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La tortura de vivir a dos metros de la A-5, de Batán a Campamento

Desde 2005, los residentes esperan el inicio del soterramiento de la autovía a su paso por el distrito de Latina

Muchos llevan toda una vida padeciendo ruidos, humos y luces de decenas de miles de vehículos al día

Fachada de las viviendas de la Colonia de Lourdes, en Batán, que distan apenas dos metros de la carretera de Extremadura ANDRÉS GERLOTTI

JAVIER PALOMO Y JAVIERA VERCELOTTI

Madrid

Las ventanas vibran, el zumbido del tráfico es incesante y las luces de los faros obligan a dormir en la más absoluta oscuridad. Esta es la realidad de los vecinos de Batán que viven pegados a la A-5. «Llevo toda mi vida en el ... barrio, 54 años para ser exactos, y no te acostumbras al constante ruido de los coches», comenta Virginia desde su casa, un quinto a la altura de la Colonia de Lourdes, junto a la estación de Metro de Casa de Campo y desde donde se ve con claridad cómo la carretera que pone rumbo a Extremadura separa los barrios de Batán y de Campamento del barrio de Lucero. «Nos sentimos encajonados», aseguran tanto Virginia como el resto de vecinos.

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