La mafia del Rolex en los barrios ricos de Madrid: disfraces de 'riders' y relojes de 100.000 euros
La Policía Nacional arresta a cuatro venezolanos, el último golpe contra estas bandas en auge
Jaque policial a los 'motochorros' de la banda del Rolex importada desde Venezuela a Madrid
Parte de los relojes y de la droga incautados a la banda
Imagine la siguiente escena: tres amigos cenan tranquilamente en el restaurante La Mamona. El local, ubicado en el número 62 del paseo de la Castellana (distrito de Salamanca), cuenta con una terraza acristalada, lo que permite a los comensales poder estar en el exterior un ... 19 de enero. La velada es agradable, y nadie, como es habitual en este tipo de ambientes, repara en la presencia de nadie. O eso creen todos los presentes. Dos hombres de origen venezolano fijan la mirada en las muñecas, brazo a brazo, hasta dar con la mesa señalada. Sin llamar la atención, dan el aviso al resto de la banda, otros dos individuos de su mismo país natal, que no tardarán en pasar a la acción.
Disfrazados de repartidores de comida a domicilio, una de las principales señas de identidad de las llamadas bandas del Rolex, irrumpen en el espacio. De primeras, no parece un atraco; los gritos y aspavientos brillan por su ausencia y solo elevan la voz al no obtener a la primera la mercancía deseada. Pero hasta que eso sucede, ya han tenido tiempo para dirigirse a los clientes marcados y amenazarles con dos pistolas. La incredulidad inicial («tranquilos, solo venimos a por vuestros relojes», llegó a decir uno de los asaltantes) torna en miedo, después de que los afectados observen las armas de fuego.
Aunque la primera de las víctimas echa el brazo para atrás, casi de forma instintiva, no tarda en darse cuenta de la peligrosa situación y entregarles el reloj. La otra, en cambio, opta por forcejear y casi le cuesta un disgusto mucho mayor. En plena escalada de tensión, uno de los ladrones carga el arma y se la coloca en el pecho, motivo suficiente para acelerar la entrega del rolex. Ya con el botín, huyen a toda velocidad en la misma motocicleta con la que han aparecido. Un 'modus operandi' de manual en este mundillo criminal importado, precisamente, de países como Venezuela.
El último trabajo policial para frenar a este tipo de grupos ha culminado con la caída de estos cuatro individuos, de edades entre 24 y 35 años, y de los cuales solo uno cuenta con antecedentes previos. En total, los agentes del Grupo Cronos, perteneciente al GOIZ de la Brigada de Policía Judicial de Madrid, han recuperado 17 relojes de lujo, que serán devueltos a sus legítimos dueños una vez determinada la propiedad de los mismos. Las detenciones se practicaron todas el pasado 6 de marzo: dos de los miembros portaban encima 5 de estas piezas, mientras que las otras 12 fueron encontradas en las dos viviendas registradas.
Unas inspecciones en las que se hallaron también 226 pastillas de MDMA, 19 gramos de cocaína rosa y 3.500 euros en efectivo, por lo que todos ellos han pasado a disposición de la autoridad judicial como presuntos responsables de los delitos de robo con violencia e intimidación, tráfico de drogas, lesiones y pertenencia a grupo criminal. Los cuatro ya se encuentran en prisión provisional.
Además del robo de La Mamona, los delincuentes ya habían levantado las sospechas de los agentes en diciembre, cuando los mismos sujetos que semanas después entrarían a la terraza de la Castellana persiguieron a un vehículo (esta vez en el distrito de Chamartín), cuyo conductor portaba un reloj de una marca de prestigio. Al bajarse el hombre del turismo los arrestados le encañonaron, pero no lograron su misión y huyeron en su motocicleta antes de poder ser identificados. Vestían con cascos y ropa oscura de abrigo.
Lo normal es que los integrantes de una de estas bandas encargados de los rastreos, se disfracen en función del ambiente para no llamar la atención. Por ejemplo, si tienen que seguir a alguien por la calle, no sorprende que se vistan de 'riders'. «Utilizan ropas, mochilas, bicicletas… lo que sea, pero con materiales de empresa de reparto de comida», advierten fuentes policiales. Y lo mismo con los que ejecutan las acciones. El objetivo siempre es el reloj, da igual la edad, el sexo o la compañía de los portadores; unas piezas (los Rolex y los Patek Philippe son los más cotizados) que pueden alcanzar en el mercado negro un valor de hasta 100.000 euros.
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