Así será el paseo verde que cubrirá la A-5: 3 kilómetros de jardines, cinco plazas peatonales y carril bici

El tramo de la A-5 que atraviesa el paseo de Extremadura se cubrirá con una losa de hormigón de 2.788 metros de longitud y, encima, una lámina que sustituirá la autovía por zonas verdes y peatonales. En total, el Ayuntamiento de Madrid prevé plantar 70.000 metros cuadrados de jardines, con 1.278 árboles nuevos y 302 ejemplares transplantados. Es el eje central del futuro Paseo Verde del Suroeste diseñado por el Área de Medio Ambiente y Movilidad, donde el único asfalto en superficie quedará recluido a dos carriles en un lateral del eje.

El resto de carriles de la A-5 se enterrará bajo una losa de hormigón sujeta por hileras de pilotes geotérmicos (capaces de conectar los sistemas de climatización de los edificios públicos cercanos). Para cavar el túnel se removerán más de 1,2 millones de metros cúbicos de tierra. Más del 95% de ese sustrato servirá para rellenar los 260.000 metros cuadrados de nueva urbanización del paseo. La estructura soterrada se apuntalará con 215.000 metros cúbicos de hormigón y 25.000 toneladas de acero. Todas estas colosales cifras que maneja el consistorio resultarán en un túnel de tres carriles por sentido, uno de ellos reservado al transporte público (BUS VAO).

La propuesta municipal consiste en suprimir los cuatro carriles por sentido en superficie, con una intensidad media diaria de 78.200 coches, por un carril por sentido, que supondría una media de 9.600 vehículos diarios al aire libre. En el interior del túnel, los dos carriles por sentido junto al pasillo BUS VAO concentrarían una media de 68.600 coches. Según las estimaciones del Área de Medio Ambiente y Movilidad, este soterramiento promete reducir en más de un 90% las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y óxido de nitrógeno (NOX). Esa caída se concentraría en el centro del paseo verde, en comparación con la contaminación actual de la autovía un día laborable a primera hora de la mañana.

«El soterramiento no genera un efecto llamada sobre el flujo vehicular», precisa el documento del proyecto al que ha tenido acceso ABC, porque el futuro trazado de la A-5 separará a los conductores que entran en Madrid de los que se dirigen a los barrios del entorno del paseo de Extremadura. «Además, se consigue reducir el tráfico en la carretera de Boadilla», añade el plan municipal. El túnel contará con dos rampas de acceso, en dirección a Alcorcón y a la A-5, y cuatro de salida, hacia Boadilla y la M-502; Campamento y Aluche; Casa de Campo, Batán y Lucero; y Casa de Campo a la altura del Parque de Atracciones. Un diseño remozado que espera minimizar en hora punta de la mañana hasta un 23,4% el tráfico de salida y un 16,8% el de entrada a la ciudad. En superficie circularían entre 450 y 650 coches cada hora, frente a los 4.254 que enfilan cada mañana la A-5 para internarse en Madrid.

La transformación de este concurrido acceso a la capital es una reivindicación de los vecinos que conviven desde hace décadas con una barrera. Varias pasarelas y un par de pasos subterráneos, sucios y mal iluminados, son las únicas estructuras que salvan ahora la autovía. El boceto de Almeida borra este problema con un largo paseo surcado por hasta 33 nuevas conexiones peatonales que lo vertebran (longitudinales) y lo cortan (transversales), frente a las 16 actuales. El proyecto también dibuja un carril bici de doble sentido, 2.884 metros de largo y 3 metros de ancho.

Es lo que se conoce como movilidad «blanda»: priorizar la actividad física humana. Este concepto se materializará en el ecuador del paseo de Extremadura, en el cruce con la calle de Villamanín, donde se abrirá una gran plaza con parasoles metálicos para dotar de sombra a los viandantes. A lo largo del Paseo Verde del Suroeste habrá cinco estructuras similares, cinco «nodos condensadores de actividad urbana» o «momentos identitarios de barrio», según consta en el documento.

El soterramiento de la A-5 será previsiblemente la obra más costosa y compleja del próximo mandato municipal. Un perfil vecinal que comparte en redes sociales información sobre el proyecto asegura que el presupuesto roza los 410 millones de euros, aunque fuentes municipales descartan de momento una cifra exacta. Los trabajos dependen, primero, de la cesión de los terrenos al Ayuntamiento de Madrid.

En segundo lugar, la culminación del soterramiento está supeditada al desbloqueo de la operación Campamento, otro proyecto largamante postergado que prevé levantar unas 12.000 viviendas en unos antiguos cuarteles militares del barrio homónimo. De hecho, desde el Área de Medio Ambiente y Movilidad advierten: «Es susceptible que haya modificaciones para adaptarse a la operación Campamento». Aunque el Paseo Verde del Suroeste desechará el arreglo de la anterior alcaldesa, Manuela Carmena, que intentó solventar la concentración de humos de la A-5 mediante semáforos y radares de tramo. Unas herramientas que solo ralentizaron el tráfico y conservaron sus molestias.