Madrid celebra San Isidro en plena crisis del alcalde con el Gobierno de Sánchez
La situación en Barajas eleva la tensión política con el cruce de acusaciones entre el PP y la izquierda
La inquietud invade el Grupo Socialista en la Asamblea: «El objetivo era quitar votos a Ayuso, no a Más Madrid»

San Isidro marcó este año el ecuador de la legislatura municipal, pero los políticos parecían estar pensando ya, sin excepción, en un posible adelanto electoral nacional, y los actos festivos tuvieron el típico sabor de las campañas. En el acto institucional de Cibeles esta vez ... no estuvo el delegado del Gobierno, al que el alcalde se negó a invitar tras sus continuos «ataques» a la Comunidad y al gobierno municipal, pero sí acudió la portavoz socialista, Reyes Maroto, quien rectificó así el plantón que su partido dio el Dos de Mayo en Sol para no dejar todo el protagonismo de la izquierda a Más Madrid. En la Pradera del Santo, se dieron cita dirigentes políticos nacionales como Alberto Núñez Feijóo y Mónica García, quien se está postulando para volver a ser rival de Ayuso en las autonómicas de 2027. Tampoco faltaron Óscar López ni el propio delegado, que organizó su agenda para estar presente también en la misa de la Colegiata y contrarrestar así la falta de invitación del alcalde.
El día del patrón estuvo presidido por la crisis entre el alcalde y el Gobierno, acrecentada por la situación del aeropuerto de Barajas, donde centenares de personas sin hogar pernoctan cada día. La decisión de Aena de restringir la entrada al aeropuerto para tratar de frenar la presencia de indigentes no convenció al PP. Su portavoz en la Asamblea, Carlos Díaz-Pache, cree que solo es un «parche» y «no es la solución más eficaz». «El Gobierno debería liderar esa solución. Naturalmente, el resto de administraciones tienen toda la voluntad pero son administraciones colaboradoras y el que tiene que liderarlo es el Gobierno de Pedro Sánchez», advirtió. En la Pradera, el alcalde envió un aviso a Aena, tras el requerimiento legal que envió al Consistorio: «Quien crea que esto se resuelve por la vía judicial se equivoca».
Por el PSOE, Reyes Maroto defendió a Aena: «Está ejerciendo sus competencias». A su juicio, ahora es José Luis Martínez-Almeida el que debe asumir las suyas y declarar la «emergencia social». Más Madrid, por su parte, se desmarcó de la decisión de Aena, que ve como «racismo institucional», y subrayó la responsabilidad que tienen tanto la Comunidad como el Ayuntamiento de Madrid en Barajas: «Tienen la competencia en la gestión de los servicios sociales». La portavoz en la Asamblea, Manuela Bergerot, anunció que su grupo había registrado una iniciativa parlamentaria para crear una mesa de trabajo de las tres administraciones con el fin de encontrar una solución inmediata.
En la Pradera de San Isidro, un día después de declarar como imputado en el caso Begoña Gómez, el delegado del Gobierno aprovechó las cámaras para exigir al alcalde que asuma «su responsabilidad» en Barajas: «Lo que deseo es que el Ayuntamiento vaya encontrando soluciones. El aeropuerto no puede convertirse en albergue municipal».
En Cibeles, su ausencia fue el reflejo del choque frontal que se viene produciendo entre el representante del Gobierno de Sánchez en Madrid y la Comunidad y el Ayuntamiento desde que fue nombrado en marzo de 2023. Al igual que Óscar López, Francisco Martín no rehúye una sola pelea con Ayuso y Almeida en todos los frentes posibles. En junio del año pasado, el alcalde dijo basta y advirtió de que las relaciones quedaban rotas si no cesaban sus ataques al Ayuntamiento. La gota que colmó el vaso de la paciencia en Sol y Cibeles se produjo en marzo, cuando Martín utilizó los muertos en las residencias durante la pandemia como arma política contra Ayuso. El PP de Madrid anunció que las relaciones con el delegado quedaban rotas.
Ayer, el secretario general del PP de Madrid, Alfonso Serrano, lanzó un dardo contra el delegado: «Supongo que estará haciéndose una foto en un pantano o se habrá montado un acto solo con San Isidro». «Lamentablemente es un delegado del Gobierno que ha denigrado absolutamente la institución». El número dos de Ayuso pidió a San Isidro «resiliencia y valentía» ante un Pedro Sánchez que, según subrayó el portavoz del PP en la Asamblea, «está obsesionado con Madrid».
Por su parte, Reyes Maroto llamó «aguafiestas» al alcalde y defendió la «presencia importante en Madrid» que tiene el representante del Gobierno de Sánchez. «Está en la misa, como no puede ser de otra manera». Óscar López fue un poco más lejos desde la Pradera y se lanzó directamente contra la «derecha», por encabezar «una campaña» contra el Gobierno de Sánchez desde hace siete años. «Quieren que el ambiente sea irrespirable y se van a cansar antes ellos que este Gobierno», avisó. También en la Pradera, Mónica García, vestida de chulapo, dio un paso más hacia su posible candidatura en 2027 y entró de lleno en el debate madrileño. La ministra ejerció de oposición contra el PP de Ayuso: «Tienen secuestradas las administraciones madrileñas, tanto la Comunidad de Madrid como el Ayuntamiento de Madrid. Esto no es una fiesta privada del Partido Popular».
Desde la libertad
Más institucional fue el discurso de Almeida, que en el día grande de la capital defendió su carácter de ciudad de acogida, pero también tierra de oportunidades, espacio donde se cruzan todos los caminos y centro de la nación.
Comenzó su discurso el primer edil recordando los valores que transmite el patrón de Madrid, un icono de sus virtudes, el trabajo constante, la generosidad, la humildad y la discreción«. Madrid, subrayó, se mide en la calidad de vida de sus gentes, pero también en su capacidad para hacer sentir a todos parte de un mismo proyecto común: »Esta ciudad bulle con una energía imparable. Aquí las ideas tienden a prosperar y los que trabajan duro encuentran su oportunidad«. »Madrid no quiere imponer, sino inspirar y acoger a quienes llegan dispuestos a arrimar el hombro«, destacó.
Además, el primer edil subrayó en varias ocasiones la «responsabilidad» de Madrid como capital de la nación, «como punto de encuentro y cruce de caminos, a la cabeza de España y de la Hispanidad». La ciudad debe ser «ejemplo de concordia, libertad, esfuerzo y respeto mutuo». «Hay que imaginar un Madrid que siga siendo la vanguardia de esta gran nación que es España. Un Madrid que no teme los retos, los abraza con creatividad y ambición, con la certeza de que juntos no hay meta que no se pueda alcanzar», insistió.
Tras dedicar unas emotivas palabras a los premiados, Almeida no quiso acabar su intervención sin poner en valor también la figura del Rey como símbolo de «estabilidad y unidad».
Antes de que los últimos vivas a la capital resonasen en la Galería de Cristal, el alcalde animó a todos los presentes a no conformarse y seguir trabajando porque el Madrid del futuro sea «aún más pujante y cautivador que el que disfrutamos hoy en día». Que el ruido político no estropee, al menos en un año no electoral, todos estos logros del día a día.
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