SOS en Sanidad: 11.000 médicos y enfermeras se jubilarán en Madrid hasta 2033 sin relevo seguro

Las cifras son preocupantes: de confirmarse, supondrían perder a un 35 por ciento de la plantilla de médicos de familia y a un 23 por ciento de las enfermeras. «Hay que actuar ya», afirma el consejero, para quien este es un problema de índole nacional, «un auténtico problema de Estado».

Lo cierto es que la fuga de médicos y enfermeras en los últimos años se cuenta por miles: la precariedad laboral en Madrid, y las mejores condiciones en otros países del entorno europeo, habrían contribuido a esta marcha de personal ya especializado y formado.

El resultado: un déficit de profesionales sanitarios que se buscan otras formas de vida por los salarios poco competitivos, las enormes cargas de trabajo y la falta de incentivos. Un ejemplo se vio en el último llamamiento para que médicos de familia y pediatras de la bolsa de empleo temporal de Madrid escogieran alguna de las plazas que ofrecía la Consejería de Sanidad. De 338 médicos de familia candidatos, señala el sindicato Amyts, sólo se presentaron para escoger plaza 59. Y de 26 pediatras candidatos, sólo se presentaron a escoger plaza 5. «Y eso que se supone que era para plazas mejores: para interinidades, y no como sustitutos, o para jornada completa en lugar de media».

Las malas condiciones laborales, los centros con sobrecarga de trabajo o la imposibilidad de conciliar son tres de las causas por las que los profesionales no quieren estas plazas. El reto ahora es encontrar fórmulas que acaben con esta situación de inminente escasez de profesionales de la Medicina. Desde la Consejería de Sanidad matizan que esta previsión de jubilaciones, por alcanzar la edad reglamentaria para ello entre 2023 y 2033 hasta 6.000 facultativos, podría ser algo menor en la práctica. Esto se debe a que muchos, sobre todos los médicos, piden la permanencia en el puesto de trabajo.

Ruiz Escudero hacía un diagnóstico certero ayer, durante un desayuno informativo de Europa Press: «Faltan enfermeros, geriatras, psiquiatras y un largo etcétera, que culmina con la escasez preocupante de médicos de familia». Las cifras de posibles bajas que aportó «nos preocupan, y mucho; por eso hay que actuar ya» para no seguir engordando la bola de nieve que lleva a que ya haya, reconoce, «en Atención Primaria, hasta 200 puestos con cobertura imposible, por escasez de profesionales».

Su propuesta pasa por incrementar el número de alumnos que acceden a los estudios de Medicina y al MIR. Una solución, en todo caso, a medio plazo, porque «uno que entra ahora tarda diez años en salir». Pide que por fin se apruebe la especialidad de Urgenciología –que ahora no existe en España–, una antigua reivindicación del colectivo. Y crear más plazas de profesor o catedrático vinculadas a la medicina de familia. Reclama al Gobierno central «un presupuesto real para los planes que impulsa» porque si no, «se quedan en parches sin utilidad».

Asegura Ruiz Escudero que Madrid ha puesto en marcha procesos selectivos para hacer fijos a más de 32.000 profesionales temporales, y va a implantar la carrera profesional para 22.000 trabajadores sanitarios temporales, lo que se traducirá en subidas de sueldo. «Las plazas están; el tema es que haya profesionales. La remuneración es mejor, la estabilidad también. La clave es cuidarlos», concluía.

La portavoz de Amyts, Ángela Hernández, lamentaba: «Se nos queda muy corto este anuncio». El Colegio de Médicos de Madrid, en un documento sobre la situación de la Atención Primaria de mayo de este año, destacaba que era «desconcertante y preocupante la unanimidad de todas las organizaciones profesionales» al «advertir tanto de la gravedad de la situación como de la ausencia de respuesta suficiente de la administración».