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Madrid, ciudad pícara, lúcida, nocturna y eterna

BAJO CIELO

La urbe va creciendo al ritmo que le exige esta capitalidad, con sus pueblos grandes y sus urbanizaciones, con sus cercanías muchas veces tan lejanas

De pisos turísticos y sus derivados

La calle de Alcalá, la la altura de su bifurcación con la Gran Vía GUILLERMO NAVARRO
Alfonso J. Ussía

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A Madrid no se va. A Madrid se vuelve porque ya se ha estado aquí. Gallegos, extremeños, andaluces, vascos, cántabros, isleños o catalanes; da lo mismo cuál fue el hambre que los trajo pues para todos era el mismo. Unos venían a comer, otros a ... triunfar, pero al pisar las calles del centro y tras conocer esta ciudad de noche, la gran mayoría no se quiso marchar más. Hay algo que no comprenderán nunca en Cataluña ni en otros lugares que se resienten porque seamos de esta forma, y es precisamente eso.

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