Los robos multiplican las compras de perros guardianes en Madrid: «Es más fácil entrar donde no hay un mastín»
La demanda crece un 200% en zonas de alto nivel adquisitivo y entre futbolistas, músicos y empresas como Desokupa
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Amina Ould
ABC
A la llegada a la finca de la familia Cabanas en Villamanta, un municipio madrileño situado a pocos kilómetros de Navalcarnero, Zarza y Mora reciben a este periódico. Las cachorras de mastín leones son las guardianas del lugar, y día y noche están atentas a ... cualquier ruido extraño que escuchen. Madrid se sitúa entre las provincias que más demandan estos animales de protección y que en el último año ha vivido un incremento del 200% en las compras debido al aumento de los robos registrados en la región, según indica Juanma Morato, fundador de una de las empresas de entrenamiento más grandes de España.
Ambas perras llegaron hace cuatro meses desde distintos pueblos a Villamanta. «Un amigo de mi tío tiene invernaderos y en las ganaderías de extensivos estos perros salen en muchas camadas todos los años y ya no sabían donde meterlos, así que nos llevamos dos», cuenta el joven. Sin embargo, esta no es la primera vez que tienen estos animales de protección en la finca en la que viven abuelo y nieto y en la que se reúne la numerosa familia los fines de semana.
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«Llevo 60 años aquí y hemos tenido perro guardián toda la vida», explica Santiago Cabanas. Desde pastores alemanes hasta bodegueros andaluces, han pasado a lo largo de los años para proteger la propiedad, en la que este método les ha resultado bastante efectivo. «Por aquí ha habido robos en las casas y fincas de alrededor, pero nosotros no hemos tenido nunca ningún problema. Cuando oyen a un perro y ven que es grande, se produce el efecto que queremos», matiza el coronel de Infantería ya retirado.
Inseguridad
El clima de inseguridad que reina en las grandes ciudades españolas como consecuencia de la complicada crisis económica que atraviesa el país y el aumento de robos en domicilios registrados ha supuesto la subida de la demanda de estos animales de protección.
«El incremento ha sido de casi un 200% respecto al año anterior, sobre todo en ciudades como Barcelona, Madrid y Valencia«, explica el fundador de Corso de X-Men, la principal empresa dedicada al entrenamiento de perros de guardia de España.
El perfil de los clientes es variado. «Es gente que normalmente vive en una casa y que tiene espacio», indica el empresario. En la Comunidad de Madrid, los interesados por esta raza se concentran en zonas «con un mayor poder adquisitivo», como Aravaca, La Moraleja o Pozuelo. Sin embargo, también son compradores músicos, futbolistas e incluso la empresa Desokupa.
El precio de un Cane Corso no es asequible para todo el mundo puesto que puede llegar a los 20.000 euros, en función de las características que se busquen del animal.
Madrid es, después de Cataluña y Valencia, de las comunidades autónomas que más robos en domicilios ha registrado en 2022, según los datos del Ministerio del Interior. El año pasado, se notificaron 9.437 robos con fuerza en domicilios, un 14,5% más que en 2021.
Propiedad en desprotección
«En nuestro país la propiedad privada no está protegida, la okupación está siempre a pie de cañón y cuando tienes miedo o le han hecho daño a tu familia, tienes obsesión por protegerla«, indica el empresario. La primera solución en la que piensan los clientes es obtener un arma, »pero esto no es legal y te puede arruinar la vida«, por lo que un perro es una opción »bastante usual cuando han entrado a tu casa o tienes miedo de entren«.
Aunque ahora en la propiedad de los Cabanas también vive una familia que vigila la parcela, lo cierto es que los animales «son una alarma más«. »No nos sentimos inseguros, pero un poco más de tranquilidad sí que nos dan. Es más fácil colarse donde no hay un mastín que donde sí que lo hay«, determina Javier.
Aún siendo cachorras, si escuchan algún ruido raro, cambian la postura, se ponen a intimidar y ladran. «Sin lugar a duda, la experiencia me dice que tener perros grandes funciona«, asegura el patriarca. »Yo no quiero que hagan daño a nadie, pero sí que disuadan«.
A pesar del poco tiempo que llevan en Villamanta, Zarza y Mora no solo son las guardianas que protegen y vigilan el terreno, sino que ya son parte de la numerosa familia. «En realidad no solo las tenemos por protección, sino también porque por gusto a los perros«, admite Javier.
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