El Pastilla, el asesino que acumula 11 sanciones en 6 meses en prisión y que ha estado fugado más de un mes de Alcalá-Meco

Se trataba de un sujeto de extremada peligrosidad. Llevaba en la prisión madrileña desde finales de mayo tras confesar que asesinó a Nayim K. A. alias 'el Tayena'. Era su jefe en el barrio de El Príncipe, en Ceuta, y lo baleó en la zona de Los Barrios (Cádiz), en abril pasado, y también mató por error a un chico de 26 años. Fue arrestado en el puerto de Algeciras.

ABC tuvo hace unas semanas acceso a distintos datos del historial penitenciario de Lehrech, español de 20 años. Llegó al conocido penal el día 3 de diciembre, por lo que solo pasó en él 20 días. Provenía del de Badajoz, adonde había recalado tras pedir el traslado desde Algeciras, donde alegó sentirse amenazado por otros narcos rivales, apelando al artículo 75.1 del régimen penitenciario.

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El Pastilla se encontraba en prisión provisional, a la espera de juicio. En su expediente figuran en poco más de medio año hasta 11 sanciones disciplinarias, por agresiones y amenazas a otros internos y a funcionarios. Su primer ingreso en el sistema penitenciario español es ese del año pasado. Se le consideraba un interno primerizo y con poco bagaje. Ya en Alcalá-Meco siguió protagonizando autolesiones, peleas e insultos con reos, habida cuenta, entre otras cosas, de la numerosa población reclusa joven (de entre 18 y 21 años) que existe entre las rejas de Madrid II.

Su número de identificación le situaba en el régimen FIES 5 (uno de los Ficheros de Internos de Especial Seguimiento), muy restrictivo en el día a día y similar al de otros delincuentes poco comunes. En esta categoría se incluye también a presos vinculados a la delincuencia organizada internacional, como El Pastilla; autores de delitos muy graves y que hayan generado una importante alarma social; neonazis y similares; internos que, sin estar procesados o condenados por terrorismo islamista, destaquen por su fanatismo radical afín a ese ideario, y por liderar o integrar grupos de presión o captación en el centro penitenciario. También están en ese catálogo los condenados por el Tribunal Penal Internacional y quienes hayan colaborado contra bandas terroristas u otras organizaciones criminales. Pese a todo, por su conducta hasta entonces, Yousef Mohamed Lehrech estaba en un módulo no conflictivo.

La fuga, concluyeron no se debió a las infraestructuras de la cárcel de Alcalá-Meco, sino a una falta de vigilancia en un momento concreto. Aquel sábado 23 de diciembre, víspera de Nochebuena, El Pastilla acababa de terminar una visita de varios familiares. Un «fallo en cadena», comentan fuentes policiales a ABC, hizo que, en el momento en que un funcionario estaba de espaldas devolviendo los DNI a los visitantes, el delincuente lo despistara y se uniera a ellos, como se aprecia en las cámaras de seguridad. Eran once personas (pocas, para lo que es habitual), de las que algunas eran sus parientes pero otras lo eran de el resto de presos que habían gozado de ese rato con sus seres queridos. Lo cierto es que ninguna de ellas dijo nada, tampoco las ajenas a Yousef, quizá por miedo. No parece que hubiera ningún plan previo. Salieron por la puerta 'de rastrillo', que es como se la conoce, que saca de la zona de vis a vis.

Por si fuera poco, tuvo la suerte de que en el siguiente filtro no llamara la atención del siguiente trabajador de la prisión, por lo que atravesó esa segunda puerta como un familiar más. Ya fuera del edificio, camino del aparcamiento exterior, fue visto por un guardia civil del filtro de barrera, que le dijo que se estaba marchando hacia una zona incorrecta y le señaló por dónde debía seguir. Tampoco se dio cuenta de quién era realmente este sujeto. El Pastilla se subió con sus allegados al coche y pusieron rumbo a su libertad.

También se investiga el papel de las personas que han cometido las irregularidades, con al menos dos funcionarios de la prisión a la espera de que se dictamine si son sancionados con días de empleo y sueldo.