En la zona cero tras la DANA: así levantan Villamantilla sus vecinos
Comercios, garajes, parques y carreteras continúan destrozados una semana después de la catástrofe
Cinco días de búsqueda y un triste final: los cuerpos de Manuel y José estaban a 200 metros en un área ya rastreada
Villamantilla (Madrid)
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Iniciar sesiónLas jornadas son largas y el trabajo arduo en Villamantilla. No solo para los operarios del ayuntamiento, sino también para todos los voluntarios que han echado una mano durante los angustiosos días posteriores a la tormenta, en los que caminar por las calles suponía contemplar ... el escenario posapocalíptico que dejaban los escombros de los muros que cedieron ante la fuerza del agua, así como esquivar ramas, contenedores, además de las pertenencias perdidas de los apenas 1.500 habitantes de este pueblo.
Tras el ruido de la DANA, ahora reina el silencio en Villamantilla. Sin embargo, para que la normalidad vuelva a esta localidad del suroeste de la región aún queda mucho por hacer. «Es una verdadera pena verlo todo así de destrozado», lamenta Juan Antonio de la Morena, el alcalde, quien, entre llamada y llamada y con las botas puestas, se encarga de gestionar un suceso insólito para los vecinos de este municipio.
«He bajado para colaborar con lo que se pueda», indica Cristina, una de las voluntarias. La noche de la tragedia, mientras observaba por la ventana la forma en la que caía el agua sin parar pensó: «Que sea lo que Dios quiera». Y, como ella, decenas de vecinos, conmovidos e impotentes, se juntaron con los trabajadores municipales para tratar de reducir al máximo los daños que dejó el temporal. Aunque, poco a poco, el número se ha ido reduciendo pues muchos tienen otras responsabilidades a las que atender.
Cinco días de búsqueda y un triste final: los cuerpos de Manuel y José estaban a 200 metros en un área ya rastreada
Ambos cadáveres han permanecido en la playa del Alberche, a bastantes kilómetros de donde desaparecieron
«Hemos ido limpiando todos los montones acumulados desde la madrugada del mismo domingo, dejamos las vías vacías para que se pudiera transitar por ellas», asegura el alcalde quien, desde el primer momento, tomó las riendas de la situación. «No nos queda más remedio. Todo el mundo tiene que ayudar», determina.
Villamantilla forma parte –junto con Aldea del Fresno, Villamanta, Villa del Prado y El Álamo– de las localidades que más se han visto afectadas por la DANA en la región. Sus habitantes no habían visto nunca algo igual, aunque son conscientes de la situación de los pueblos vecinos. «Dije a los voluntarios de Obra Social La Caixa que fueran a Villamanta. Aquí hay daños y nos impresiona recordar cómo estaba antes y ver en lo que se ha convertido, pero al menos aquí la gente no se ha quedado sin un lugar donde dormir«, relata De la Morena, mientras camina a paso lento hacia lo que será el nuevo centro de salud del municipio.
Bañado en barro
Escasas horas después de que la tormenta amainara, los habitantes de Villamantilla salieron a comprobar lo que quedaba de la localidad. Ese fue el preciso momento en el se dieron cuenta del impacto real que había dejado la DANA. Asfalto levantado, garajes y comercios inundados, parques cubiertos de ramas, y un centro de salud pasado por barro y sin electricidad. «Ha tenido que ser trasladado a la casa de la juventud municipal», indica De la Morena mientras un operario mueve una mesa al interior de las instalaciones en las que se ubicará el nuevo del espacio médico.
«No nos queda más remedio. Todo el mundo tiene que ayudar»
Juan Antonio de la Morena
Alcalde de Villamantilla
El alcalde asegura que la factura de todo lo que se recoja por parte de los operarios municipales o con la ayuda de voluntarios corre a cargo de los ayuntamientos. «Tan solo nos abonarían los gastos de contratos de emergencia con terceros. Si se hace con recursos del propio consistorio, no se devuelve, por lo que ya no se puede invertir en otras actividades», explica. La Comunidad de Madrid ya solicitó al Gobierno de España que declararan la zona como catastrófica, ahora solo queda esperar. «Los daños en los coches lo cubrirán los seguros, pero hay que pensar en la gente que no disponga de uno».
La alarma de emergencias que sonó la tarde del domingo en todos los teléfonos móviles de este municipio, sirvió para que los vecinos estuvieran alerta y se prepararan para lo que venía. Los residentes de las viviendas más afectadas movieron sus vehículos a la segunda planta de su garaje, evitando que estuvieran colocados en la inferior, en la única que pensaban que se iba a inundar. Sin embargo, la potencia de la riada hizo que el agua entrara hasta por las ventanas, ahogando todo este espacio que creían seguro.
«Es la primera vez en mi vida que veo algo así. Ha habido tormentas del estilo, pero nunca había llegado a acumularse tanta agua», asegura el alcalde. Ahora, las familias se dedican a tirar todas esas pertenencias que ya no sirven para nada y a recoger todas las que consideraban que se pueden salvar. «Toda la ropa de invierno a la basura. Ya no tenemos nada», lamentaba una de las vecinas.
«Miraba por la ventana mientras llovía y pensaba 'que sea lo que Dios quiera'»
Cristina
Voluntaria en la reconstrucción
En Villamantilla están acostumbrados a la lluvia intensa, pero «en ningún momento» pensaron que esto iba a ser así, admite a ABC el dueño de 'La cueva de Villamantilla', una bodega que recibe su nombre de las cavernas que se encontraban a escasos metros de su local y que forman parte del patrimonio del pueblo. «Ayer descansé tres horas y ni siquiera apagué la luz. No sé que más hacer. Todo está lleno de barro y me han llamado para reservar mesas este fin de semana», lamenta con desesperación.
Vegetación en el arroyo
Aunque tratar de evitar un desastre de este calibre sea complicado, Juan de la Morena indica que hay algunos daños que se podrían haber ahorrado. «Tenemos un problema con la Conferencia Hidrográfica del Tajo porque no nos facilita la limpieza del arroyo», explica el alcalde. La vegetación acumulada en este lugar fue lo que impidió que el agua circulara rápido, levantando el asfalto, que quedó destrozado y esparcido por distintas puntos del lugar. Hace unos años, según asegura el alcalde de Villamantilla, limpiaron el lugar y la Conferencia Hidrográfica del Tajo denunció al ayuntamiento a la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid «por quitar las zarzas».
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