La unanimidad en la Asamblea se rompe en Cibeles: el PSOE rechaza la declaración a favor de la libertad de prensa

El presunto fraude fiscal del novio de Ayuso, Alberto González Amador, y los sucesos que ha desencadenado en los últimos días han estrenado el pleno municipal. La portavoz socialista, Reyes Maroto, ha formulado la primera pregunta del debate al alcalde: «¿Cree que la presidenta de la Comunidad de Madrid, ante los hechos que acabamos de conocer, debería dimitir de su cargo?». Maroto ha terminado su intervención, sobre «cañas, fruta y Maserati», con una exclamación: «¡Ayuso, dimisión!». Almeida ha sonreído, ha subido a la tribuna y ha replicado: «Considero que Ayuso no debe dimitir, pero usted sí». Entre otras cosas, porque «la corrupción y el PSOE es lo mismo», ha zanjado.

Así ha empezado la sesión que pone todos los meses el broche a la política madrileña, sin alejarse de la bronca habitual de los últimos debates ni circunscribirse a los asuntos de la capital. En el hemiciclo se ha hablado de las «sagas mafiosas» del PP madrileño, del exconsejero Francisco Granados y el caso Púnica, del caso Koldo y el hermano comisionista de Ayuso, de los contratos sanitarios en pandemia y del rescate millonario de Air Europa... Más Madrid ha propuesto incluso crear una comisión de investigación para analizar todas las adjudicaciones municipales de emergencia durante el tsunami del Covid-19, pero el PP (con mayoría absoluta en el pleno) y Vox han votado en contra.

Entre la batería de ataques cruzados de corrupción ha habido un único receso: todos los grupos han votado a favor de una propuesta del PSOE para elaborar un Plan de Ciudad de Formación Profesional. «La ciudadanía agradece este tipo de consensos y este tono, hoy podemos celebrar que más allá del ruido es posible hacer política y ayudar a la gente», ha destacado la concejal que ha defendido la proposición, María Caso (PSOE).

Otra propuesta, de Vox, ha salido adelante tras un debate tenso. El Ayuntamiento de Madrid ha mostrado su «absoluto rechazo» a la ley de amnistía aprobada la semana pasada en el Congreso y ha reprobado a Pedro Sánchez, Francina Armengol y todos los diputados que secundaron la norma. Es la segunda vez que el consistorio madrileño reprueba al presidente del Gobierno (aunque ha habido ya tres intentos desde noviembre). Aunque la reprobación no tiene aplicación práctica (es el tirón de orejas de la política), el mes pasado el Ayuntamiento de Madrid dio un toque de atención a Sánchez por «sacrificar» la ciudad en Bruselas, durante la votación que decidía la nueva sede de la agencia europea antiblanqueo (AMLA, por sus siglas en inglés).

Esta vez, el reproche ha sido por la amnistía, porque no es solo «un ataque a la base de la democracia», sino «a la inteligencia y al sentido común», ha declarado la concejal de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz. El portavoz de Vox, Javier Ortega Smith, ha descrito la amnistía como «la ley de la impunidad» que «legitima nada menos que un golpe de Estado desde las instituciones». El edil acostumbra a presentar este tipo de iniciativas al margen de los asuntos madrileños, como la moción de urgencia, uno de los últimos puntos de este viernes, para condenar «rotundamente la represión y la limitación de la libertad de expresión en Cuba». Ha sido aprobada gracias a los votos del PP y frente al 'no' de la izquierda. «Contra el castrismo, contra el comunismo, ¡viva Cuba libre!», ha concluido Ortega Smith.

La libertad de prensa, la de España y la de Madrid, ha cerrado la sesión de Cibeles con una última moción de urgencia. El PSOE pedía reiterar «el compromiso del Ayuntamiento de Madrid con el artículo 20 de la Constitución» que reconoce el derecho a la información y condenar los «intolerables, inadmisibles y graves ataques a la libertad de prensa» por parte de «responsables públicos del Gobierno de la Comunidad de Madrid». Era un intento de retratar al PP que, sin embargo, ha esgrimido la unidad y la declaración institucional pronunciada en la Asamblea regional. La moción socialista ni siquiera se ha debatido, porque la negativa de PP y Vox en la ronda de votación previa, la que determina su urgencia, ha decaído.