Redada en la Cañada Real: 31 detenidos del clan de los Chelines por el cultivo masivo de marihuana sin agua ni fertilizantes

A los encartados (10 mujeres y 21 hombres, de entre 69 y 22 años y todos con antecedentes por hechos similares) se les imputan los delitos contra la salud pública por cultivo y tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas, blanqueo de capitales (movieron más de 100.000 euros), receptación y pertenencia a grupo criminal.

Entre las familias del clan de los Chelines hay miembros de los Jiménez y los Fernández, dos de los nombres más conocidos del mundo del tráfico de drogas en narcopisos del antiguo Ivima, como los del edificio del Ruedo (Moratalaz) y Latina.

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El dispositivo, bautizado Ketoya-Siñuela, ha sido explotado por el Grupo XIV de la Brigada de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Madrid y el Equipo de Delincuencia Organizada y Anti Droga (EDOA) de la Comandancia de la región.

Empezaron las investigaciones hace un año, a finales de 2021, a raíz de una denuncia de Naturgy ante la Guardia Civil: es la empresa distribuidora de energía del poblado y que desde hace años viene sufriendo (como cientos de habitantes de la zona) cortes de luz por el cultivo masivo de esta droga.

Los agentes corroboraron ese incremento del uso de la electricidad, sobre todo en el uso de aparatos de aire acondicionado durante las 24 horas (pese a ser invierno).

Se da la circunstancias, señalan fuentes de la Policía Nacional, de que utilizaban un método bastante novedoso y mucho más complicado de detectar: se trata del cultivo hidropónico, con el que no se utilizan agua ni fertilizantes.

La estructura del grupo estaba liderada por un matrimonio que se encargaban desde la Cañada Real Galiana de la coordinación y distribución de los puntos de venta y de determinar las personas responsables del mantenimiento de las plantaciones.

En un escalón inferior se encontraban sus hijos, unos con importantes funciones de distribución de sustancias y otros dedicados al control de la logística de generadores, depósitos de gasoil y a la realización de pagos.

Casi todo el entramado restante del grupo era el encargado del mantenimiento, corte y preparado de las sustancias, teniendo también personas encargadas de contactar con compradores, cerrar precios e incluso mostrar la mercancía a posibles compradores. Se trataba de «clientela local», matizan fuentes del caso.

El 23 de noviembre se realizaron los registros, un total de nueve, en los sectores 3 y 5 de la Cañada (ambos, en el término municipal de Rivas Vaciamadrid) y en el 6, en la capital y el más conflictivo históricamente, en Valdemingómez (Villa de Vallecas). También se produjeron uno en Arganda del Rey y el último, en Coria.

Fuentes policiales destacan el nivel de coacciones y amenazas a los anteriores moradores de las parcelas registradas, con las que se hicieron prácticamente a la fuerza, para poder traficar en ellas. Era gente con pocos o nulos recursos ecónomicos.

De los 31 detenidos, los cinco cabecillas han sido ingresados en prisión provisional.