Sánchez da un nuevo portazo a Madrid y rechaza invertir en plena crisis de Cercanías

La reunión también empezó y terminó tarde. Durante casi dos horas, los periodistas esperaron a las puertas de una sala del Ministerio de Transportes, Agenda Urbana y Movilidad donde ministra y consejero debatían sobre un problema que arrastra ya años de vida. La red de Cercanías no funciona bien en Madrid. Las incidencias se acumulan y los retrasos parecen convertirse en la norma de los ciudadanos que, a primera hora de la mañana, embarcan en los trenes de corta distancia que a lo largo de 2022 transportaron a 205 millones de personas. El consejero de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad, David Pérez (PP), puso sobre la mesa tres peticiones. Y la más urgente, un fondo de emergencia de entre 1.500 y 2.000 millones de euros para paliar las continuas averías de Cercanías, fue rechazada.

«Hemos pedido un plan de choque para poner al día toda la red de Cercanías en Madrid. En estos años no se ha producido un mantenimiento suficiente», informó este viernes Pérez, «en este punto no ha habido acuerdo, [el ministerio] no considera que exista ese déficit». En los dos primeros meses del año, el servicio ha sufrido «230 incidencias», según un cálculo del Ejecutivo regional a partir de las quejas de los usuarios. Sin embargo, la ministra del ramo, Raquel Sánchez (PSOE), recalcó que no conocía esas cifras: «No sabemos en qué se basa [la Comunidad de Madrid]. Tanto el operador del servicio (Renfe) como el de la infraestructura (Adif) nos dicen que la puntualidad [de los trenes] está en un 95%».

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Los problemas en Cercanías, además de convertirse en 'trending topic' en Twitter, líder indiscutible de las quejas en redes sociales, se han colado en las agendas políticas de todo el espectro ideológico. La portavoz de Más Madrid en la Asamblea regional, Mónica García, apremió al Gobierno central a tomar cartas en el asunto: «Es urgente que se ponga a invertir en Cercanías». Hasta el secretario general del PSOE madrileño (y candidato a las elecciones de mayo), Juan Lobato, afeó el caos del 16 de febrero: «Ha sido horrible, un horror. No está funcionando el sistema de gestión de Cercanías».

Ese jueves por la mañana, una caída de tensión en el sistema eléctrico colapsó líneas clave de Cercanías. Los apagones dejaron escenas caóticas, como los viajeros encerrados en el túnel de Recoletos, mientras el Consorcio Regional de Transportes de Madrid fletaba autobuses y reforzaba el Metro para ofrecer itinerarios alternativos. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, mandó entonces un ultimátum a la ministra: una inyección de 2.000 millones de euros o «acciones legales». El PP también insistió en su principal objetivo: recuperar el plan de 5.000 millones de inversión en Cercanías diseñado durante la anterior legislatura de Mariano Rajoy, antes de la moción de censura que invistió presidente a Pedro Sánchez.

En los últimos días, ese «plan de los 5.000 millones» ha estado en boca de todos los políticos que reclaman al Gobierno de Sánchez el dinero prometido. El primer plan de esas características se firmó en 2009, entre la entonces presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, y el ministro socialista de Fomento, Pepe Blanco. Apenas se cumplió un 5% de los 5.000 millones pactados. En aquella época, el equipo de Aguirre reclamaba al Gobierno central las competencias de Cercanías, a imagen y semejanza de la gestión que hacía Cataluña de Rodalies. Nada cambió y la cuantiosa inversión para solventar los problemas del servicio sigue en manos de Moncloa.

Durante la presidencia de Mariano Rajoy (entre 2011 y 2018), el ministro Íñigo de la Serna volvió a poner sobre la mesa el plan de los 5.000 millones. «El plan que dejó preparado el PP no se ha ejecutado y no se nos ha informado; reclamamos que ejecute ese plan. Hemos preguntado por el porcentaje realizado y no nos han contestado», lamentó Pérez tras la reunión de este viernes. Para la ministra Sánchez, que dio explicaciones unos minutos después que el consejero, ese plan no era más que un «PowerPoint». «Actualizamos ese plan, lo incrementamos en 1.500 millones de euros», aseveró, «la gran diferencia es que ahora tenemos un plan realista, factible, con proyectos que se están desarrollando, pero también muchos que se están ejecutando».

La reunión concluyó así, sin mayores acuerdos ni soluciones a corto plazo para atajar las averías ferroviarias. Aun así, el consejero rebajó el tono de los últimos días y la ministra desgranó las cifras de su ambicioso plan de 6.500 millones de euros. Estos son los datos que maneja el ministerio: 3.400 millones de euros destinados a 120 actuaciones de Adif, de las que «cerca del 50% están ejecutadas o en fase de ejecución», aseguró la ministra; y otros 3.040 millones para Renfe, de los que «se han ejecutado más de 650 millones». Sánchez destacó que, «a día de hoy», han «movilizado» más de 4.000 millones, «el 60%», ya sea en proyectos ejecutados o en planificación.

La mayoría de estos grandes números corresponden a la metamorfosis de la estación de Chamartín, que costará más de 1.000 millones de euros, para transformarla en una infraestructura futurista y duplicar sus líneas de alta velocidad; ninguna actuación directa en el servicio de Cercanías. Las obras que arrancaron a principios de febrero y que provocaron el apagón del túnel de Recoletos son la antesala de esos trabajos, una primera fase que reformará el vestíbulo principal de Chamartín y seis andenes.

Aunque las obras han reorganizado las rutas de cinco líneas de Cercanías, se suman a las complicaciones habituales que empezaron en 2013. En los cinco años posteriores, las incidencias se dispararon un 35% y el número de trenes averiados que se retiraban de la red se triplicó, según datos de CCOO. La caída en picado del servicio persiste y el Consorcio Regional de Transportes «ha realizado más de 1.000 refuerzos en lo que va de año», aseveró este viernes Pérez. La esperada reunión se saldó con un solo pacto: convocar una comisión de seguimiento para supervisar un plan, por ahora, demasiado abstracto.