El regreso de las taquígrafas, testigos de la tensión política: «Hemos pedido a los diputados que se comporten un poco»

Enrique Ossorio estaba empeñado en que volvieran. «Os echamos de menos», les dijo en una visita al equipo de taquígrafas. Y ha sido el presidente de la Asamblea, con el acuerdo de la Mesa, quien ha impulsado el regreso de unas trabajadoras esenciales para reflejar de manera fiel, aséptica e imparcial «lo que se dice» y «lo que sucede» en los plenos. Con ellas en el hemiciclo se habría descrito mucho mejor todo lo que sucedió cuando Pablo Padilla, de Más Madrid, hizo el gesto de apuntar con una pistola a Ayuso. O cuando Mónica García simuló un disparo contra ella.

«He estado muy nerviosa, he pedido a los diputados que hoy se comporten un poco y no nos lo pongan muy difícil», confiesa la taquígrafa Carrasco tras las primeras horas de trabajo en el pleno. Su compañera, Tere Gascón, está mucho más tranquila y feliz por haber vuelto al centro del parlamentarismo madrileño. «Esto ha cambiado mucho desde mis comienzos, cuando Gallardón era presidente. Antes había mejor relación entre los diputados. Ahora hay más bronca, el ambiente es bastante peor».

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«Piensen que ahora hay taquígrafas y todos sus exabruptos van a quedar por escrito», advirtió el portavoz de Vox a Más Madrid en uno de los momentos de tensión en el Pleno de este jueves, en el que, una vez más, no han faltado los insultos, las descalificaciones ni las broncas.

Al comienzo del Pleno, Ayuso felicitó a las dos taquígrafas y se fotografió con ellas: «Nos ha deseado suerte y nos ha dicho que se iban a portar bien». Al abrirse la sesión, como cuestión preliminar, el presidente de la Cámara les dio la bienvenida públicamente y los diputados aplaudieron su regreso de forma unánime.

Las taquígrafas captan los comentarios que se lanzan de lado a lado del hemiciclo y que se escapan de los micrófonos. Como cuando Ayuso reprochó a la portavoz del PSOE que no se hubiera puesto en contacto con ella hasta la noche el día del apagón. «¡Cómo te voy a llamar si no podía usar el móvil!», replicó Mar Espinar desde su escaño. «Y yo tampoco», le respondió la presidenta desde el suyo, ahora siempre con las taquígrafas como testigos.