El nuevo PP de Madrid ajusta cuentas con los casadistas a un año del cisma popular
Queda fuera de las listas electorales todo el que cuestionó o extendió acusaciones contra la presidenta o su Gobierno
La pelea entre Casado y Ayuso deriva en una guerra sucia sobre presunta corrupción
Ana Camins y Enrique López, ex secretaria general del PP y consejero de Justicia, cuyos nombres no figuran entre los primeros 20 de la lista a la Asamblea de Madrid
La elaboración de las listas electorales es el mejor momento para dar palmadas en la espalda, o para abrir la puerta de salida. En el caso de la Comunidad de Madrid, ha marcado la fecha para cerrar capítulo sobre lo que ocurrió hace ... poco más de un año, cuando la guerra fratricida entre Díaz Ayuso y Pablo Casado hizo tambalearse la estabilidad popular. Entonces, la veterana Ana Botella exclamaba: «No reconozco a mi partido». Y muchos en su entorno se identificaban con el comentario.
Muchas heridas se abrieron entonces, y algunas están aún sin cerrar. En el PP de Madrid, que desde mayo de 2022 dirige Isabel Díaz Ayuso, tuvieron claro entonces que no perdonarían a quienes se enfrentaron a la presidenta; pero tampoco a los que se pusieron de perfil. Con esta clave se entiende la desaparición de las listas de la Asamblea de Madrid y del Ayuntamiento de la capital de varias personas, cargos públicos que a juicio de Díaz Ayuso y su entorno, no defendieron la honestidad de las actuaciones de la jefa del Gobierno regional en su momento, o fueron tibios haciéndolo.
Ana Camins es una de las damnificadas que no aparece entre los primeros 20 puestos a la Asamblea madrileña, aunque fue la número 3 de Díaz Ayuso en 2021. Camins fue elegida secretaria general del PP madrileño por la dirección nacional popular que dirigía Pablo Casado, en el año 2019. Entonces, se puso a la cabeza de un partido golpeado y hundido moralmente por la escandalosa salida de Cristina Cifuentes de la vida pública, y logró revivirlo. Pero su cercanía a Casado sentencia su futuro. Y en el congreso que eligió a Ayuso como presidenta, ella fue descabalgada de su cargo.
Igual que le ha ocurrido al consejero de Justicia, Enrique López, señalado por su ausencia de la rueda de prensa en la que el Gobierno regional justificaba su compra de mascarillas a una empresa para la que actuó como intermediario el hermano de la presidenta Díaz Ayuso. López se sabía marcado desde entonces, y en febrero renunció a su afiliación al PP, paso previo necesario para volver a la carrera judicial.
Núcleo de Carromero
Desde el equipo de la presidenta explican que no es un veto a los casadistas, porque «en aquella época todos lo eran, incluso Díaz Ayuso». Pero sí se ha tenido en cuenta a quienes «atacaron la honorabilidad del Gobierno o estuvieron detrás de ese tipo de acusaciones»: «No pueden estar en el equipo quienes cuestionaron, pusieron en duda o extendieron que el Gobierno regional podía haber hecho algo no honorable», inciden.
La misma suerte podrían seguir los concejales Loreto Sordo y Francisco Javier Ramírez, cercanos a Ángel Carromero, el ex coordinador del ayuntamiento que dimitió tras el espionaje a Ayuso.