La yincana de Sol: pavimentada al 75% y subiendo, restos arqueológicos y uvas de por medio

El plazo de los trabajos se cumple, 12 meses que culminarán en la primavera de 2023, lo que no quita que hasta la inauguración definitiva el calendario de su apertura sea una yincana. Desde ahora y hasta el primer puente de diciembre, el ayuntamiento despejará progresivamente la plaza, que entonces estará «plenamente accesible», sostienen desde el Área de Obras y Equipamientos, a falta de varios detalles por rematar. Por ahora, el 75% de la Puerta del Sol y el 80% de la Carrera de San Jerónimo están pavimentados, y subiendo.

A principios de diciembre, el «frenesí» de las obras —por el que Almeida ha pedido «disculpas» a los madrileños— habrá finiquitado el 90% de Sol. La mayoría de los bancos, una línea partida en tres que adornará el arco norte, estarán colocados y solo un 10% de la nueva plaza lucirá superficie de mortero (la mezcla de cemento, arena y agua que después se cubrirá con baldosas). El único punto cerrado será el hueco donde los trabajadores se han topado con restos arqueológicos.

El pasado julio ya hubo un primer hallazgo. La Dirección General de Patrimonio, encargada de analizarlos y catalogarlos, determinó que carecían de valor y autorizó su tapado con geotextil y arena limpia. «Es lógico y normal que en unas obras de esta envergadura y en pleno centro de Madrid aparezcan restos arqueológicos», reconoció este lunes Almeida. En principio, «no deberían afectar al plazo de ejecución» de las obras, añadió.

Así que el lugar que le corresponde a la futura fuente de Sol, un guiño al cielo estrellado con la estatua ecuestre de Carlos III en su centro, se mantendrá cerrado unas semanas más. Esta lámina de agua se rematará después del día de Reyes, como el resto de monumentos que cambiarán de sitio, la estatua del Oso y del Madroño y la Mariblanca. Los quioscos se reagruparán en los extremos de la plaza con pabellones de vidrio. El último paso será el acceso a Cercanías, aún pendiente de la autorización de Adif.

La metamorfosis de Sol, su peatonalización completa y la de todas las calles que convergen en ella, cuesta 10,7 millones de euros; la mitad procede de las arcas municipales, la otra mitad de los fondos europeos Next Generation. Las vías de Tetuán, Preciados y Carmen, peatonales y más verdes, ya están terminadas, y en la calle del Arenal solo faltan los bolardos retráctiles. A la vuelta de las Navidades, el ayuntamiento intervendrá en las calles de la Victoria y Espoz y Mina.

En cuatro meses, la plaza de Pontejos, a dos minutos a pie de Sol, también será peatonal. Un busto del Marqués Viudo de Pontejos, antiguo alcalde de Madrid, preside esta manzana flanqueada por edificios de finales del siglo XX y principios del XIX. Un espacio de 750 metros cuadrados que replicará la imagen del kilómetro 0 con igual pavimento, mobiliario, alumbrado y paisaje urbano.

La inversión asciende a 743.000 euros y las obras empiezan esta misma semana. Entre otras actuaciones, el aparcamiento destinado a vehículos oficiales se tapará con el mismo material que el resto de la plaza para integrarse en el entorno. Un pedacito más reorganizado en este lavado de cara del «corazón de España», como llamó este lunes la presidenta Isabel Díaz Ayuso al centro de la capital, a los pies del árbol navideño recién instalado entre las brechas de la reforma.