El plantón de seis ediles de CS a Villacís destapa su soledad: «Nos tomó por tontos»

«¿Grupo, qué grupo?», ironiza uno de los once ediles del partido naranja. Hace meses que el equipo empezó a desmembrarse y, ayer por la mañana, la herida se destapó. Solo cuatro concejales arroparon a Villacís en su puesta de largo para el 28-M: el delegado de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes, el hombre fuerte de la vicealcaldesa; el responsable de Economía, Innovación y Empleo, Miguel Ángel Redondo; Silvia Saavedra, al frente de Coordinación Territorial, Transparencia y Participación Ciudadana; y Santiago Saura, de Internacionalización y Cooperación. La presencia de Saura, de hecho, sorprendió; el edil presentó el pasado 23 de febrero su renuncia como secretario de Programas porque se habían producido a su espalda nombramientos de su competencia.

Ha sido una semana más de turbulencias, con el rifirrafe telemático en el que Villacís escarmentaba a tres de sus concejales –el delegado de Familias, Igualdad y Bienestar Social, José Aniorte; el presidente de los distritos de Vicálvaro y San Blas-Canillejas, Martín Casariego; y la presidenta de Villaverde y Villa de Vallecas, Concha Chapa– por posar y compartir alegremente fotos con José Luis Martínez-Almeida e incendiar los rumores de una posible fuga al PP.

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No son pocos los ediles de CS que mantienen mejores relaciones con los concejales de la bancada popular que con los de su propio partido. En los encuentros informales se suceden las bromas, aunque de momento no hay ofertas formales sobre la mesa, según confirman fuentes del entorno de CS. Y el toque de atención vía Whatsapp de Villacís –«Cortaos un poco, por favor»– ha sido la última gota para que sus críticos desistan de fingir un papel. De nada sirvió que la jefa de gabinete los llamara, uno a uno, para intentar convencerles de que fueran al acto de la candidata.

Así que Villacís apareció ayer en el desayuno organizado por 'Europa Press' con un ceñido vestido de color coral, un par de tonos más rojizo que el naranja de su partido, y un tercio de su grupo. La vicealcaldesa ha coqueteado con ser «una corriente interna dentro del PP», mantenido reuniones con representantes de Génova y barajado su trasvase como una entre «miles de opciones», ha dado marcha atrás (el 1 de febrero, tras una semana plagada de especulaciones) y ha sido designada candidata por la cúpula de CS al no conseguir el aval de los afiliados (obtuvo 264 votos de los 271 necesarios). Ayer cerró filas: «Tengo a tanta gente que nombrar y tantos aliados que hemos tenido en este camino que no acabaríamos nunca», empezó.

Entre ellos, los exdirigentes de CS, Albert Rivera y José Manuel Villegas, a quien Villacís agradeció su presencia en el auditorio. También a los cuatro concejales que escucharon su primera promesa electoral, una línea de ayudas a jóvenes para financiar el 20% de la entrada para la compra de una vivienda. El alcalde no estaba. Sus otros seis ediles no aparecieron. Algunos esgrimieron una coartada para plantar a su jefa; Martín Casariego tenía una cita médica, Pepe Aniorte un acto junto a Concha Chapa a las 10.30 de la mañana, Alberto Serrano, el concejal presidente de Hortaleza, una mesa redonda...

De puertas adentro, los motivos son otros. «No ha sido un problema de agenda, no era oportuno ir por muchas cosas, ya no solo por todo eso de «me voy al PP, no me voy»; es una falta de respeto, lo de la última reunión es tomarnos por tontos», critica uno de los ausentes sobre esa última reunión en la que Villacís reconoció no tener «nada claro», unos días antes de recular y aferrarse a las siglas liberales. La actitud de su lideresa terminó por pulverizar el grupo. «Cada concejal está a lo suyo, a su trabajo en cada área», asevera otro edil. «En el último pleno no sabíamos ninguno lo que Begoña iba a votar, y su voto nos representa a todos», lamentan.

Estos seis concejales (al menos) están al margen del plan de campaña. Desconocen las propuestas, las estrategias, la confección de las listas. Muchos aterrizaron en el Ayuntamiento de Madrid directamente desde el mundo privado y no les preocupa regresar al sector empresarial. Y está la opción de saltar al PP que, según la última encuesta electoral de GAD3, obtendría 28 concejales, trece más que en 2019. «No me cierro ninguna puerta», confiesa un edil de CS. Ayer, Villacís quiso frenar esa posible fuga a su socio de gobierno: «No creo que Almeida vaya a ser un desleal conmigo, dijimos que íbamos a ser leales hasta al final, quedaría como un traidor conmigo».

Al plantón de medio equipo naranja se sumó el desplante del alcalde, que tampoco hizo acto de presencia. La vicealcaldesa tuvo además que cambiar la fecha de su desayuno, programada inicialmente para el próximo lunes, porque Almeida lo solapó con otro de sus actos. Y ayer, recién terminada la puesta en escena de Villacís, los periodistas se marcharon al acto convocado por el regidor para hacer balance de las políticas urbanísticas que han conseguido desbloquear la bolsa de viviendas del sureste de Madrid. Un negociado de Mariano Fuentes, la mano derecha de Villacís, que el día anterior había dado luz verde a la urbanización de Los Berrocales, uno de estos nuevos barrios en construcción. Sin embargo, el delegado de Desarrollo Urbano no estaba invitado.

La distancia en el matrimonio de Cibeles augura una precampaña dividida. El PP aspira a arrasar en las urnas, mientras CS anhela salir a flote, cuando las encuestas vaticinan que no convencerá al 5% del censo, las 80.000 papeletas imprescindibles para entrar en el ayuntamiento. A contracorriente, Villacís se mostró ayer optimista: «Les aseguro que CS va a ser decisivo en Madrid y va a ser quien lleve las políticas de los próximos cuatro años».

El equipo que concurrirá a las elecciones aún no está cerrado, pero es fácil predecir quién no repetirá. Sofía Miranda, por ejemplo, ya avisó que no iría en unas listas encabezadas por Villacís. Su renuncia como portavoz adjunta, el pasado noviembre, fue la primera detonación que hizo visible la herida. Y su jefa avanzó ayer que habrá cambios: «A los míos no les voy a obligar a nada, si hay un partido abierto es CS, esto no es Cuba. Quien quiera marcharse, que se vaya. Los concejales más importantes estarán, vamos a enriquecer la lista y habrá perfiles que harán mejor equipo».