El Portugués, acusado de matar a cuatro personas en el atropello de la boda de Torrejón, alegará miedo insuperable
Empieza el juicio contra Micael da Silva, que se llevó por delante con su coche a trece personas, de las que fallecieron cuatro, en el convite del enlace entre miembros del clan de los Bruno en 2022. Se enfrenta a 226 años de prisión
Boda de sangre en Torrejón: no hay paz para las víctimas del Portugués, que va a juicio el 12 de mayo
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Iniciar sesiónMicael Da Silva, El Portugués, alegará en el juicio por el atropello múltiple que se produjo en noviembre de 2022 en una boda en Torrejón de Ardoz homicidio imprudente con una eximente de miedo insuperable para librarse de la responsabilidad penal al mantener que ... las personas a las que embistió le dispararon, hechos sobre los que no hay prueba que lo corrobore, informa Ep.
La Audiencia Provincial de Madrid ha dado este lunes inicio al juicio con la selección del jurado popular que tendrá que pronunciarse sobre el relato de los hechos y su calificación penal. El fiscal solicita 226 años de prisión por cuatro delitos de asesinato (25 años por cada uno de ellos) y nueve de intento de asesinato (14 años por cada uno de ellos).
La defensa plantea que lo ocurrido es constitutivo de cuatro delitos de homicidio imprudente y nueve lesiones por imprudencia. Reclama la libre absolución de su cliente al considerar que concurren las eximentes de miedo insuperable o estado de necesidad (cuando se trata de evitar un mal mayor e inminente).
De las cinco acusaciones particulares, cuatro de ellas solicitan una condena de prisión permanente revisable, la máxima pena que hay en España, al tratarse de un atropello con varias víctimas mortales.
Los hechos tuvieron lugar a las 2.44 horas a la salida del restaurante El Rancho, ubicado en el número 6 de la avenida de la Constitución, donde se estaba celebrando una boda gitana con más de 200 invitados.
Las familias de las víctimas claman justicia y no dudan de la intecionalidad en lo ocurrido frente al alegato del acusado de que se trató de una imprudente. Está previsto un fuerte dispositivo de seguridad para evitar altercados en las inmediaciones de la Audiencia, en donde dos clanes enfrentados se verán las caras.
Prisió permanente revisable
El abogado Jaime Sanz de Bremond, que representa a una de las acusaciones particulares en nombre de la familia del novio (fallecieron su abuela y un tío), ha señalado que en este caso procede solicitar la prisión permanente revisable al tratarse de cuatro asesinatos.
Según el letrado, el acusado acudió a la boda sin estar invitado, en contra de lo que éste mantiene. «Uno de sus hijos empezó a causar problemas, lo que hizo que se le pidiera que se marchara. Salieron fuera del local y le volvieron a reiterar la petición de que se marchara. Él lo que hizo (El acusado) es ir hacia donde tenía el coche aparcado, al fondo de una calle, y coger el coche y dirigirse a donde se encontraban todas las personas que habían salido del local, que estaban ahí en la calle», ha narrado.
Así, ha recalcado que el procesado tuvo tiempo más que suficiente para ver «contra quién se dirigía y tuvo tiempo más que suficiente para pensar qué es lo que hacía y, evidentemente, atropelló porque quiso atropellar».
Pone en duda la versión de 'El Portugués' acerca de que hubo un tiroteo, algo de lo que asegura que es totalmente falso. «No apareció absolutamente nada porque es absolutamente falso que hubiera habido disparos. Hay que insistir en que se estaba celebrando una boda. La gente lo que estaba es festejando una boda. Nadie va armado a una boda y nadie, evidentemente, disparó aquella noche», ha señalado.
«Una actitud inapropiada»
Por su parte, el abogado Juan Manuel Medina, ha destacado que sus representados piden justicia. «Parece ser que dentro de lo que era el establecimiento donde se celebraba la boda, tuvo una actitud inapropiada, empezó a meterse con la gente, un poco a molestar a los invitados y eso hizo que se le expulsara de la boda», ha detallado.
«Eso derivó en una discusión en la calle y de seguida pues esta persona cogió el coche en compañía de sus hijos y sus sobrinos y arremetió contra la multitud que había ahí. O sea, fue como un atentado yihadista», ha agregado.
