El Supremo ordena reabrir el caso de Meño, en coma desde 1989 por presunta negligencia

«Estoy emocionada. Creo que se empieza a hacer justicia con mi hijo después de veinte años», ha indicado a ABC Juana Ortega, la madre de Antonio.

La sentencia, de la que es ponente el magistrado José Ramón Ferrándiz Gabriel, considera que «el interés de la declaración efectuada por un nuevo testigo, quien ofreció una distinta visión de los hechos, cuya valoración constituirá, en su caso, materia de nuevo juicio, pone de manifiesto la realidad de un fraude procesal-maquinación fraudulenta en términos del artículo 510, ordinal 4, de la Ley de Enjuiciamiento Civil - gestada, fuera de proceso, entre los profesionales intervinientes en la rinoplastia estética, con el fin de impedir a los perjudicados aproximarse remotamente, en el proceso civil, y antes, a la tarea instructora impulsada de oficio».

El juicio para pedir la apertura del «caso Meño» fue el pasado 3 de noviembre. Allí, el testimonio del doctor Frade fue fundamental. Él, que estaba de aprendiz cuando el 3 de julio de 1989 se operó a Antonio en la clínica Nuestra Señora de América de una cirugía estética en la nariz, aseguró que la anestesia había fallado y que Antonio, en la mesa de operación, estuvo unos diez minutos sin respirar. También dijo que el anestesista no estaba al lado del paciente cuando este hecho ocurrió.