Y Sabina perdió los alamares
El artista ubetense firma una inolvidable segunda noche en el Palacio de los Deportes de Madrid (le quedan seis más) en su gira de despedida de conciertos, 'Hola y adiós'
Joaquín Sabina comienza a decir adiós a Madrid
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Iniciar sesiónSabina dice que se va, que es como sacarle la lengua a tantísimos que desde hace 40 años le prometían una despedida al más puro estilo lumpen. Pero el de Úbeda siempre ha sido más de Dylan que de Hendrix y al final no ... ha sufrido el ERE de la mala vida, sino más bien lo contrario: casado, con dos hijas, una buena cuenta corriente y casa en Madrid y veranos en Rota, Sabina ha sucumbido a Sabina y se despide este año de los escenarios, con ocho-'palacios de los deportes'-ocho, que son como los ocho bises de ese concierto que nunca quieres que se acabe. 'Hola y adiós', los ha llamado.
Atacó ayer en la segunda de las veladas en la capital, ya se preveía, con 'Yo me bajo en Atocha', un tema que cuando fue publicado en aquel disco irregular con Fito Páez en 1998 pasó algo desapercibido y que es aquí lo que 'Con la frente marchita' en los recitales porteños: una estación de paso, un homenaje a Madrid (Corte de los Milagros-Bronx de Fuencarral) que ganó emoción en directo tras los terribles atentados del 11-M. «La dedico a los ausentes», ha comentado en alguna ocasión.
Joaquín Ramón Martínez Sabina, hijo de comisario de Policía, exyerno de ministro de la UCD y de un presidente del banco peruano nacional, y extinto comunista de una vez cada cuatro años, se saca la tarjeta roja con un repertorio de 23 canciones de las que ninguna baja del notable alto y agarra varias matrículas de honor, en estos días de selectividad universitaria y reguetón criminal. Luego se preguntan por ahí por qué gente paga por ver a un señor de 76 años que ni canta ni baila y ni siquiera sabes si terminará el concierto como manda la escaleta. Más de dos horas en los que no se bajó del taburete, solo para cantar 'Por el bulevar de los sueños rotos' (de los mejores momentos de la noche) y 'Una canción para la magdalena' en una mesita velador.
Madrid 'se Sabina'
Alfonso J. Ussía'Lágrimas de mármol' y 'Lo niego todo', piezas rockeras y magníficos últimos apéndices de una carrera iniciada en los setenta en el exilio londinense, marcaron el punto y seguido tras el saludo inicial en dos horas casi y media de recital. Reivindicó a Madrid como su patria elegida («todas estas canciones las he compuesto aquí»). Estuvo rodeado de sus más fieles sobre el escenario, aunque se echó en falta a su tanto monta (viceversa) y alquimista de acordes, Pancho Varona, uno de los peces de ciudad a los que el Flaco debe tanto y cuya amistad y sociedad artística quedaron destrozadas como un novio de alcoba vacía la noche de San Valentín.
Sentados en las primeras filas, le dedicó «Calle Melancolía» «a los poetas Ángel Antonio Herrera y Borja Sémper»; y a los televisivos Susanna Griso, Andrea Ropero e Iñaki López, rendidos a su arte. Sonó la guitarra blusera de la magnífica «Ahora que…» y el público que llenaba el Movistar Arena se levantó a bailar al ritmo de rumba «19 días y 500 noches'. Mención aparte merecen el guitarrista Jaime Asúa, que mediados los 45 minutos del concierto bordó otro episodio rockero, 'Pacto entre caballeros', y, sobre todo, Mara Barros, que nunca falla. Talento andaluz y un recuerdo a María Jiménez en 'Camas vacías' y estuvo enorme enorme en la copla 'Y sin embargo te quiero', el ya tradicional prólogo a una de las mejores composiciones del repertorio del jienense: 'Y sin embargo'.
Buen sonido y buena realización con proyecciones en tres pantallas enormes, donde se alternaban vídeos musicales de los temas, imágenes de ayer y de hoy de Sabina con sus propios dibujos y óleos que enfoscan su casa de Relatores, esquina Tirso de Molina. Y lo más importante: magnífica música con una banda de siete instrumentistas, tres cambios de vestuario (con sus tres sombreros distintos), emociones hipertrofiadas y un ambiente en las gradas al que no hizo falta todo el saltimbanqueo machacón de estos niñatos sin talento y con menos luces que un barco de contrabando que colapsan ahora las carteleras españolas.
Sabina estaba emocionado, mucho, se le notaba. Porque Madrid le impone (los nervios en el Palacio de los Deportes le han jugado más de dos malas pasadas, como la caída al foso cantando con Serrat o la espantada de hace unos años en mitad de un concierto), pero porque sabía que la noche estaba quedando perfecta. En los bises, 'La canción más hermosa del mundo', en la voz de Antonio García de Diego; 'Tan joven y tan viejo'; 'Contigo; y 'Princesa'. Eso sí, aunque era Madrid y siguen toreando en Las Ventas, se echó de menos 'De purísima y oro', lo que no impidió que las 15.000 almas del templo de la calle de Goya perdieran los alamares. Ojú, qué arte.
Repertorio interpretado (Madrid, 2 de junio de 2025)
1. Yo me bajo en Atocha
2. Lágrimas de mármol
3. Lo niego todo
4. Mentiras piadosas
5. Ahora que...
6. Calle Melancolía
7. 19 días y 500 noches
8. ¿Quién me ha robado el mes de abril?
9. Más de cien mentiras
10. Camas vacías (interpretada por Mara Barros)
11. Pacto entre caballeros (interpretada por Jaime Asúa).
12. Donde habita el olvido
13. Peces de ciudad
14. Una canción para la Magdalena
15. Por el bulevar de los sueños rotos
16. Y sin embargo te quiero (interpretada por Mara Barros)
17. Y sin embargo
18. Noches de boda
19. Y nos dieron las diez
Bis
20. La canción más hermosa del mundo (interpretada por Antonio G. de Diego)
21. Tan joven y tan viejo
22. Contigo
23. Princesa
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