialmente señalado, mientras Díaz lamentaba haberse enterado por la prensa la decisión sobre la tributación del SMI, Alegría susurraba «eso no es así».
Tras esa crisis, que este mismo miércoles minimizaba Pedro Sánchez en la sesión de control al que faltaba su vicepresidenta, rivales y socios del Gobierno anunciaron una cascada de propuestas para revertirla. La más indicativa era la proposición de ley de Sumar, tachada por la parte socialista del Gobierno como «populismo parlamentaria», como informaban Patricia Romero, Pilar de la Cuesta y Juan Castillas.
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