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Gastronomía

La Maja Desnuda, de Goya, también se come

El Hotel Palace se une al bicentenario del Museo del Prado con un menú inspirado en seis cuadros de la pinacoteca

Gola de musaka, uno de los platos del menú homenaje al Museo del Prado ABC

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Imaginar una hermosa tajada de lubina ya horneada sobre un lecho de patatas, rociada de aceite y coronada por ebras de azafrán. Voluptosa. Apetecible. Sí, nos recuerda a La Maja Desnuda de Goya , ¿verdad?. Es uno de los seis platos diseñados por el Hotel Westin Palace en su homenaje al bicentenario del Museo del Prado. Forman parte del menú creado por el chef del hotel centenario, José Luque , que ha bordado todos y cada uno de los manjares.

El resultado de este trabajo son muchas horas de cocina y una maestría pocas veces conseguida. Se trataba de crear platos inspirados en algunas de la obras más emblemáticas del museo. Es, además, un diálogo entre el arte de la pintura y el arte culinario que transmite fuerza, color, sabor y belleza .

El menú se inicia con una sangría de frutas de temporada, fresquita y original. Nos lleva al cuadro «Los Borrachos» , el famoso óleo de Velázquez, tambien conocido como «El Triunfo de Baco». Una alegoría al vino para dar la bienvenida a los comensales. Sigue un carpaccio de gamba blanca con algas y cítricos de Valencia para llevarnos hasta la obra de Sorolla, «Chicos en la playa». Todo el color y la luz del Mediterráneo en el paladar sin darse cuenta. Un plato que sabe a mar.

El tercer plato es esa maja desnuda descrita al principio. El chef nos presenta una lubina sin piel , sobre la cama de patatas y un ligero pil-pil como tributo a la magistral pintura de Goya.

Carpaccio de gamba blanca con algas y cítricos de Valencia ABC

Uno de los más logrados es el recuerdo a El Greco y su « Caballero de la Mano en el Pecho ». Esa llamativa gorguera blanca que destaca en el cuadro de toda la vestimenta negra y el rostro serio del protagonista del óleo de Doménikos Theotokópoulos , ha servido para colocar, con gran acierto, sobre el plato, un hojaldre relleno de mousaaka. Pero ojo que lo que más gusta es la coloración en blanco medio plateado del ojaldre. Pena da meterle el cuchillo.

Lo primero dulce que se ofrece es el homenaje a Zurbarán . Su Agnus Dei es un algodón de azúcar con cacao, que recrea texturas de la piel del animal. El menú tiene su broche de oro con «El Jardín de las Delicias». El chef nos lleva hasta el plato una sinfonía de colores que nos traen a la mente el magistral tríptico de los placeres efímeros que nos ha legado El Bosco . Es el postre con mayúsculas. El que supone una tentación para los sentidos.

Este menú estará en los almuerzos y las cenas del Palace, al menos, durante un mes al precio de 48 euros . Se sirve en La Rotonda y se puede maridar con una selecta y bien cuidada eleccion de espumosos y vinos de González Byass que se cobran aparte. El día que se presentó esta iniciativa del Palace estuvo invitado el director del Museo del Prado, Miguel Falomir . Quedó encatado y bien comido. Lo mismo que Elisa Sopeña , historiadora del arte, que sido el hilo conductor entre la idea del hotel y el museo madrileño. A disfrutar.

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