La reencarnación de dos tablaos históricos

En el caso del famoso tablao Villa Rosa, ubicado en la madrileña Plaza Santa Ana, son más de cien años de trayectoria. Después de un siglo de vida y de ver amenazada su continuidad por la crisis, ahora se ha visto obligado a cambiar de nombre ya que el anterior arrendatario del local decidió registrarlo a pesar de la notoriedad del inmueble. Un mal menor, si tenemos en cuenta que Madrid ha recuperado el tablao más antiguo del mundo, ya que fue inaugurado en 1911.

«Para encontrar el mejor nombre, durante el pasado mes de agosto se realizó un concurso público», explican sus actuales gestores. «Se superaron todas las expectativas con la participación de más de 4.000 personas, que quisieron sumarse a la iniciativa de proponer el nombre ideal y pasar a ser parte de la historia de este tablao emblemático». Para la elección del nombre, entre todas las propuestas se han seguido los siguientes criterios: que tuviera un vínculo reconocible con la historia de este local centenario, que una mayoría de participantes lo hubieran propuesto y, por último, que no estuviera ya registrado.

Una vez seleccionadas las tres propuestas más repetidas, fueron los artistas, una empresa profesional de creación de marcas y el equipo de trabajo de la sala, quienes decidieron el nombre que a partir de hoy llevará este tablao de fama internacional. Una aficionada al flamenco, de nombre Josephine, fue la primera persona que propuso el nombre elegido, Tablao Flamenco 1911, y por tanto también la ganadora de los 6.000 euros del premio, aunque aún no ha podido ser localizada a pesar de que la dirección del tablao ha intentado en reiteradas ocasiones ponerse en contacto con ella.

 Así después de este peculiar concurso, el tablao flamenco más antiguo del mundo será conocido a partir de ahora como Tablao Flamenco 1911, una fecha que reivindica su origen y crea un vínculo con su historia centenaria. Y por fortuna, como testimonio del que ha sido su nombre durante 111 años, y como huella imborrable de la historia del flamenco de nuestro país, el nombre Villa Rosa permanecerá para siempre en los azulejos de la fachada del local realizados por el pintor y ceramista Alfonso Romero Mesa en 1928, protegidos por Patrimonio Nacional por tener un valor incalculable. «A todas las personas que han querido aportar su granito de arena enviando sus propuestas», añaden desde el tablao, «queremos invitarles a disfrutar de su espectáculo, y para ello tienen que entrar en tablaoflamenco1911.com para contactar y recibir una entrada gratuita para dos personas».

Además de su cuadro fijo, que cuenta con nombres como Jose Losada, El Ricky, Kilino Jiménez, Jose Escarpín, Laura Abadía, Mayte Maya o David Jiménez El Yiyo entre muchos otros, en las próximas semanas allí se podrá ver, escuchar y disfrutar de artistas visitantes como el joven bailaor madrileño Rober 'El Moreno', la bailaora Alba Heredia en el tablao más antiguo del mundo (ganadora del Premio 'Desplante' del Festival del Cante de las Minas) o la también bailaora Nazaret Reyes.

El Café de Chinitas (calle Torija, 7) fue la primera sala flamenca que cayó víctima del confinamiento, ya que cerró nada más empezar la pandemia y en marzo de 2021 solicitó el concurso de acreedores. Pero ahora un nuevo equipo se ha puesto al frente del local rebautizándolo como El Tablao de la Villa, y renovando la apuesta gastronómica. «Todo el mundo sale contentísimo con la comida y con la música», asegura Gonzalo Mendoza, el jefe del nuevo equipo al frente de un local cuyo nombre hace referencia a que Madrid es la capital mundial del flamenco. «Queremos ser un referente a los dos niveles, y hemos hecho una redecoración para acercarnos a la estética de la taberna española tradicional, con un zócalo de esparto, fotos de artistas legendarios, motivos taurinos, una iluminación indirecta y tenue, con velas en las mesas, y un equipo de sonido que debe ser de los mejores que hay en los tablaos actuales».

En el sótano tienen una sala donde se podrán hacer conciertos de flamenco fusión, pero el tablao será un santuario para «el flamenco más puro», dice Mendoza, que se siente satisfecho de los frutos que está empezando a dar su trabajo. «No hemos comenzado en una coyuntura económica ideal, pero la cosa está funcionando por el boca a boca y por las recomendaciones de prescriptores que conocen bien la escena flamenca».

Bailaores como Farruquito, Alfonso Losa, Gema Moneo y El Yiyo, y cantaores como María Vizarraga, Manuel de la Nina y Manuel Tañe ya han pisado su escenario en esta nueva etapa y para la temporada de otoño, su programación promete despertar un fuerte interés de los aficionados. «Vamos a contar con artistas como Pepe Torres y Belén López, que van a actuar juntos y por separado, José Carmona 'Rapico', Pol Vaquero, Niño de los Reyes... Ahora está Abel Moreno, y de los que ya han pasado y van a volver, están Rafita de Madrid, Saúl Quirós, Antonio Ingueta, Gabriel de La Tomasa, Israel Cerreduela, Jesuli Núñez, Antonio Sánchez, Pino Losada... Y tenemos mucha ilusión con lo que va a hacer el guitarrista Antonio Santiago 'Ñoño', que es un espectáculo de cantes antiguos. Sabe de qué pie cojeamos (risas), y vamos a tenerle dos semanas. Nuestra intención es tanto rendir homenaje al flamenco más puro como hacer cosas originales. Queremos recibir a los grandes conocedores del género que siempre iban al Chinitas, y también a turistas que quieran ver espectáculos auténticos, que no los tomen por tontos».