El cuerpo desmembrado de una bebé de apenas cinco días fue hallado en la planta de tratamiento del vertedero de Loeches el 12 de diciembre último. Formalmente, no ha prestado declaración ante la Guardia Civil y se espera que mañana pase a disposición judicial.
Fuentes del caso explican a ABC que el marido de la arrestada también se ha mostrado sorprendida por el embarazo, aunque el ADN de los restos cadavéricos (la pequeña había sido descuartizada) señalan a Erika como la madre.
Se da la circunstancia añadida de que esta mujer ya fue investigada en 2003, cuando tenía 17 años, por la muerte de otro bebé. Hay decretado secreto de sumario, por lo que se desconoce si la prueba comparativa se ha realizado con el ADN de la sospechosa tomado en aquel caso, en el que finalmente no parece que fuera condenada.
Entre la una y media y las ocho de la tarde de ayer, agentes de Criminalística y de Homicidios de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, así como de la unidad Cinológica, rastrearon con perros especializados el piso de la avenida de la Albufera, 10, donde reside el matrimonio con los padres de ella. Tienen tres hijos más, dos de ellos menores y una con 18 años recién cumplidos.
Además, los investigadores cuentan con algunas conversaciones telefónicas fruto de las intervenciones autorizadas por el juzgado y que han proporcionado la identificación de gente del entorno de la pareja que pueden actuar como testigos en la causa; por ejemplo, algún vecino y compañeros de trabajo del marido.
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