La otra vuelta al cole: 535 multas en controles policiales a las rutas escolares
Durante una semana, se multiplican las inspecciones a autobuses de centros educativos: desde alcoholemias a falta de papeles
ABC participa en un dispositivo de la Policía Municipal durante la campaña en un centro de educación especial
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Iniciar sesiónSon las ocho y media de la mañana de un martes de septiembre y varios coches patrulla de la Comisaría Integral del Distrito de Puente de Vallecas y de la Unidad de Seguridad y Apoyo al Transporte de la Policía Municipal de Madrid se reparten ... por la calle del Campus Sur. Es un extremo muy cercano a la Universidad Politécnica, donde las dotaciones se distribuyen en dos puntos. El principal, al que acompaña ABC, se sitúa en una pequeña explanada aneja al centro de educación especial Vallecas. Es el estacionamiento reservado, al que comienzan a llegar los autobuses de la ruta escolar. Empieza así una jornada de la Campaña de Vigilancia y Control del Transporte Escolar y de Menores.
Entre el 15 y el 19 de septiembre se han llevado a cabo una serie de inspecciones, por mandato de la Dirección General de Tráfico (DGT), que son sorpresa, sin previo aviso a los chóferes ni a las empresas adjudicatarias de las rutas. En el caso que nos ocupa en Vallecas, tiene el valor añadido de que el tipo de viajeros que llevan estos autobuses son de carácter vulnerable, por lo que toda seguridad es poca.
Se trata de una serie de controles especiales, similares a los que se somete a los conductores de las carrozas de la Cabalgata de Reyes y del Orgullo cada año: revisión de documentación de quien va al volante, pero también del propio vehículo, que se analizan al milímetro. Deben contar con todos los permisos y revisiones en regla; la ITV al día; colocación correcta de extintores; perfecto funcionamiento del sistema de apertura y cierre de puertas; corrección en el uso del tacógrafo... Y, por supuesto, que los conductores no trabajen bajo los efectos del alcohol y las drogas.
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Desde el curso 2007/2008, todos estos vehículos deben cumplir con los requisitos mencionados, así como con la obligatoriedad de que los niños vayan acompañados de un adulto con cualificación, que el bus no supere una antigüedad y un seguro de responsabilidad mínimo de 50 millones de euros.
El primer vehículo que llega al control de este martes, como la mayoría de los que vendrán después, está conducido por un hombre ya veterano al volante. En concreto, este lleva otras dos rutas y, además, trabaja como chófer en la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT). Se sabe la normativa al dedillo. Los agentes le piden toda la documentación y realizan las comprobaciones, que llevan unos diez minutos por caso. Además, pueden realizar la prueba de alcohol rápida. En los casos reportados durante esta mañana, todos dan negativo, aunque durante 2024, según los datos facilitados, hubo cuatro positivos.
En el año pasado, se registraron un total de 535 infracciones. Participaron en estas inspecciones 1.401 agentes y fueron denunciados 320 vehículos del total de los inspeccionados. Las principales sanciones fueron las siguientes, 19 por falta de autorización de la Comunidad de Madrid para este tipo de transporte; falta de autorización municipal, 183 casos (la más numerosa); falta de señal de transporte escolar V10 (30); no haber pasado la ITV (6); problemas con los extintores (34); manipulación del tacógrafo (12); y deficiencias del vehículo (33).
Alumnos vulnerables
Echemos un vistazo al histórico. Por ejemplo, durante el curso 2012-2013, se llevaron a cabo 413 inspecciones a rutas de transporte escolar y de menores en la ciudad de Madrid y fueron impuestas 54 denuncias por irregularidades detectadas. La cifra se ha multiplicado por diez en una docena de años, aunque lo cierto es que los controles también se han disparado.
Las rutas se van acumulando en el estacionamiento exterior del centro. Las docentes salen a acompañar a los alumnos, algunos no se valen por sí mismos, y ya son ocho los autobuses en los que trabaja la Policía Municipal allí trasladada. En total, son doce las que dan servicio en el centro de educación especial Vallecas cada día.
En la campaña efectuada este año han participado la Comisaría General Zona Este, Comisaría General Zona Oeste, Comisaría General de Seguridad Ciudadana, Comisaría Principal de Policía Judicial y Comisaría Principal de Seguridad Vial y Apoyo al Transporte.
«¿Me deja la tarjeta de inspección técnica», solicita uno de los agentes al conductor, antes de practicarle el test rápido de alcoholemia. Es temprano para haber bebido nada, aunque nunca se sabe. Resultado: negativo. «Otro aspecto muy importante -insiste el policía municipal- es que estos vehículos no superen los 16 años de antigüedad». Esta es una de las deficiencias más comunes. Los inspeccionados durante este reportaje, al tratarse de un centro de educación especial, son una especie de minibuses que están adaptados a necesidades concretas y tienen entre 21 y 25 plazas. En los de los colegios ordinarios, la capacidad suele ser superior, en torno al doble.
En otro autobús, el dispositivo solicita los datos del tacógrafo, esa especie de caja negra en la que quedan registrados todos los movimientos, especialmente los de inicio y parada del servicio. «Se caduca el 11 de octubre. Precisamente, he revisado esta mañana, antes de salir, los datos. Que conste que yo no sabía que ibais a estar aquí. Lo que ocurre es que cada conductor que se sube aquí mete los papeles en un sitio, y hoy me he dicho: 'Voy a organizar los papeles antes de salir, que no me quiero complicar la vida'. Me da tranquilidad, cuando me siento, saber dónde tengo las cosas», aclara uno de los chóferes.
Los cinturones de seguridad son otro de los elementos sometidos a inspección, de acuerdo con el real decreto 443/2001 de 27 de abril, recuerda uno de los policías municipales de Madrid. Además, aclara a otro de los conductores, los vehículos de nueve plazas deben tener (y hacerse uso de él) tacógrafo. Parece que no todos cumplen este requisito.
«Normalmente, suele haber un error en la concepción de su utilización. El transporte especial, como es este caso, está fuera del control de los tiempos de conducción y descanso; pero sí que es preciso llevar el tacógrafo con la tarjeta insertada», explica a uno de los infractores. «¿No estoy exento entonces?». «No». Sancionado.
Los tiempos de conducción sí se tienen muy en cuenta en aquellos casos, que son bastantes, en los que la misma persona que lleva estos autobuses de ruta complementa su salario trabajando también en los autobuses de la EMT u otra empresa de transportes. El agotamiento puede afectar en la conducción y es muy peligroso cuando, además, se traslada a una importante cantidad de pasajeros.
Los niños van entrando en sus aulas y los agentes se despiden. Este es su particular inicio de curso escolar.
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