La Noche en Blanco lanza a la multitud a la calle
Setecientas mil personas colapsan la noche de Madrid
Ha sido una gran sorpresa. Lo que no sabían los madrileños es que en sus "odiadas obras, también podía haber diversión". Conos naranjas colgaban de las farolas de la Gran Vía. Excavadoras sostenían grandes balancines y columpios. Atracciones que no se quisieron perder familias enteras ... que aguardaban, pacientemente, las interminables colas. No obstante, la espera mereció la pena. "Me hace mucha ilusión montar en esos columpios porque son muy diferentes a los de toda la vida", contaba Bea, que, junto a su madre, Carmen, aguardaba para disfrutar de estas atracciones frente el edificio de Telefónica.
Enfrente, riadas de personas emanaban de las bocas de Metro. La Gran Vía fue un hervidero de gente que no se quiso perder el espectáculo que ofrecía esta vía centenaria.Los niños se convirtieron en los protagonistas de una noche pensada para ellos y para sus padres. Precisamente, los más pequeños fueron los más entusiastas, no en vano, “¡Hagan juego!” era el lema de esta quinta edición de La Noche en Blanco, una fiesta que estuvo marcada por las 25.000 caretas del madrileño del año. "Me ha parecido una iniciatiava muy original, me encantaría encontrarme con él", afirmaba, divertida, Rosa. De momento, su búsqueda no había sido fructífera.
En Cibeles arrasaba la música anterior al rock. Ritmos latinos, pasodobles, country, jazz, calypso…. Caldeaban una noche que tenía en ese lugar su epicentro. Esta zona será, a lo largo de toda la noche, la que más madrileños y visitantes acoja, al estar en activo hasta las cinco de la mañana. Las 24.000 bolas de la plaza del Dos de Mayo “triunfan”. Un millar de personas batallaban desde las nueve de la noche en un juego que tiene mucho de emoción y de saber infantil. No en vano, cientos de niños se sumergieron entre pelotas. El cierre, a las tres de la mañana. Y algo similar puede decirse de la plaza de la Cebada, donde una piscina invitaba a los madrileños a remojarse los pies para decir bien alto y bien claro que el verano aún no ha acabado. ¡Viva la fiesta!
La noche comenzó a las 20.30
Un soldado de 22 años fue quien dio el pistoletazo de salida a las 20.30. Blanca como la noche tenía la cara Alberto Santander, el «madrileño del año», mientras esperaba en la galería acristalada del nuevo Ayuntamiento al alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón. «No he dormido. Ayer estuve en los encierros de Morata, y hoy también». Lleva ropa nueva, recién comprada para la ocasión. No es para menos: hoy, el mismísimo Gallardón le ha «cedido» el bastón de mando de la ciudad: «Esta noche, tú eres el alcalde». Del blanco, su rostro pasó al rojo cuando grupos de jóvenes se acercaban con su careta puesta a hacerse fotos con él.
«Me han escrito una canción y me han dedicado un baile», nos contaba con mal disimulado orgullo. Su próxima parada era la inauguración de su calle: Caballero de Gracia, en la mismísima Red de San Luis, se llamaba toda la noche Calle del Madrileño del Año. Este personaje era uno de los ejes del programa y con la imagen de su rostro se repartieron 25.000 caretas.
El espectáculo de la plaza del Dos de Mayo, "Una noche de pelotas", que convirtió Malasaña en una gigantesca piscina de pelotas playeras, con la consiguiente melé, arrasó y se convirtió en uno de los más participativos de la velada.
La noche avanzaba. Las familias que llenaban las calles dejaron sitio a los jóvenes más habituados a trasnochar. Plaza de España y Ciudad Universitaria fueron los epicentros de la fiesta con conciertos de música electrónica y DJ'S. La fiesta estaba en la calle.
Más de 700.000 personas
Al filo de la media noche, 717.000 personas participaban en todas las zonas en donde se desarrollaban el amplio abanico de actividades, según datos de Samur-Protección Civil. La zona de Recoletos y el Paseo del Prado concentró el grueso, con 147.000. En Gran Vía se reunieron 90.000, en el Templo de Debod, 24.000, y en la plaza del Dos de Mayo, 16.000.
Noticias relacionadas
Ver comentarios