La región madrileña salva un fin de semana de riesgo extremo de incendios

En concreto, el mapa de riesgo de incendios forestales de la ASEM 112 situaba a una gran franja de la región, que recorre el suroeste-centro y noroeste, en nivel alto/extremo; mientras que otra franja situada un poco más al norte presentaba nivel alto. La situación venía motivada, además de por las altas temperaturas, debido a las condiciones previstas de viento, principalmente en la segunda parte de la jornada. Un peligroso cóctel que ha mantenido en alerta a todos los servicios de emergencia.

Con estos ingredientes, a las 16:30 horas del sábado, el servicio de Emergencias 112 de la Comunidad de Madrid recibía la alerta de un incendio originado en la zona de la Fuente del Cura de Miraflores de la Sierra. Hasta el lugar, se desplazaban 17 dotaciones de Bomberos y de Brigadas Forestales de la Comunidad de Madrid, con siete medios aéreos, que se topaban con un fuego no de grandes dimensiones, pero cuya extinción resultaba complicada por el propia viento y el terreno escarpado donde se habían propagado las llamas.

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Tras pasar la noche realizando tareas de remate del perímetro junto a las brigadas forestales, los bomberos daban por controlado el fuego a las 9.30 horas de ayer. En total, han ardido 1,5 hectáreas, fundamentalmente de pinocha. No obstante, el humo causó el desalojo de varias viviendas de la calle Mimosa, sin que ninguno de sus vecinos haya resultado herido.

También el sábado, los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid debían acudir al sector VI de la Cañada Real, en el distrito de Villa de Vallecas, para apagar un incendio registrado en un patio interior de una nave que funcionaba como almacén. Las llamas, originadas por causas que están siendo investigadas, comenzaban minutos antes de las 15 horas en una parcela del Camino de Pozuelo, antes de extenderse a dos naves colindantes, sin que ninguna se viera afectada por daños estructurales.

En este caso, hasta diez dotaciones de bomberos se personaban en el enclave, contando con la colaboración de los drones de la Policía Municipal, activos en labores aéreas de comprobación de posibles focos. Como consecuencia del fuego, ardían elementos de cerrajería, maderas, pinturas, escombros y botellas de gases inflamables, si bien tampoco hubo que lamentar daños personales.