Los Vascos contra los Pecas: el asesinato entre clanes que acabó con un velatorio en el cementerio armados hasta los dientes

Ocurrió en la madrugada del pasado 19 de mayo. Este periódico informaba del asesinato de Lucas Fernández Muñoz (el clan familiar de los Fernández es uno de los más extensos de Madrid). Se trataba de un hombre español que aún no había llegado a los 48 años. Estaba casado con una de las mujeres de los Vascos. Cuando en julio se esclareció el crimen, se supo que una riña previa entre hijos de ese clan y de los de los Pecas había desencadenado el tiroteo mortal. Se investigó un posible ajuste de cuentas por drogas o una venganza por asuntos turbios.

Sea como fuere, Lucas murió a manos de un rival de 27 años durante una pelea entre las dos familias, en la que participaron alrededor de 30 personas.

Fue un vecino quien llamó a la sala del 091, que comisionó a varias patrullas a la 1.40 horas. Cuando llegaron, la esposa de Lucas, la que pertenece al clan de los Vascos, ya lo había subido, malherido, en su BMW y trasladado al hospital 12 de Octubre. El hombre falleció en torno a las 3 de la madrugada.

Las escenas de dolor y promesas de venganza por parte de los parientes se sucedieron en las inmediaciones del centro sanitario y luego, al regresar a esa zona de Urgel, en Carabanchel.

Los vecinos escucharon tres o cuatro disparos, aunque a Lucas le impactaron tres, dos de ellos en el abdomen. Le acribillaron hasta dejar un reguero de sangre por el Camino Alto de San Isidro. El homicida utilizó una pistola, pues los investigadores recogieron casquillos de bala, concretamente dos. Los familiares de la víctima mortal colaboraron con el Grupo VI de Homicidos, y dieron todo lujo de detalles sobre el clan de los Pecas.

El autor material del crimen, cuya identidad se conoció muy pronto, puso pies en polvorosa y estuvo escondido, gracias a parte de sus parientes, hasta que a principios de julio fue arrestado por la Policía Nacional. Tenía un antecedente previo y fue enviado a prisión por homicidio y tenencia ilícita de armas.

Por eso, cuando los Vascos acudieron al cementerio de Carabanchel este sábado por la tarde lo hicieron, según su criterio erróneo, armados hasta los dientes. La Policía Municipal estaba desplegada este punto en todos los cementerios de la ciudad, por la festividad de Todos los Santos. En el marco de ese dispositivo, sobre las siete de la tarde de aquel día, agentes de la Unidad Integral del Distrito observaron situaciones sospechosas en torno a una familia que había acudido allí a velar a una persona recientemente fallecida: se trataba de los allegados a Lucas. Dieron el alto al conductor. En el cacheo, encontraron al conductor una pistola. El hombre quedó detenido. Dentro del coche había dos navajas.

A otros miembros del clan les encontraron dos armas de fuego en el pantalón, a mano por si tenían que tirar de ellas. De hecho, el temor de los cuatro arrestados y demás familiares era que aparecieran los del clan de los Pecas para ajustarles las cuentas porque habían detenido a uno de los suyos por matar a Lucas.

También portaban armas blancas, bastones-estoques e incluuso 67 cartuchos de bala y un palo de golf. El cuarto arrestado llevaba machetes y un hacha. Tienen 21, 28, 41 y 58. Todos son de Madrid, excepto un valenciano.