Riesgo adolescente en el 'mirador' de moda en TikTok de las vías de Chamartín
Un vídeo viral publicado hace dos años provoca que decenas de menores trepen a lo alto del muro de Adif para ver la puesta de sol
Los vecinos aseguran que la Policía acude cada semana a desalojar a los jóvenes, pero el problema no remite
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEs un lunes cualquiera, de una semana cualquiera, y aún falta hora y media para que el sol se ponga definitivamente. El frío cala y las nubes amenazan una postal complicada, pero en realidad poco importa: dos adolescentes conversan entre arrumacos en lo alto del ... muro, ajenos al tráfico que acontece a un lado y al otro. Los residentes miran acostumbrados, quizá resignados, a la aparición de un fenómeno originado hace dos años en TikTok: el 'mirador' de las Cuatro Torres (ahora cinco), al que decenas de quinceañeros acuden cada semana en busca de la mejor foto.
Hasta ahí todo bien. ¿El problema? Que la tapia que separa las vías del tren de la avenida de Burgos, muy cerca de la estación de Chamartín, dista mucho de ser un mirador. Al riesgo de caídas se suma la elevada afluencia, de hasta «cuarenta o cincuenta» personas los fines de semana. En el vecindario lo tienen claro: fue a raíz de hacerse viral un vídeo en la citada red social, cuando empezaron a notar una extraña procesión. «Llegan chicos todos los días, y no solo a ver la puesta de sol, también por la noche», resume el portero de las tres comunidades aledañas al enclave.
Residuos y quincalla
Para observar la controversia, basta un pequeño paseo en paralelo al perímetro, donde emerge un estrecho descampado que los conductores exprimen para no pagar la zona SER. Pegado al muro, los restos de basura se acumulan junto a otros residuos de obra, aprovechados en algunos casos por los visitantes para trepar la alargada muralla. «Si te subes ahí y apoyas los brazos arriba, no cuesta tanto subir», sostiene un joven, en dirección a unas tablones colocados a modo de impulso.
Valla publicitaria
Las maderas y una silla infantil sirven para los más ágiles, mientras que el resto camina hasta el final y sube por la estructura de una valla publicitaria, erigida en la parte más cercana al puente de la M-11. El tiempo pasa y la pareja del principio decide abandonar el fuerte: él baja primero y ella amaga un buen rato entre saltar desde arriba o apoyarse en la espalda de su acompañante.
Procesión de menores
Falta un rato largo para la caída del sol y por un instante parece que no hay público. «Todos los días vienen», resuena la voz del portero. Y no le falta razón. Dos chicas acuden al enorme cartel y escalan por barras de algo más de un metro separadas entre sí. Tras ellas, otro grupo de mujeres hacen lo propio y ya acomodadas beben, comen y fuman como si de un cine al aire libre se tratase. La función concentra esta vez a 14 espectadores.
Puente de la M-11
Por si fuera poco, la improvisada sala aún guarda una sorpresa. «Si pasas por ese agujero, puedes verlo igual desde el puente», advierten los últimos invitados. Una malla metálica rota sirve de improvisado paso al exterior de una carretera, la M-11, de la que solo te separa una barrera de hormigón, de no más de un metro de altura, entre una vía que enlaza con la M-30 y los terrenos de Adif. Precisamente, fuentes del gestor ferroviario informan a ABC que desde el momento en que sus servicios de seguridad detectaron la presencia de jóvenes se han desarrollado diferentes actuaciones: «La primera vez se les desalojó, advirtiéndoles del peligro que supone este tipo de acciones y de las sanciones que conllevan. Y en una segunda ocasión, la patrulla alertó a la Policía Municipal».
Recinto ferroviario
Quien sabe si esta última acción sucedió el lunes de esta misma semana, cuando una patrulla acompañó a otra de Adif hasta el susodicho descampado. Los agentes no se bajaron del coche, aunque su sola presencia con las luces azules encendidas puso sobre aviso a la quincena de personas encaramadas a la tapia. Los dos empleados de la seguridad privada, ataviados con chalecos amarillos, avanzaron hasta su posición y les obligaron a bajar. Para entonces, el sol acababa de esconderse, lo que añadía un escollo más para efectuar la expulsión.
Aviso de denuncias
A diferencia de los adolescentes, libres de miedo pese al evidente peligro, en Adif son conscientes de que las instalaciones ferroviarias conllevan exigentes medidas de seguridad. Por ello, recuerdan que en ese punto el muro está alejado de las vías y que existe otro vallado de protección adicional que impide el acceso a las mismas. Asimismo, y una vez alertados de la situación, se ha establecido un operativo con vigilantes para mitigar el riesgo. «En caso de detectar el acceso al muro se da aviso a la Policía Municipal para que procedan a su identificación». Con dichos datos, la compañía asegura que interpondrá denuncias administrativas en la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria.
Peligro de caídas
El gestor recuerda también que encaramarse al muro y rebasarlo «se considera invasión de un recinto de protección ferroviaria». Al igual que caminar por las vías y su entorno, «que además de peligroso es ilegal y conlleva una sanción». Hasta ahora no se han producido arrollamientos ni incidentes reseñables en este tramo; si bien, todavía colea el percance de un joven meses atrás al bajarse de la tapia. «Tuvo que venir el Samur porque se rompió el tobillo al saltar», relata otro residente.
Actuación policial
A nivel general, solo en los últimos cuatro años se han invertido más de 8 millones de euros «para mejorar la protección de la infraestructura con la instalación de cerramientos de protección a las vías y también, según el caso, con la construcción de pasos elevados o inferiores». Con ello se busca prevenir el enquistamiento de pasos viciados y otras conductas peligrosas como son los selfis, juegos o grafitis. En este último caso, los vecinos son conscientes de que los vándalos del espray nada tienen que ver con los fanáticos del 'mirador'. «Los grafiteros vienen mucho más organizados y no dudan en pasar dentro. No es la primera vez que vemos desde la terraza los trenes llenos de pintadas», apuntan.
Selfis imposibles
A las labores de vigilancia se suman diversas iniciativas de sensibilización para concienciar a la población y promover actitudes seguras en relación con el uso de estos espacios: entre otras, respetar las normas y extremar la precaución en la proximidad de los raíles. De forma periódica, Adif pone en marcha campañas en redes sociales con los 'hashtags' #Notelajueguesporunselfie y #LaVíaMásSegura. Y si se detectan en estas mismas plataformas imágenes con actitudes irresponsables, estas son remitidas al área de Seguridad para su correspondiente seguimiento.
Puesta de sol
Polémicos vídeos como los difundidos en TikTok, que registran el camino desde la parada de metro de Bambú hasta el último rayo de la tarde. Por ello, recalca el dueño de las vías, se rastrean esas cuentas para trasladar a los autores que «estos comportamientos son ilegales, irresponsables y peligrosos, no sólo para uno mismo sino para el conjunto de los usuarios del ferrocarril, además de estar expuestos a fuertes sanciones». La noche cae sobre el cielo de Madrid y la muralla queda libre de guardianes. Hasta el día siguiente, donde aquí, por desgracia, todos los días sale el sol.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete