La mafia que compraba 'DNI chinos' a carteristas para estafar a bancos con sus rasgos asiáticos

La Policía Nacional detiene en Madrid a los miembros de un grupo que se hacía pasar por compatriotas de China aprovechando su 'parecido' fìsico y conseguía tarjetas de crédito de terceros

La mafia china que se hizo rica con envíos por paquetería de droga desde Madrid a cuatro continentes del mundo

Las armas, droga y otros elementos incautados en el registro al grupo criminal abc

Que los grupos criminales chinos son los más endogámicos del panorama madrileño no es una novedad. Pero la reciente operación Sisi ha puesto al descubierto cómo aprovechan la dificultad de los occidentales para distinguir los rasgos de estos ciudadanos, hasta confundir a unos con ... otros, para llenarse los bolsillos.

El Grupo V de Extranjería de la Policía Nacional de Madrid, en colaboración con la comisaría de Getafe, ha desarticulado una mafia asiática que se dedicaba a estafar a bancos y compatriotas precisamente alterando sus identidades. Y mediante un 'modus operandi' bastante curioso.

Fuentes del caso explican a ABC que los tres arrestados y el cuarto investigado (no detenido) compraban, literalmente, las tarjetas de identidad de extranjeros (TIE) a hurteros y carteristas que se las habían robado a otros ciudadanos chinos.

Les ofrecían, como si de un catálogo se tratara, incluso álbumes con estos 'DNI', de modo que aquellos en los que las caras eran más comunes y fáciles de confundir con otras y que, además, tenían una fecha de caducidad a más largo plazo, se vendían más caros. Los que expiraban antes y cuyos titulares eran más difíciles de confundir eran más baratos. Hasta 6.000 euros pedían por ellos.

Una vez se hacían con los TIE, los delincuentes acudían a los bancos de las víctimas y manifestaban que les habían robado las tarjetas de crédito o incluso hablaban de que necesitaban restaurar sus claves personales. Y los empleados caían en la trampa. En ocasiones, directamente sustituían las fotografías de sus víctimas por las suyas propias, algunas veces de manera burda, y otras no tanto. También escaneaban la documentación y la adulteraban. Y así realizaban movimientos y desplumaban a sus víctimas.

Las denuncias se iban acumulando y saltaron las alarmas durante el segundo trimestre de 2023. Los investigadores se pusieron manos a la obra y dieron con unan mujer de 27 años, otra de 20 y un hombre de 34, con múltiples antecedentes por estafa y falsedad documental. La cuarta persona encartada pero no detenida es un varón de 47 años.

El pasado 18 de septiembre se realizó la entrada y registro en el cubil de la banda, un domicilio cerca de la calle de Rafaela Ibarra y del parque de Pradolongo, en el distrito de Usera.

Se intervinieron multitud de TIE (originales y manipuladas), así como documentación mercantil y comercial utilizada para adquirir productos financieros y materiales suplantando las identidades de los perjudicados.

Armas de fuego y drogas

También se incautaron de cuatro armas de fuego –dos cortas y dos largas–, dos pistolas táser, munición, un arco, una ballesta, un chaleco balístico y un dispositivo de geolocalización, entre otros efectos. También se descubrieron distintos tipos de sustancia estupefaciente, en concreto 11 tabletas de hachís, 15 kilogramos de cogollos de marihuana envasados al vacío y 350 gramos de ketamina, así como instrumental para su preparación y distribución. Hay abierta una investigación paralela por las armas y la droga.

Además, se halló una impresora con la cual los integrantes de este grupo estaban tratando de imprimir billetes falsificados, realizando pruebas con diferentes tipos de papel y tintas para posteriormente hacerlos pasar por billetes de curso legal.

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