Una niña afirma que dos docentes conocían las agresiones sexuales del capellán del colegio de los Legionarios de Cristo

El testimonio que ha destapado la presunta trama de pederastia en el Highlands Schools El Encinar, en La Moraleja, es el de una estudiante que afirma que sufrió hasta 32 capítulos de agresiones por parte del sacerdote, Marcelino A. N., de 57 años. Esa misma menor, además de relatarlos con todo lujo de detalles, asegura que se lo contó a dos profesoras, sin que hicieran nada. Las identifica como «Miss Mariou (María Eugenia) y Mis Madeleine».

Pero el testimonio de mayor peso podría ser el de Jesús María Delgado, el sacerdote que dirige el colegio, de los Legionarios de Cristo. En parte de la comunidad de padres consideran que él debía estar al tanto de lo que ocurría; al menos, ha reconocido ya en reuniones con los progenitores que sabía que Marcelino mantuvo una estrechísima relación con el fundador de la congregación, Marcial Maciel, hasta la fecha de su muerte, en enero de 2008.

El religioso mexicano fue expulsado del sacerdocio por el Papa Benedicto XVI tras probarse más de 60 casos de agresiones sexuales a jóvenes del movimiento y a otros que no pertenecían a él. Aun así, Marcelino siempre se ha mantenido fiel a él y su memoria. En 2011, entró como capellán en el otro centro Highlands de Madrid, Los Fresnos (Boadilla del Monte).

En 2015, los padres de ese colegio supieron del pasado del sacerdote con Maciel y consiguieron que lo expulsaran. Movió sus hilos (su hermano ha sido director territorial de lo Legionarios de Cristo en Italia) y acabó en Roma en labores de secretariado. Pero en 2022, la plaza se quedó libre en El Encinar y el padre Delgado no tuvo problema en llamarlo para que la ocupara. Hasta su detención el 6 de marzo.

La sombra del encubrimiento, por lo tanto, está ahí, y eso es lo que deberá aclararse ante la magistrada Susana Trujillano. El director y las dos profesoras declararán como testigos, por lo que tienen el deber de contestar con la verdad. Según como transcurra esa prueba testifical y a petición de alguna de las acusaciones, su condición podría pasar a la de investigados.

En lo procesal, solo la primera niña denunciante tiene su caso judicializado; tras señalar a otras cuatro menores de su edad como también víctimas, el juzgado ha notificado que se las explore esta primavera mediante la prueba constituida. Atendidas por psicólogos, serán grabadas y tuteladas por fiscal y juez, de manera que no tengan que volver a realizar deposiciones sobre lo sucedido y esas grabaciones sirvan como testifical en todo el proceso. Policialmente, queda por terminar el volcado del material informático incautado al imputado en su casa.