Oleada okupa en Carabanchel: del histórico campo del Puerta Bonita a la finca de lujo de Excelente, 6

En la zona del metro de Oporto, donde la calle del General Ricardos coincide con la calle de la Oca, se encuentran tres espacios totalmente abandonados desde hace años: un campo de fútbol olvidado, un palacete en ruinas y un antiguo centro ocupacional para personas con discapacidad. Los dos últimos se encuentran en completo estado de abandono, con puertas y ventanas blindadas y con vallas –en algún punto incluso forzadas, que demuestran el intento de instalarse en su interior– alrededor del terreno.

«En algún momento han intentado colarse dentro, pero se ha conseguido frenar cuando alguno de nosotros ha llamado a la Policía», señala una vecina de la zona. Si no llega a ser por estas rápidas actuaciones, cuenta Agustina a ABC, esos edificios podrían haber acabado como el campo que albergó partidos del Puerta Bonita durante más de 60 años y que hoy es hogar de okupas.

«Entran y salen furgonetas todo el rato y cargan y descargan. No sé qué harán con eso», señala la vecina que vive en esta zona de Carabanchel desde hace nueve años, cuando los residentes de este espacio deportivo ya estaban instalados, y asegura que desde su balcón se puede ver cómo es su día a día.

Las familias se asentaron hace más de un lustro en lo que eran los vestuarios, bares y oficinas del antiguo campo de fútbol, que hoy no es más que un descampado lleno de chatarra y vehículos averiados. «Han hecho sus obras y todo», apunta esta vecina. Entran cada día con total normalidad por la puerta que da a General Ricardos, aunque el vaivén de los sospechosos vehículos que rondan la zona tienen su acceso al complejo por la calle de la Oca, donde con facilidad se puede acceder a su interior.

«No tienen condiciones de salubridad ni servicios, las basuras se acumulan y eso genera problemas», señaló el lunes el portavoz de la asociación vecinal Casco Antiguo de Carabanchel Bajo, Emiliano López, tras la visita que hizo junto al delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, y al comisario de la Policía Nacional de este distrito a la zona para trasladarle las inquietudes del barrio.

Al otro lado del distrito, en el Ensanche de Carabanchel, la furgoneta de una empresa de desokupación continúa aparcada frente a la promoción que ayer recibía a un inquilino legal nuevo. Una empresa de mudanzas recogía las últimas cajas de cartón de la entrada al edificio que dio la vuelta a Madrid tras conocerse que varias de sus viviendas habían sido usurpadas por casi una treintena de familias peruanas que dicen haber sido estafados por una mafia que les vendió ilegalmente estas viviendas por cantidad que superan los 2.000 euros.

El control es constante y el portero oficial del número 6 de la calle Excelente admite estar deseando que esto termine lo antes posible. «Está más tranquilo que los primeros días, aunque hay coches de Policía constantemente», apunta. Los propietarios legales se quejaban hace una semanas, tal y como recogía este periódico, de la basura arrojada desde los pisos superiores, peleas y techos levantados en las zonas comunes por intentos de engancharse ilegalmente al suministro eléctrico o de agua

Aunque aún queda trabajo por hacer –ya que los okupas siguen esperando a que lleguen noticias de un juzgado, según indicó uno de ellos ayer a ABC– desde la llegada de la empresa de desokupación, al menos cuatro han dejado este edificio.