Relato de los hechos
El escrito de calificaciones provisionales de la Fiscalía señala que, sobre las 2.40 horas, en plena reyerta, el conocido como El Portugués, se dirigió «con sus cuatro acompañantes hacia el fondo de la calle de Jaén, perpendicular a la avenida de la Constitución, donde estaba estacionado el vehículo del procesado, un Toyota Corolla Verso, que no constaba asegurado en esa fecha». Lo arrancó y, «sin darles oportunidad de apartarse», se llevó por delante a sus trece víctimas.
El escrito de calificaciones provisionales de la Fiscalía señala que, sobre las 2.40 horas, en plena reyerta, el conocido como El Portugués, se dirigió «con sus cuatro acompañantes hacia el fondo de la calle de Jaén, perpendicular a la avenida de la Constitución, donde estaba estacionado el vehículo del procesado, un Toyota Corolla Verso, que no constaba asegurado en esa fecha». Lo arrancó y, «sin darles oportunidad de apartarse», se llevó por delante a sus trece víctimas.
Por ello, el Ministerio Público le imputa cuatro delitos de asesinato (25 años por cada uno de ellos, en su mayor graduación) y nueve de intento de asesinato (14 años por cada uno). Las acusaciones particulares piden dos penas de asesinato y dos permanentes revisables.
El fiscal señala, aunque esto seguramente quede esclarecido durante el juicio en la Sección Segunda, que uno de los menores, hijo de Micael, fue quien motivó que los echaran del evento, al intentar ligar con una de las participantes en la boda. El Portugués discutió con alguien por un «vaso de whisky» y uno de los jóvenes propinó un puñetazo al padre del novio. Por si fuera poco, otro de los expulsados sacó una navaja. Se lo recriminaron y le consiguieron apartar. Empezaron entre las familias a golpes y botellazos, sillas que volaban y juramentos de muerte.
Una botella de whisky
El encartado aceleró (hay imágenes que así lo atestiguan), «a sabiendas de la presencia de las personas allí congregadas y con total voluntad de causarles la muerte o asumiendo la posibilidad de que ello sucediera». Fallecieron Consuelo Bruno Silva y su hijo Casiano Romero Bruno, vecinos del barrio de Los Ángeles (Villaverde). Eran la abuela y tío del novio, que fueron enterrados en Navalmoral de la Mata (Cáceres). Las otras víctimas mortales del brutal atropello a manos de Micael Da Silva Montoya, Juan Manuel e Iván, este último de solo 17 años, recibieron sepultura en el cementerio de Carabanchel.
Los heridos son Ángel Jiménez Bruno, Victoria Pardo Bruno, María del Carmen Navarro Vázquez, Fernando Romero Bruno, Diego Mendoza Rodríguez, Casiano Romero Navarro, Daniel Jiménez Suárez, Antonio Jiménez Suárez y José Antonio Jiménez Bruno. Otro varón fue golpeado por el coche pero no ha presentado denuncia.
Durante la fase de instrucción, Tiago e Israel, los dos sobrinos del Portugués, declararon a la juez que el atropello fue involuntario, que ellos solo querían huir de ahí y que escucharon disparos antes de que la muchedumbre se les echara encima. Explicaron, además, que iban en el asiento trasero asustados y que su tío trató incluso de evitar los arrollamientos. Versión exculpatoria que para nada comparte el abogado de la acusación particular, Juan Manuel Medina.
En una entrevista concedida a este diario dos semanas después del suceso, el padre de la novia recordaba que el único acusado y su prole se personaron en el restaurante al filo de la medianoche tras ver vídeos de la boda en directo a través de TikTok. «Eso es costumbre entre nosotros. Si alguien viene después del banquete, lo acogemos y le servimos una copa. Nos da igual que sea de los nuestros o no», incidía.
Pero el comportamiento de los recién llegados, sirviéndose copas de las botellas más caras de whisky, «reservadas por los familiares» y grabando «los culos de las mujeres», desembocó en una pelea que no tardaría en trasladarse a los exteriores y en una matanza. Sobre Micael, dijo que era el primo de un primo de su consuegro y que, pese a que entonces no lo conocía personalmente, sí que tenía ya fama de ser conflictivo. «Fue una pesadilla, todo el mundo llorando. Vi los cuerpos allí tirados. Al hermano de mi yerno le habían pasado por encima en el pie y me quedé con él, porque estaba sangrando mucho».
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