Óscar López refuerza al delegado del Gobierno en su pelea con Ayuso, pero no logra 'coser' el PSOE de Madrid

Una vez proclamados los resultados en el plenario del congreso, Óscar López presumió de haber formado una ejecutiva «renovada, unida y con un núcleo fuerte de mujeres para ganar Madrid en 2027», pero las críticas internas no tardaron en llegar. Fuentes del PSOE de Madrid que no están en esa comisión ejecutiva lamentaron que López no haya conseguido tener un partido «cosido» y unido y resaltaron que «casi el 30 por ciento no ha querido apoyar el equipo que ha formado».

Esa ejecutiva, que se reunirá este lunes por primera vez, tiene una presidenta de honor, Francisco Sauquillo, aunque su puesto es sobre todo simbólico como reconocimiento a su trayectoria. Óscar López, que fue proclamado secretario general en diciembre sin votación de ningún tipo, ha elegido a Pilar Sánchez Acera como su número dos, y al delegado del Gobierno, Francisco Martín, como tres.

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Sánchez Acera será la nueva secretaria de Organización, lo que en la práctica la sitúa como mano derecha de López en el día a día y con el máximo poder interno en su partido. El secretario general ha premiado así la labor de quien fuera su jefa de gabinete en La Moncloa, cuando él era, a su vez, jefe de gabinete de Pedro Sánchez, y que estuvo en el centro de la polémica por la conversación que mantuvo con Juan Lobato sobre la información confidencial relativa al novio de Ayuso. En esa charla por WhatsApp pidió al entonces portavoz socialista que utilizara esos datos en el Pleno de la Asamblea contra Ayuso. Lobato llevó la conversación a la Notaría, para protegerse y dejar constancia de que la información, según le dijeron, procedía de los medios de comunicación. El partido le forzó a dimitir cuando ABC desveló toda la maniobra.

En el caso del delegado del Gobierno en Madrid, a partir de ahora será secretario de Relaciones Institucionales. Martín ya estaba en la ejecutiva de Lobato, al frente del área de Estrategia y Acción Electoral. El PSOE sufrió un duro batacazo en las últimas elecciones autonómicas, en las que quedó en tercera posición. Ahora, López dota de más poder orgánico a Martín dentro del partido y le avala en su pelea diaria con Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida.

Esta última semana, el portavoz del Gobierno regional le envió una carta en la que le exigió que dejara de «insultar» a la presidenta regional, a los consejeros y a las instituciones y le advirtió de que si no lo hacía se romperían las relaciones institucionales con él. Apenas unos días después, López le ha aupado a uno de los puestos con mayor relevancia política en el partido.

López prometió una ejecutiva amplia para que cupiera todo aquel que quisiera. Y ha sido extensa: casi medio centenar de puestos orgánicos, que ha dejado satisfechas a muchas agrupaciones locales, lo que permite al secretario general, a su vez, tener 'atado' al partido en los órganos internos en caso de que surja algún problema. Pero una cosa son las agrupaciones y otra las distintas sensibilidades o corrientes existentes dentro del PSOE de Madrid. Y ahí las voces críticas no han tardado en salir.

«La integración se ha hecho en función de las agrupaciones y los territorios. Pones a alguien de cada zona, haces una ejecutiva de 50 y ya está», comentan fuentes socialistas consultadas por ABC, que subrayan que esa «integración» no ha existido con las distintas corrientes. Del antiguo equipo de confianza de Lobato apenas sobrevive en esta ejecutiva Carlos Moreno, al frente del área de Sanidad. Entre los alcaldes, López ha contado en este equipo con Ramón Jurado (Parla) y Ángel Viveros (Coslada), bien alineados con Ferraz, pero ha dejado fuera del órgano ejecutivo a otros que expresaron su apoyo explícito a Lobato antes del terremoto interno, como el de San Fernando de Henares. La alcaldesa de Velilla, Antonia Alcázar, se hace cargo de la Secretaría de Pequeños Municipios.

Para el puesto de portavoz, el secretario general del PSOE de Madrid ha optado por el diputado Javier Guardiola, quien estuvo acusado de un delito de agresión sexual, aunque la causa fue archivada después por la Justicia. Guardiola es uno de los parlamentarios que practican más el choque directo con Ayuso y su Gobierno regional, con un estilo muy del gusto de la dirección actual. No era muy próximo a Lobato y en cuanto este cayó su nombre empezó a sonar en todas las quinielas.

Sigue pendiente el puesto de portavoz en la Asamblea, algo que podría verse hoy, lunes, en una reunión de la ejecutiva. Entre los diputados sonaban varios nombres, todos de mujeres: Cristina González, Mar Espinar, Lorena Morales y Sara Bonmati.

Lorena Morales es ahora también la secretaria de Igualdad, otro cambio destacado en la ejecutiva de López, y Cristina González toma las riendas de la Política Municipal. Uno de los relevos más comentados ha sido el del responsable de la secretaría LGTBI+, Santi Rivero. En una de las enmiendas del congreso, por cierto, se aprobó que en las sigas se mantuviera finalmente el '+', para englobar todo lo que no entra en el resto. Rivero, que ocupaba ese puesto con Lobato, ha sido uno de los caídos, al ser sustituido por Elena Marín.

Al frente de Política Internacional, López cuenta con José Cepeda, un histórico del partido en Madrid, ahora eurodiputado, que nunca llegó a encajar en el proyecto liderado por Lobato, aunque este ya contaba con él en ese mismo puesto. En el equipo del secretario general hay un núcleo duro de mujeres en el que están dos de ellas en áreas clave: Hilda Jiménez, en Universidades, y Ana Sibert, en Educación. Como secretario de Política Económica, López sitúa a Andrés Montero. En la secretaría de Memoria Democrática y Laicidad estará Alberto Gómez, y para Vivienda, López ha fichado al secretario de Estado David Lucas Parrón.

Nombres como los de Marta Bernardo, que fue número dos del partido con Lobato, Tatiana Jiménez, la portavoz en la anterior etapa, o Emilia Sánchez, que formaba parte del equipo de confianza del anterior secretario general, han quedado excluidas en esta ejecutiva.