Redada en casas de juego y locutorios: loterías ilegales, publicidad invasiva, videoporteros y cervezas a 1 euro

Y, al calor de esta realidad, las casas de apuestas se han multiplicado como setas, hasta llegar a unas 400 en la capital, como señala un informe de la Federación de Asociaciones de Vecinos. Por eso, en uno de esos barrios, en el eje de Marcelo Usera y Dolores Barranco, la Policía Municipal ha realizado un barrido de inspecciones de estos establecimientos y de locutorios.

Todo, con la finalidad de atajar, al menos por el momento, el grave problema del exceso de juego y sorteos (en bastantes ocasiones, ilegales en el caso de los locales utilizados para llamar al extranjero) en estos enclaves.

La macrorredada arrancó a primeros de noviembre y se ha extendido hasta hace apenas unos días, tras las denuncias recibidas en la Oficina de Atención al Ciudadano del distrito (OAC). En total, han sido inspeccionados 28 negocios, de los que 14 han sido casas y locales de apuestas, 13 locutorios y un restaurante latino. Se han tramitado 15 expedientes en la Unidad Integral de la Policía Municipal de Usera para que las tramite la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Comisaría General de Policía Judicial.

Además, hay bastantes infracciones de la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas de la Comunidad de Madrid (Lepar). Es decir, por una parte, incumplimiento de los deberes tributarios y supuesto blanqueo; y quebrantamientos de la normativa de horarios y licencias, entre otros. Todos los tipos de loterías deben tener 'permisos' tanto de Interior, a través del CNP, como del Gobierno regional.

La legislación ahora vigente en esta materia establece una distancia entre locales de esta índole y espacios especialmente vulnerables, como los centros escolares, cosa que no ocurre en muchísimos casos. También se regula la publicidad, y en algunas inspecciones sí que se han detectado irregularidades: carteles exteriores con luces led y banderines, en los que se ve, por ejemplo, imágenes de ruletas o máquinas tragaperras.

Eso, en cuanto a lo que ocurre fuera. Pero dentro el rosario de sanciones ha sido de todo tipo, explican a ABC fuentes policiales: uno de los problemas más recurrentes está en el control de accesos. Por un lado, debe haber una persona encargada exclusivamente de ello o vigilando la entrada con tornos. Lo que ocurre en Usera, al menos, es que ese mismo empleado se dedica también a atender el bar o cualquier otra incidencia del día a día del local, con lo que es muy fácil colarse. Y, aunque no se detectaron a menores en las visitas giradas, sí existen posibilidades de que se cuelen, por ejemplo, personas que tienen vetados el uso, ya que figuran voluntariamente en el registro de ludópatas.

En al menos dos ocasiones se han encontrado también videoporteros instalados para observar quién llega, lo que también puede contravenir el derecho de admisión, insisten fuentes de la operación.

Las puertas de emergencia no funcionaban o directamente estaban cerradas o carecían de barras antipánico; había clientes fumando; o incluso alguna contaba con césped artificial negro y brillante en las fachadas, que se iluminan por la noche. Todo, para incentivar el juego al máximo.

También, como reclamo, se han detectado desayunos y cervezas muy baratos (el tercio, a 1 euro) y una de las cosas más llamativas fue un sorteo ciertamente inaudito: se rifaba un lote o cesta de Navidad entre los clientes que más dinero perdían, utilizando los mismos boletos con los que habían jugado. De esta manera, la rueda no paraba y se prolongaba su estancia en el establecimiento. «Una incitación al juego en toda regla», explica uno de los informantes.

En cuanto a los locutorios, lo más grave es el hallazgo de distintas loterías internacionales (de Bolivia, Colombia, pero, sobre todo, de República Dominicana) que se imprimían, cobraban y pagaban allí (también los premios), mediante un sistema informático que se está investigando. La Policía Municipal ha requisado 241 de estos boletos, que están sujetos a tributación, aunque los encargados no declaraban ni un euro a Hacienda. Esos locutorios, además de en Usera, están en Villaverde y Arganzuela.