El FBI y la Policía investigan la desaparición de una estadounidense que llegó a Madrid hace tres meses huyendo de un divorcio «difícil»
El rastro de Ana María se perdió hace más de dos semanas: dejó plantada a una amiga con la que se iba de viaje, mandó dos mensajes sospechosos desde su móvil y un individuo pintó con spray negro las cámaras de seguridad del edificio en el que vivía
A su familia no les cuadra que abandonara la capital española de repente, cuya vida cultural le encantaba
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Iniciar sesiónEl FBI y la Policía Nacional investigan la desaparición de Ana María Knezevich Henao, una mujer de 40 años, que se había instalado en Madrid hace tres meses tras un «difícil» divorcio para empezar de cero, según informa Europa Press. La afectada, de origen colombiano ... aunque de nacionalidad estadounidense, vivía en Miami, donde residen sus hermanos y su madre. Allí había contraído matrimonio con un ciudadano serbio, del que había tomado el primer apellido.
El rastro de la mujer se perdió el pasado 2 de febrero, hace ya más de dos semanas. Tras casarse, la desaparecida comenzó a tener problemas en su matrimonio y empezó un proceso de divorcio en enero. Este se volvió «muy duro y complicado», hasta el punto de que «tuvo que pedir ayuda médica por depresión», según declaraciones a Europa Press del presidente de SOS Desaparecidos y portavoz de la familia, Joaquín Amills.
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Para poner tierra de por medio, Ana María llegó en diciembre a Madrid, donde vive una amiga de la infancia, y se instaló en un piso en el barrio de Salamanca, cuyo alquiler caducaba en marzo. Por ello, el día antes de la desaparición ambas estuvieron mirando una nueva vivienda. De hecho, la última comunicación fehaciente de la desaparecida fue el día 2 a las 11.30 horas comunicando a su amiga que no le había gustado.
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Su amiga le escribió ese mismo día y el siguiente, sin obtener respuesta. Preocupada, le llamó por teléfono también sin éxito. Era muy extraño que no le contestara porque el 5 de febrero viajaban juntas a Barcelona para asistir a un evento y Ana María «estaba muy ilusionada con ello». De hecho, llegó a ir en vano a la estación de Atocha por si acaso hubiera perdido el móvil.
Un mensaje extraño
Así las cosas, a la 13.00 horas del día 3, tanto esta amiga como otra que vive en otro país europeo y que iba a visitar en breve a Ana María a su casa de Madrid recibieron un mensaje idéntico en WhatsApp con tres horas de diferencia –la primera en español y la segunda en inglés– procedente del móvil de la desaparecida en el que les dice que «había conocido una persona maravillosa y que se había ido con ella a una casa de campo situada a dos horas de Madrid, pero que allí hay mala señal, por lo que ya contactarán con ellas cuando regresara».
Nunca más volvieron a saber de ella. Además, tanto las destinatarias como la familia de Ana María no creen que lo escribiera ella, ya que no es su forma de hablar ni de escribir. «Parece como si le hubieran pasado un corrector», apunta Amills.
Alarmada, la amiga española acudió al domicilio de la desaparecida. Al no responder nadie a la puerta, llamó a los servicios de emergencias. Tras contarles lo ocurrido, los Bomberos entraron al piso por una ventana, pero no había signos de violencia ni desorden.
Un individuo tapó las cámaras de seguridad
Eso sí, una vecina afirmó que había visto luz en la viviendala madrugada del sábado 3 y que en ese fin de semana intentaron robar en el edificio –aunque no hay denuncia alguna al respecto–. De hecho, uno de los asaltantes con casco negro tapó con un spray negro la cámara del telefonillo de la entrada y la de seguridad junto al ascensor. «Creo que fue algo planeado. Las cámaras del edificio estaban con aerosol oscuro. Lo que dice la portera es que un tipo con casco negro fue quien lo hizo», asegura el hermano de Ana María, Felipe Henao, en declaraciones al medio colombiano Radio W.
Familia y amigos han presentado una denuncia por su desaparición en una comisaría de la Policía Nacional, que lleva ahora la investigación de los hechos y a la que se ha unido el FBI después de que la familia de Miami de la mujer haya alertado a la Oficina Federal de Investigación de EE.UU. sobre el caso. Todos ellos aseguraron a los agentes que no encaja con la forma de actuar de Ana María que desapareciese de esa manera, dejando colgadas a las personas tan allegadas con la que había hecho planes. Sería la primera vez que lo hiciera.
Tampoco les cuadra que abandonara Madrid de repente, una ciudad cuya vida cultural le encantaba y en la que quería rehacer su vida ni creen que fuera ella la que escribiera los mensajes, por lo que temen que están con alguien en contra de su voluntad. Por eso, piden a la Policía que geolocalice el móvil de Ana María, que ahora ya no da señales, para comprobar dónde fue la última vez que se conectó el terminal. Asimismo, solicitan que comprueben las cámaras de seguridad del edificio en el que vivía y los alrededores.
Por su parte, el presidente de SOS Desaparecidos pide ayuda ciudadana para localizar a esta mujer, cuya pista se perdió hace ya casi dos semanas, ya que su desaparición «presenta unos rasgos muy preocupantes desde el primer momento». «Es de los pocos casos en los que no hemos recibido ninguna noticia», ha indicado.
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