«Estaba encerrada en un zulo, llena de porquería»

Nada hacía presagiar en lo que iba a desencadenar la operación policial, iniciada en Ciudad Real. La Guardia Civil andaba detrás de la pista de unos robos perpetrados en obras, naves industriales y sustracción de cable de cobre. Las pesquisas les llevaron hasta ese submundo llamado Cañada Real Galiana. Eran las 6.30. El Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de Valdemoro entró en una de las cinco viviendas objeto de registro de la Cañada. Se encuentra en la calle de Francisco Álvarez, 64, muy cerca de la Iglesia y de los grupos de toxicómanos que deambulan por el lugar. Los agentes, ya dentro, buscaban material, pues sospechaban de la familia que reside allí de que podrían ser receptadores de objetos robados. Y sospecharon de una habitación, casi al final de la angosta vivienda ilegal, que se encontraba cerrada.

Tuvieron que echar mano de un ariete para tirarla. Y, cuando lo consiguieron, no podían creer lo que estaban viendo. Fuentes de la investigación explicaron que la chica estaba «muy delgadita», dentro de un zulo de unos 3 metros cuadrados. La altura de la estancia era algo superior al metro y medio. «Estaba rodeada de excrementos y orines. Había porquería por todos sitios, suelo, paredes... Y ella en medio, desnuda, sin decir nada... Parecía una niña de 10 u 11 años. Daba pena verla», indicaron.

Los agentes le dieron unas natillas, y la pobre chica se las devoró rápidamente. Pronto, se avisó al Samur Social y al Summa-112, que la trasladó al Hospital Gregorio Marañón.

Según las fuentes del caso, habían abierto un pequeño hueco en la habitación para que entrara aire acondicionado. Por lo demás, el abandono era total. Los padres indicaron que la niña era muy nerviosa, que «daba mucha guerra», y que la sacaban todos los días para que jugara y diera un paseo.

ABC ha hablado con los familiares y vecinos de la joven. Por un lado, ellos sostienen que no es menor de edad, sino que tiene 19 años, recién cumplidos. La Guardia Civil, sin embargo, sospecha que podría tener 16 o 17 años; es decir, que es menor. La madre indicó que siempre cuidaban a su hija, que la tuvieron hasta los 13 años el el Centro Especial Villa de Vallecas. «Lo que pasa es que, por ejemplo, cuando hay que bañarla, me tiene que ayudar el padre, porque no se deja. La metemos en la habitación para que juegue», explicó.

La madre, que fue detenida, está en libertad, con cargos. Se quejaba de que le habían retenido «todo el oro» y el hermano de la joven de que le habían incautado «2.500 euros que tenía en la billetera».