La 'Pamplona chica' vuelve por la puerta grande

Miguel Montero es el director del encierro de la localidad madrileña, y José Manuel Pereira es el jefe de pastores y taranqueras. Los encierros han cambiado sus vidas: «A mí el encierro me ha dado mucho. Empecé como aficionado y ahora tengo una empresa que se dedica a ello», comentaba José Manuel. Este año ambos vuelven a las andadas, no solo como organizadores, sino también como corredores. Sin embargo, debido a la pandemia el regreso se ha demorado: «El año pasado habría sido posible hacer el encierro si la Comunidad hubiese querido», lamentaba Miguel.

Pero este año, las fiestas de San Sebastián de los Reyes retornan con más fuerza que nunca: nueve días de encierros con hasta once eventos taurinos y muchas otras novedades esperan a los locales. El primer día da el pistoletazo de salida el estreno de este año, el encierro nocturno, y al día siguiente habrá otro más. «La repercusión de estas fiestas está siendo enorme, se esperan hasta un millón de personas», vaticina Miguel. El corredor comenta también como el ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes ha hecho «más que nunca este año» apostando por los encierros: las festividades vuelven por todo lo alto.

Las décadas de carreras con las reses han dado para cientos de historias que recuerdan las mejores —o peores— vivencias que han experimentado corredores como Fernando Ardura. Él mismo, que es uno de los más longevos e icónicos de 'Sanse', recuerda sus años de encierros con gloria, pero también con tragedia: «En los encierros del 61, cuando se construyó la plaza, murió un chico en el hospital después de estamparse contra el quiosco. Yo fui el que lo llevó en brazos hasta allí».

«Yo ya no veo los encierros nunca. Es como ver a la chica que te gusta de la mano de otro»

Fernando Ardura

Excorredor veterano de los encierros de San Sebastián de los Reyes

El maestro —como le conocen los corredores— ha participado siempre en todos los encierros calzando alpargatas y con periódico en mano. El origen del uso de los diarios se remonta a los primeros encierros, cuando los trabajadores iban a comprarlo al quiosco antes de correr y simplemente lo llevaban en la mano durante la carrera. Esto dio lugar a que antiguamente se emplease el mismo diario para marcar la distancia de separación con el animal.

En el pueblo a Fernando le llamaban el pamplonica por sus años viviendo y corriendo en la capital navarra, que no fueron pocos. Parte de su carrera como corredor la desarrolló simultáneamente entre San Sebastián de los Reyes y la capital Navarra. Sin embargo, la retirada le supuso el final de sus andaduras: «Yo el encierro ya no lo veo nunca. Es como ver a la chica que te gusta de la mano de otro». Los años se van sumando para Fernando, pero la pasión sigue intacta en su interior. El maestro sueña cada día con volver a correr por las calles sansebastianeras. José Manuel también vivió experiencias trágicas en los encierros. Él mismo relataba cómo su mayor percance fue allí mismo, en su localidad: «me rompí tres costillas. El toro me reventó», relataba.

El jefe de pastores de los encierros de la localidad también narraba a ABC su carrera más recordada: «Fue en la cuesta de Santo Domingo, en Pamplona. Mi hijo saltó de la silleta porque quería correr el encierro conmigo. Corrimos cuesta arriba juntos, sin ningún toro en la calle».

Su afición nació, al igual que la de Miguel, en la televisión. «Ver el encierro de pequeño en la televisión me creó afición. Ver a gente de San Sebastián de los Reyes corriendo en Pamplona, ver a gente de Pamplona corriendo en San Sebastián de los Reyes, y luego ser tú el que corres con ellos... Eso es increíble», contaba José Manuel. Y muchos años más tarde, después de una pausa casi inédita en la historia de las festividades de la localidad, cuadrillas de jóvenes se podrán unir a los encierros después de tanto esperar. Muchos lo harán por primera vez tras vivir sus últimas fiestas con 15 años y ahora encontrarse siendo mayores de edad, o muchos otros tras quedarse sin participar con 17 a punto de cumplir los 18 y tener que esperar tres años para poder correr. Un encierro atípico, un salto temporal.

«El pañuelo de San Fermín y el de San Sebastián son de hermandad universal», dice Fernando. Es innegable sacar a relucir la comparación que une a las localidades navarra y madrileña. No son pocos los que se refieren a la propia San Sebastián de los Reyes como la 'Pamplona chica'. Sin embargo, Miguel explica su posición al respecto: «Las comparaciones son odiosas. Nosotros no tenemos que ser como Pamplona ni cualquier otro pueblo tiene que ser como nosotros. Tenemos que fortalecer lo que tenemos. Yo no digo la 'Pamplona chica', yo digo la 'Sanse grande'. Es darse un golpe en el pecho».

Fernando comentaba también como el 'Grand Slam' de los encierros está constituido por los de San Sebastián de los Reyes, Pamplona, Tafalla y Sangüesa. «Una vez me enfadé mucho con otro corredor de Pamplona. Me decía que no corría aquí porque no quería morder el polvo en un pueblo. Escuché eso y me casqué un cabreo», expresa. Los encierros de Pamplona, por otro lado, son mucho más «estrechos y oscuros» que los de la localidad madrileña, sostiene José Manuel: «Las calles de aquí son mucho más amplias y abiertas, nuestro encierro es más suelto que el de Pamplona. Allí se han acortado mucho las distancias, aquí los toros vienen más libres». Este año, además, los encierros estarán más preparados que nunca. «El encierro ha evolucionado, la gente antaño no se preparaba tanto como hoy. Este año se está mirando todo con lupa», indica. «Cuando pienso en San Sebastián de los Reyes se me vienen a la cabeza unos encierros responsables. El que me las ha hecho pasar pelas es mi pueblo, pero el que me da la responsabilidad también es él. Esto es una afición y hay que disfrutarla, nada de egos. Hay que estar fuerte físicamente para estar libre mentalmente», reflexiona José Manuel.

Las fiestas se acercan. José Manuel y compañía se terminan los vasos y mientras se levantan, meditan sobre unas palabras que antaño les dijo el difunto corredor Julen Madina: «¿Vosotros sabéis la que podéis montar en estas fiestas, con toda la de gente que vive aquí?», decía. Y vaya que si la han montado.