Miguel Lago: «Creo que la obligación del artista es señalar al rey desnudo»

Como decía el Quijote, al que menta con motivo, se inventa pasiones por ejercitarse. Su pasión está, por eso, en el barrio de Las Letras, que todo lo 'tuneado' que pueda estar, aún guarda los ecos de Lope y de la amargura gloriosa y vitriólica de Quevedo. En televisión dice lo que quiere, acaso porque extraña que en estos tiempos no haya un Quevedo actual. Escribe una novela madrileña. Rápido en pensar la ciudad y trascenderla. Y defenderle las luces de Vigo al propio Almeida.

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—Quería decir algo del público madrileño. Es suyo. El público.

—Pues sí, para empezar la entrevista quería referirme al público madrileño. Es de los mejores públicos de España. Es muy exigente, cuesta ponerlo en pie. Se nota que está acostumbrado a una gran oferta teatral. Pero lo mejor que tiene es que es un público muy leal. Un público que siempre, siempre, está ahí. Cuando el público de Madrid acoge y abraza a un artista, ya no lo deja.

—¿Qué le inspira en o de Madrid para generar la risa, la sonrisa, o 'ambas dos'?

—No sé si para el humor. Pero sí para la vida, y es el hecho de que Madrid respira libertad, multiculturalidad. Y eso lo hace un escenario perfecto para cualquier arte.

—¿Se cuida en Madrid al humor como producto cultural de primer orden?

—Sí, sin duda. Madrid lo cuida muchísimo. Hay un hecho; es la ciudad con más cómicos en teatros importantes. Eso es fundamental para luego acceder a los teatros de afuera. Madrid es el principal aval. Si triunfas en Madrid, triunfas en el resto de España. Lógicamente existe un 'madricentrismo' cultural, y esto no lo estoy descubriendo ahora yo.

—Me subyuga eso del 'madridcentrismo' cultural.

—Yo lo defino como una fuerza arrolladora que te puede disparar para siempre. Y va parejo a la lealtad del público de aquí.

MUY PERSONAL

• LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO Vigo, 4 de junio de 1981.
• CUÁNDO LLEGÓ A MADRID Septiembre de 2008.
• SU RINCÓN FAVORITO El viejo Madrid, sin turistas.
• QUÉ NO LE GUSTA El tráfico.

—Esta ciudad, ¿lleva bien un pensamiento a contracorriente?

—Como es tan plural, tan mezclada, tan de gente de fuera como yo, se genera ese espíritu madrileño de ir y estar realmente a la vanguardia. Hoy por hoy la modernidad está aquí. O, como he dicho antes, la vanguardia. Además yo creo que esto tiene que ver con el espíritu del madrileño: inconformista, valiente, atrevido.

—Ergo la cara amarga de ir a contracorriente es...

—Que corres un riesgo. Que te puede salir bien o mal. Pero yo creo que la obligación del artista es señalar al rey desnudo. Y la mayoría del respetable eso lo agradece.

—Bajemos de las tablas al asfalto. De un teatro a otro.

—Yo vivo en la montaña y mi ciudad la disfruto de dos maneras. La sigo disfrutando como turista y también con mi familia, descubriendo rincones, restaurantes, lugares. Y luego la sufro; cuando vengo de la Sierra me tengo que comer 40 minutos de atascos en La Castellana. Por eso la veo en horarios distintos al resto. Tengo la fortuna de no tener que pasear por Preciados un sábado o un domingo por la tarde. Tengo Madrid a mis pies.

—¿En qué punto Madrid es el 'más Madrid' de Miguel Lago?

—Tanto mi esposa como yo disfrutamos el Madrid de las Letras, el de los Austrias. Me encanta. Puedo tirarme horas y horas imaginándome a Lope, a Quevedo allí. Son rincones que me enamoran.

—¿ Ha conocido a algún Quevedo contemporáneo?

—No he tenido esa fortuna. Y creo que estamos un poco huérfanos de ese tipo de figuras. Seguimos teniendo grandes escritores, grandes literatos. Pero hemos ido perdiendo a los grandes. Se han ido muriendo. Se nos murió Umbral. Nos queda Pérez-Reverte.

—Ya que ha citado Umbral, el maestro decía que Madrid es todo un género literario.

—De hecho, en la novela que ando escribiendo ahora mismo todo sucede en Madrid. Podría suceder en Vigo, pero Madrid te da el decorado perfecto. Lo mismo para una de gánsteres que para una comedia romántica.

—Dícese de un escritor pegado a esta urbe...

—Yo siempre diré Cervantes. Pero también el Camilo José Cela de ‘La colmena’. O Almudena Grandes.

—Luces de ciudad, luces de Navidad, luces de Vigo y Madrid.

—La competencia es muy bonita, pero Vigo juega la liga de Nueva York. Hace poco coincidí con Almeida y me dijo que le trasladara a mi amigo Abel (Caballero) que Vigo no puede competir con Madrid de ninguna manera. Vigo es la ciudad de la Navidad, Madrid tiene que apretar un poquito, pero las luces de Madrid son una maravilla.