Al rescate del patrimonio neomudéjar: una batalla por la identidad de Tetuán

Una conversación entre vecinos, unas cañas y la preocupación por la pérdida de los edificios que representan toda la historia de un barrio. Esta fue la primera manifestación de la iniciativa que ha removido a decenas de vecinos que decidieron dar un paso adelante y pelear por la identidad del lugar al que pertenecen. «Tuvimos una acogida inimaginable», cuenta a ABC Antonio Granero, presidente de la Asociación de Vecinos de Tetuán y Cuatro Caminos. Más de 60 vecinos, divididos por grupos, recorrieron los barrios del distrito para hacer un mapeo, identificando los inmuebles de arte neomudéjar, las singulares construcciones de ladrillo, que encontraban por la calle. «En pocos meses ya teníamos unas 500 fotos», indica.

La posible pérdida de Bravo Murillo, 315 fue otra de las motivaciones que culminaron en el proyecto serio que los vecinos, junto al Grupo de Protección del Patrimonio de Tetuán, presentaron al Ayuntamiento de Madrid y que ha sido «bien acogido» por los técnicos. El bloque cuenta con protección ambiental, la más baja y que era «insuficiente» para su preservación, explica Tirso Ocaña, historiador y arqueólogo que también lidera este proyecto. El experto realizó el Trabajo Fin de Máster (TFM) sobre esta cuestión y ahora se está doctorando en Patrimonio por la Universidad Autónoma de Madrid.

El consistorio, tras la solicitud de protección, ya ha denegado dos propuestas de constructoras que no permitían el mantenimiento de la fachada histórica de un edificio que data de 1900. Una señal de colaboración que poco a poco acerca al proyecto vecinal a su objetivo de mantenimiento patrimonial.

El Grupo de Protección del Patrimonio de Tetuán, conformado por arquitectos, historiadores, geógrafos y personas de distintos oficios relacionados con el urbanismo, comenzó a realizar el estudio de estas edificaciones neomudéjar para después llevar a cabo una catalogación que presentaron el pasado mayo al departamento de gestión patrimonial del ayuntamiento. «La idea era llevarles una propuesta de conservación de los edificios, con una ficha que es la misma que utiliza el Ayuntamiento de Madrid», explica Granero.

El distrito de Tetuán cuenta con 320 edificios de estilo neomudéjar, de los cuales 200 no están incluidos en el Catálogo de Edificios Protegidos del Ayuntamiento de Madrid. Además de los bloques caracterizados por este estilo arquitectónico, 117 tienen más de 100 años.

Esta propuesta por la conservación del legado histórico del distrito pretende que se eleve el blindaje a los complejos que tengan protección ambiental y que esta pase a ser, al menos, una protección parcial; es decir, que sea imposible acabar con los elementos clave de un edificio, como la fachada o la estructura.

Desde el inicio de este proyecto, 14 edificios del distrito han sido demolidos por falta de amparo. «Confiamos en que el ayuntamiento coja el buen camino», espera Ocaña, ya que cree que «va con retraso en cuanto a la protección de este patrimonio».

Un paso de hormiga frente a las zancadas de gigante que dan las constructoras. Estos avances podrían acabar con la memoria de generaciones pasadas que se mantiene en el paisaje de Tetuán. Una manifestación física, como dicen los vecinos, «del paso del tiempo, de los procesos y de las vidas» de un barrio que alberga historia e identidad de las clases populares que han vivido siempre en él.

En estos últimos años, según destaca el presidente de la asociación vecinal, se ha notado en Tetuán una aceleración en la «especulación inmobiliaria» y un interés en un distrito que, dentro de la M-30, cuenta con un suelo más barato. Además, la cercanía al centro de la capital y el proyecto de Madrid Nuevo Norte ha aumentado los casos de edificios que aún no se han demolido pero que una búsqueda en internet les sitúa en «una de las zonas más exclusivas de la capital».

Esto supone una preocupación para muchos de los vecinos que viven de alquiler y que no saben si podrán mantener sus viviendas en el caso de que las constructoras pongan el ojo a sus edificios para convertirlos en espacios de 'coliving'. Estos proyectos se caracterizarían por el alquiler de habitaciones dentro de un mismo piso que cuentan con cocinas, baños y espacios comunes, pensados para estudiantes.

Este es el caso, como explica Granero, del nuevo 'macro-coliving' que se ubicará en la calle de Anastasio Herrero y en la calle de San Enrique. Una inmobiliaria se hizo con dos edificios de la época industrial, que según el presidente de la asociación vecinal, «se cambió su la protección que tenían a residencial» para poner en marcha este proyecto.

«Esta situación cambiaría el ambiente que un distrito como Tetuán siempre ha tenido», continúa Granero. El comercio tradicional que en menor medida sobrevive al desarrollo que implica vivir en Madrid y las relaciones entre vecinos también perderían la esencia que ha mantenido este distrito por años y que está transformándose a gran velocidad.

Este legado que queda plasmado en el paisaje de Tetuán cuenta con una característica distinta, como explican desde el Grupo de Protección del Patrimonio Tetuán. Los edificios no destacan por una belleza singular, sino que es la historia lo que aporta valor a estas fachadas o a las casas bajas, que también se encuentran en peligro de desaparición.

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«Esto es lo que diferencia Tetuán de Parla o Villaverde», indica Granero. «Es magnífico llegar a una calle y ser consciente de que es un lugar especial, puesto que se ha mantenido lo que es realmente el barrio». Este interés, sostienen los vecinos, está poco explotado por el Ayuntamiento de Madrid. El patrimonio cultural e identitario de este distrito, arguye, supone una fuente de riqueza «económica y de prestigio».

Aunque Tetuán sea el distrito en el que más ha destacado el neomudéjar, no es el único lugar de Madrid en el que se ve representado. Los barrios de la capital que se construyeron entorno a principios de del siglo XX, como son Puente de Vallecas, Arganzuela, Carabanchel, el barrio de la Guindalera (Salamanca) o Prosperidad (Chamartín), también pueden apreciarse en sus calles este tipo de arquitectura.