Los ladrones de catalizadores ponen en jaque al taxi: «Nos dejan dos meses sin trabajar»
Los conductores se enfrenta a una oleada de robos –hasta tres al día– por los metales preciosos que lleva el catalítico
Los talleres afirman que la falta de existencias lleva a que se instalen piezas no originales y protectores
Robo de catalizadores: el vehículo preferido por los ladrones
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEra la madrugada del 23 de enero cuando Richard Lozano se despertó al oír ladrar a su perro. Al reloj le faltaba poco para marcar las tres y supuso que al can le había alarmado algún ruido del exterior, pero no le dio mayor importancia. ... Cinco horas después, se preparó para comenzar su jornada laboral y se puso a los mandos de su vehículo que, en este caso, también es su modo de vida. Desde hace veinte años, Richard conduce su taxi por las calles de Madrid y, hasta ahora, no había sufrido sobresalto alguno, pero esa noche una banda de ladrones pusieron fin a su fortuna al arrancar el catalizador del coche –un Toyota– que le da de comer. Lo peor no fue el susto al percatarse del robo, sino al descubrir que el repuesto oficial tardaba dos meses en llegar, lo que significaba no poder desarrollar su profesión durante esos eternos 60 días.
«En cuanto encendí el coche me di cuenta de que algo pasaba porque emitió un sonido raro», cuenta Richard, empezando su relato. «Lo aparco a menos de un metro del jardín, en el vado de casa, en el pueblo, ¿cómo voy a pensar que ahí va a pasar algo si siempre hay tranquilidad?», se pregunta este taxista, vecino de Sevilla la Nueva pero trabajador en la capital. Inmediatamente llamó a la Policía Local y, posteriormente, presentó una denuncia ante la Guardia Civil.
Richard no es el único que ha caído en las garras de estos grupos de rateros, ávidos de hacerse con los catalizadores debido a la composición de metales preciosos –rodio, platino y paladio– que llevan en el interior y que, en función de la marca, le hacen alcanzar hasta los 300 euros en las chatarrerías. A la oficina de la Federación Profesional del Taxi de Madrid llegan –de media– entre tres y cuatro robos al día, denunciados por taxistas que buscan asesoramiento. «Eso no quiere decir que nos enteremos de todos los que se cometen. La oleada que estamos sufriendo se está convirtiendo en un serio problema«, califica el presidente y representante de los conductores, Julio Sanz.
Robos de 'guante sucio' contra los coches aparcados en la calle: catalizadores, ruedas y hasta baterías de la flota eléctrica de alquiler
Aitor Santos MoyaLa policía estrecha el cerco a los grupos de ladrones dedicados a sustraer piezas por encargo o al peso
En el puesto de la Guardia Civil también se lo confirmaron a Richard el día 23, cuando denunció. «Por esta zona nunca habían robado. Esa misma noche me dijeron que había habido otros ocho: tres a taxistas y el resto a particulares», asegura sobre la información que le dieron los agentes. «Son cifras disparatadas», continúa.
El siguiente golpe lo recibió cuando llegó al taller que le iba a hacer la reparación. Sabía, a través de otros compañeros que ya habían padecido a los amigos de lo ajeno, la falta de existencias que hay, ya que las piezas llegan desde Japón. «Te crean un grave trastorno. En mi caso, me dejaban sin trabajar dos meses, que era lo que tardaba en llegar. No puedes estar ese tiempo parado. Son miles de pérdidas«, afirma este afectado.
Por eso, como otros tantos colegas, decidió que le instalasen un catalizador de marca blanca. «Tienes que buscarte la vida para montar uno que no sea oficial, más económico. Ese lo tuve en tres días puesto y, aun así, por el parón en el trabajo esas jornadas, perdí unos 400 euros... Haz el cálculo de dos meses», añade esta víctima de las mafias automovilísticas. A eso se sumaron los 1.200 euros de factura que tuvo que abonar al taller aunque, en su caso, la póliza del seguro se lo cubrió en la totalidad.
Las pólizas
Andrés Pérez, en Móstoles, no corrió la misma suerte. Los ladrones –que se desconoce si son los mismos– actuaron, de nuevo, de noche frente al garaje de su edificio. Él había aparcado en el exterior. Su seguro decidió calcular la vida útil que le quedaba a la pieza, en función del kilometraje que tenía el coche, también un Toyota, marca que usan el 70% de los taxistas que trabajan en la capital gracias a su dominio en la fabricación de vehículos híbridos. «Perdí 1.800 euros, entre la pieza y el montaje, y eso que no es la oficial», dice este otro afectado.
