Sin noticias de Santiago Sánchez: el aventurero que caminaba desde Madrid a Catar lleva dos semanas sin dar señales en Irán

La voz de alarma la han dado su grupo de amigos más cercano y sus familiares, que están «angustiados y desesperados» ante la falta de información acerca del paradero de este aventurero. «El 1 de octubre, Santi nos envió una fotografía en la frontera del Kurdistán iraní al grupo de amigos fuerte que tenemos, somos cuatro», cuenta Miguel, uno de sus mejores amigos, propietario del gimnasio Paracuellos. «El día 2, a nuestro amigo Coque le manda el último mensaje en el que le dice que «la cosa está caliente, pero que todo bien». Desde ese día no tenemos más información de él», asegura Miguel.

Su último movimiento bancario fue del 27 de septiembre en el Kurdistán iraquí. En Irán se había desatado hace un mes una oleada de fuertes protestas por la muerte de Mahsa Amini, una joven que falleció a manos de la policía religiosa islámica por llevar mal colocado el velo. El escenario continúa siendo muy convulso en el país.

Santiago es un tipo muy inteligente y prudente, describen desde su entorno, y ha sido militar paracaidista, por lo que sabe desenvolverse en ambientes complicados. «Lo cierto es que las noticias malas llegan demasiado rápido y de momento no ha llegado ninguna. Pero sus padres están muy mal, con mucha angustia. Quiero hacer un llamamiento a que todo el que pueda mover un contacto es bienvenido, con el poder de la prensa y los medios igual se dan más prisa», apunta Miguel.

Por el momento, según señala su amigo, la desaparición de Santiago Sánchez ya está notificada al Ministerio de Asuntos Exteriores y se han movido contactos con la Embajada española en Teherán y la Embajada de Catar en Madrid. Pero cualquier ayuda es buena en estos casos, alertan desde su entorno.

«Estamos en contacto con la familia desde que esta misma mañana nos advirtieran de la situación», cuentan a este periódico fuentes oficiales del Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación. Al parecer, según ha podido saber este diario, Santiago Sánchez no figura en ningún registro de viajeros y no había comunicado sus planes de viajar a Irán al Ministerio de Asuntos Exteriores ni a la Embajada.

En este tipo de situaciones, es muy importante que la familia denuncie la desaparición, que es de lo primero que se habría informado a la familia de Santiago Sánchez. De este modo, automáticamente se activan los protocolos internacionales de desaparición de personas, que dependen del Ministerio del Interior.

Nueve meses llevaba Santiago Sánchez Cogedor caminando abrochado a un carrito, que estaba cada vez más lleno de historias, las cuales compartía a través de su cuenta de Instagram (@santiago_sanchez_cogedor), donde reunía a casi 30.000 seguidores pendientes de cada movimiento. Partió desde Alcalá de Henares a finales de enero con destino Catar, protagonizando un viaje solidario que ya encaraba su recta final. De Madrid al Mundial de fútbol para ver a España: esa era la excusa. Lo importante, aseguraba, las innumerables vivencias que estaba adquiriendo a través de los once países por lo que ha ido dejando su huella, y limpiando la que otros dejaron en forma de basura.

Después de atravesar países como Francia, Italia, Grecia, Albania, Turquía o Irak, ya se encontraba en Irán –sin internet–, el último territorio antes de viajar en barco hasta Catar, donde comenzará la mayor competición de balompié el próximo 20 de noviembre. Esta no era la primera aventura en la que se embarcaba Santiago, pues ya viajó desde la capital española hasta Arabia Saudí en bicicleta, mejorando el planeta, plantando árboles, recogiendo residuos y regalando sonrisas. De hecho, ya había estado tres semanas anteriormente con Miguel en aquel país y todo había salido bien.

¿Qué le movía a una persona a dejarlo todo, incluido el trabajo, y recorrer el mundo sin saber dónde dormirá cada noche? «Suelo responder, ¿por qué no? Es mi vida, es mi tiempo y lo voy a utilizar en lo que me llena el alma y me hace feliz. Vivimos en una sociedad que te inculca el tener y acumular cosas materiales, ser esclavos de la deuda... A medida que voy viajando, intento mejorar a las personas que están vacías, apagadas, tristes, por lo que sea.... Mi propósito en la vida quizá sea iluminar a esas personas, motivar e inspirar a otros, demostrar que se puede llegar lejos con poco», respondía hace dos semanas Santi.

Este alcalaíno, trabajador en una empresa logística, futbolista federado y practicante de boxeo en sus ratos libres, ya no contaba su recorrido por kilómetros (aunque son unos 6.500), porque, decía, lo importante no es solo caminar, sino contabilizar los corazones a los que ha llegado. En total, ha atravesado diez países, pero en ninguno se había sentido rechazado, ni en peligro. «Todos los días estás en la carretera caminando y corres riesgos, pero no he tenido ninguna situación complicada en este viaje», explicaba recientemente.