La Federación Profesional del Taxi de Madrid afirma que la oleada de robos –no saben por qué– se desató hace un año y ha crecido en los últimos seis meses. «Si hacemos un mapa de los puntos de robo que nos han notificado, los ladrones actúan prácticamente por todo Madrid. Solo podemos instar a las fuerzas y cuerpos de seguridad que intensifiquen los controles y la vigilancia que hay para actuar contra el mercado negro«, pide el presidente Julio Sanz, que subraya que en las paradas es »raro« quien no conozca a víctimas.
En solo tres minutos, como mucho, los ladrones especialistas en este golpe han conseguido hacerse con el catalítico, un dispositivo que controla y reduce los gases nocivos que expulsan los motores. A veces no necesitan ni ese tiempo. Prueba de ello es un vídeo divulgado a finales del año pasado por redes sociales. Cuando creían que nadie les veía, de un coche gris se bajan tres hombres que proceden a cortar con una sierra el filtro –una vez más– de un Toyota estacionado en calzada. Uno vigila por si tienen que salir quemando rueda mientras dos de ellos se afanan en la tarea. Al final, consiguen su objetivo, por el que recibirán –en función de la cantidad de metales que contenga– entre 100 y 300 euros en el mercado negro de chatarrerías y desguaces ilegales.
Rodio, platino y paladio son los metales preciosos que hacen que los catalizadores se conviertan en un tesoro para los cacos. Ayer, según los datos de la Bolsa de Metales de Londres, el gramo de platino llegó hasta los 28,95 euros; el de paladio, 47,92 euros, y el rodio –el más deseado de los tres– se disparó hasta los 365 euros el gramo. De media, los catalizadores de coches suelen tener unos dos gramos de paladio y al menos cinco de platino. Es la cantidad de rodio la que marca la diferencia.
«Toyota, por el protocolo anticontaminación de la marca, tiene más carga de metales preciosos, por eso los ladrones buscan coches de esta marca«, explica Laura Martín, gerente de uno de los talleres de referencia al que acuden los taxistas, situado en el distrito de Carabanchel. »Desde hace medio año notamos una avalancha de peticiones para sustituir el catalizador. Ahora mismo, estaremos en tres arreglos diarios, pero llegamos a tener hasta diez coches«, dice la responsable del local, que también pone en foco que en la casa nipona instala a sus vehículos dos catalizadores. »Están juntos y los roban a la vez, la suma de los dos los hace más rentables. Además, acceder a ellos es más fácil que en otras marcas porque los llevan muy al aire«, agrega la experta.
Laura cuenta que por el retraso que hay en la llegada de las piezas muchos taxistas –como hizo Richard– optan por catalíticos no oficiales. «Algunos le añaden una especie de carcasa protectora, que dificulta los hurtos. Entre eso y que no son originales, imaginamos que los robos disminuirán. Ya no queda mucho más donde robar», concluye irónica y cifra en un coste de más de 1.500 euros instalar estos filtros, en función de la casa que los fabrique, y al menos mes y medio de espera actual para que lleguen los oficiales.
Detenciones
La Policía Nacional, en los últimos meses, ha llevado a cabo varias operaciones contra estas bandas para tratar de frenar la oleada de hurtos. A principios de diciembre, detuvieron a dos hombres por robar hasta seis catalizadores en coches estacionados en el distrito de Moncloa-Aravaca. Fueron cazados con un gato elevador y un cortatubos de escape y les imputaron un presunto delito contra el patrimonio.
A mediados de enero, repitieron el operativo que, en este caso, se saldó con el arresto de cinco personas. Pertenecían a dos bandas distintas: la primera, compuesta por tres varones marroquíes que fueron sorprendidos en la avenida del Ensanche de Vallecas; la segunda, eran dos españoles que actuaban en Las Tablas.
«No es solo el robo, sino la indignación moral y económica de que lo hagan y tengas que dejar de trabajar», puntualiza Ángel Julio Mejía, presidente electo de la Gremial del taxi: «Si pones uno no oficial para poder volver a trabajar antes, además, te arriesgas a que el coche pueda sufrir alguna avería». Mientras la alerta continúe en el sector, saldrán a dar servicio con temor a que sea el último día que trabajen en una temporada.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete